Un policía de 28 años que hace poco más de dos años, mientras estaba vestido de civil, protagonizó un tiroteo durante un presunto intento de asalto a un minimarket en el cual uno de los supuestos ladrones terminó muerto, recibió falta de mérito ya que en el transcurso de la investigación no se hallaron pruebas que indiquen “un accionar doloso con intenciones homicidas” sino más bien “un aparente enfrentamiento armado como consecuencia de un intento de robo”. Aunque la medida, aclara el escrito, se lleva a cabo “sin perjuicio de continuar la investigación”.
El hecho tuvo lugar la noche del 31 de octubre de 2009 dentro de un almacén ubicado en Laprida 1902. El comercio era atendido por dos empleados a quienes los acompañaba un policía vestido de civil que –según declaró– negó estar haciendo adicionales, al asegurar que visitaba el local porque mantenía una amistad con la dueña.
Alrededor de las 22, estacionó en la puerta del comercio una motocicleta en la que llegaron tres personas, y dos de ellas, Luis Francisco González, de 33 años, y su novia, de 15, ingresaron al local.
Según el testimonio judicial de uno de los empleados, el hombre pidió comprar una tarjeta de teléfono pero cuando se agachó a buscarla el supuesto cliente había pasado del otro lado del mostrador. Ante la inminencia de un robo, ambos empleados corrieron hacia la vereda y se alejaron del lugar, quedando en el interior el policía (vestido de civil) Horacio Sebastián M., por entonces de 26 años, quien brindaba servicios en el Cuerpo de Guardia de Infantería.
De acuerdo con el relato del efectivo policial, el ladrón lo apuntó con un arma y le disparó, por lo que repelió el ataque desde atrás de una columna. El resultado del intercambio de disparos fue la muerte de Luis Francisco González, quien quedó tendido sobre un charco de sangre en medio del local. Por su parte, Horacio M. terminó con una herida en el antebrazo, por lo que fue trasladado al Centro de Emergencia y Trauma Rosario (CER), donde recibió asistencia médica.
Según el informe del Instituto Médico Legal, la muerte de Gonzalez se produjo como consecuencia de una hemorragia cardiopulmonar masiva producida por las lesiones de cinco impactos de bala en la zona del hemitórax. En tanto, una bala le atravesó el brazo al policía quien recibió las curaciones y fue dado de alta.
“No te mueras”
El ruido de más de seis disparos alertó a varios vecinos que dieron aviso al 911. Cuando llegaron los patrulleros se encontraron con el efectivo policial parado en la puerta, con el arma en mano y vestido con musculosa amarilla y pantalón bermuda, y dentro del almacén a un hombre malherido en el piso que era abrazado por una adolescente que le gritaba “no te mueras, no te mueras”. Pero pese a las tareas de reanimación brindada por médicos del Sies a las 23 horas se lo diagnosticó fallecido.
Dos armas fueron secuestradas por los pesquisas, según indica el fallo judicial: “Una Browning 9mm con un cargador con cinco proyectiles intactos perteneciente al empleado policial” y un “revólver calibre 38 sin marca ni numeración visible, cromado con tambor de seis alvéolos contando en su interior con tres vainas servidas y tres proyectiles intactos, dos de ellos percutados”.
Según la declaración brindada por los dos empleados del comercio ala Policía, ratificada en sede judicial, en ningún momento vieron que el ladrón haya estado armado.
De acuerdo con la declaración indagatoria del policía, una vez que quedaron los dos solos en el local, el delincuente le dijo: “Dame todo, dame todo”. Fue entonces, según su relato, que se levantó la remera, mostró su arma y le dijo: “Alto, policía” para que depusiera la actitud. Pero González abrió fuego y se produjo el enfrentamiento armado que terminó con su vida.
La jueza de instrucción María Luisa Pérez Vara dictó la falta de mérito para el policía sin perjuicio de continuar la investigación. “Los elementos reseñados no resultan suficientes, a criterio del tribunal, para la emisión del juicio de probabilidad respecto a la probable comisión del delito atribuido por parte de Horacio Sebastián M., así como tampoco aportan evidencia de ajenidad, por lo que corresponde el dictado del auto de falta de mérito”, reza el fallo judicial.
Entre sus argumentos, la jueza indica que “las probanzas colectadas en el curso de la instrucción no aparecen indicando un accionar doloso con intenciones homicidas, sino más bien un aparente enfrentamiento armado como consecuencia de un intento de robo con arma de fuego, desbaratado por la casual presencia en el comercio del agente M., que con su arma reglamentaria e identificándose como personal policial intentara disuadir al presunto delincuente, el que habría hecho caso omiso a la advertencia disparando su arma contra M., quien repeliera la aparente agresión ilegítima con su arma provista, produciéndose un intercambio de disparos dentro del comercio resultando aquel abatido y el agente policial con una herida de arma de fuego con entrada y salida en su brazo izquierdo.”