El gobierno confirmó interrupciones de gas a grandes empresas, aun cuando las temperaturas todavía no alcanzan los registros más extremos de pleno invierno.
Si bien los funcionarios trataron de relativizar el tema relacionándolo con una situación histórica y recurrente cuando hace frío, lo cierto es que el origen del problema varió. Mientras siempre la capacidad de transporte resultó insuficiente en invierno para satisfacer la demanda, en los últimos días lo que falta es gas, como ya se había empezado a notar desde el invierno de 2007.
El martes se inyectaron 122 millones de metros cúbicos al sistema troncal, y el pasado miércoles sólo 1 millón más, incluyendo los 8 millones que aporta el buque regasificador de GNL que opera en Bahía Blanca y 6 millones provenientes de Bolivia. En tanto, la capacidad de transporte se ubica en torno a 132 millones.
Para el invierno, por lo menos hasta ahora, sólo cabe esperar un incremento de 5 millones diarios por el nuevo ducto que cruza el estrecho de Magallanes y que transportará más volumen desde la zona de Tierra del Fuego en un mes. De este modo, considerando el gas fueguino, el boliviano y el regasificado, este invierno no podrán llenarse los gasoductos y se estima que faltarán entre 4 y 5 millones más que en los inviernos anteriores.
Con los gasoductos llenos con 130 ó más millones de metros cúbicos diarios, en inviernos anteriores, en los días de temperaturas más bajas, debió recurrirse a cortar el gas a industrias interrumpibles, a parte de los usuarios con contrato firme e incluso al gas vehicular. Si este año van faltar por lo menos 5 millones sobre ese total ya insuficiente, los cortes van a ser más amplios, sobre todo porque la actividad industrial continúa por ahora en crecimiento.
La razón es el descenso de la producción local del gas, que sólo en marzo de este año cayó 6,1 por ciento, acumulando en los doce meses anteriores una reducción de 4,1 por ciento. Mientras hasta el invierno de 2006 los gasoductos podían llenarse con gas local hasta 130 millones, cumplirse con una importación mínima a Chile de 2,5 millones diarios, con sólo un aporte de 4 millones bolivianos, en este momento la producción local sólo está aportando 109 millones, y por eso los cortes ya son bastante extensos aunque no haya temperaturas netamente bajas. La interrupción afecta en primer lugar a las generadoras eléctricas y después a un listado de empresas que es monitoreado por un comité que preside el subsecretario de Coordinación de Julio De Vido, Roberto Baratta. En el caso de las grandes compañías, por ahora sólo se está afectando la parte que en los contratos está pactada como interrumpible, aunque no hay seguridad sobre el volumen firme para las próximas semanas.
En ese contexto, el ministro de Planificación dijo que los cortes no son sorpresivos y que “sólo afectan a clientes con contratos interrumpibles”. De Vido aseguró: “No hay cortes sorpresivos sino programados con las empresas a partir de una administración y planificación de la demanda que permite abastecer el creciente consumo domiciliario producto de las bajas temperaturas. Así se hace todos los inviernos”.
El ministro dijo que “existen más de 20 proyectos de Gas Plus, muchos de ellos del denominado tight gas que permitirán contar con mayores volúmenes en el corto y mediano plazo”.
Por su parte, el interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargás), Antonio Pronsato, aseguró que las restricciones a algunas empresas “son programadas”, e intentó girar la atención hacia otro punto afirmando que le llama la atención “que haya escuelas de la ciudad de Buenos Aires que no tienen gas porque no se hicieron las obras”.
Pronsato insistió en que “el consumo residencial ininterrumpible pasa de los 20 millones de metros cúbicos diarios, que se consumen en primavera, a 60 millones en esta época del año, y esta noticia del corte de suministro a grandes empresas es el disco rayado de todos los años”.