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Familiares, amigos y colegas dieron su último adiós a Mauro Viale

En un breve sepelio llevado a cabo en el barrio porteño de Chacarita, en una íntima ceremonia en el Cementerio de La Tablada, en televisión y a través de las redes sociales el periodista fallecido el domingo a los 73 años fue recordado con anécdotas y mensajes de dolor

En un breve sepelio llevado a cabo en el barrio porteño de Chacarita y una íntima ceremonia en el Cementerio de La Tablada, familiares, amigos y colegas dieron su último adiós al periodista Mauro Viale, fallecido el domingo a los 73 años a causa del coronavirus.

La despedida del comunicador se produjo además en medio de permanentes recuerdos a su figura en redes sociales y canales televisivos, tanto por parte de deportistas que evocaron su impronta en el relato futbolístico televisivo, como de políticos y periodistas, que hicieron hincapié en su entrega a la hora de encarar la profesión.

El presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y Marcelo Tinelli fueron apenas algunas de las figuras que se manifestaron al respecto, en tanto que los distintos programas de América TV, en donde se desempeñaba desde hacía más de 20 años, ocuparon la pantalla con diversos testimonios de ex compañeros del periodista.

Con más de medio siglo de trayectoria en los medios, la vida de Mauro Viale se apagó de manera sorpresiva el domingo tras algunas horas de internación en el Sanatorio de Los Arcos de Palermo por un cuadro de coronavirus que le trajo severas complicaciones pulmonares.

Justamente, el comunicador había estado realizando su programa de TV hasta el viernes pasado y había comentado públicamente que en esas horas había recibido la vacuna contra el letal virus.

Nacido bajo el nombre de Mauricio Goldfarb, la trayectoria de Viale reconoció no pocos hitos mediáticos, primero como la voz del fútbol argentino a nivel local (desde 1977 y siendo el relator principal del staff de Fútbol de Primera entre agosto de 1985 y junio de 1989 en la pantalla de la TV estatal) y también narrando los partidos de la Selección en los Mundiales.

En esa faceta mostró un estilo sobrio y tranquilo, aunque participó de ciertos pasajes ligados al show televisivo en relación al fútbol como, por ejemplo, cuando pregunta “¿Quién mueve?” y el futbolista de turno respondía “muevo yo, Mauro”.

Con la mudanza de Fútbol de Primera del 7 al 9, también Viale pasó del deporte a la actualidad general tomando parte en los noticieros del entonces ATC (tal la denominación del canal público) Buenas noches país (1989) y Dos horas (1990), y entre 1991 y 1996 comandó La mañana, único programa que se transmitía en vivo en ese horario en la TV de aire.

Además, su estilo capaz de combinar el olfato periodístico con cierto gusto por el escándalo y casos policiales para cuyo tratamiento incluía dramatizaciones, lo volcó en otros programas vespertinos similares: Anochecer con Mauro Viale (1993 y 1995) y La tarde con Mauro Viale (1994).

Esa tendencia la profundizó desde agosto de 1996 con Mediodía con Mauro, que al año siguiente pasó de ATC a América y que devino en un “talk show”, formato que por esos años empezaba a asomar y donde cada entrega deparaba una disputa entre los invitados.

En esos espacios se jugó profusamente en torno a la causa de narcotráfico que involucró a Guillermo Coppola, por entonces mánager de Diego Maradona y le dio profusa visibilidad a los personajes involucrados en ella. También de su mano se hizo conocido mediáticamente el empresario Jacobo Winograd.

Entre América y ATC, el derrotero de ciclos propios bajó un poco el nivel de exposición con Impacto a las 7 y en su vuelta a la señal estatal encabezó Despertate con Mauro Viale, Cámaras, Detrás de la historia, este último con libretos de Hugo Moser, y Polémica en el fútbol, pero su estancia allí se terminó con el final del menemismo.

Pero esa aparente calma no duró demasiado y pivoteando entre América y Canal 9 (a cargo del empresario de medios Daniel Hadad), marcó su impronta en diversos espacios donde protagonizó una pelea en vivo con el empresario de la carne Alberto Samid (en enero de 2002) y una supuesta charla con uno de los secuestradores del padre de Pablo Echarri (en septiembre del mismo año).

Con menos protagonismo, pero con igual intensidad, el periodista se mantuvo en pantalla hasta los últimos días de su vida haciendo gala de un estilo propio que lo habilitaba a dar órdenes al resto de sus compañeros en pleno aire.

Hacia la tarde del domingo, nada hacía prever el fatal desenlace debido a que Viale había sido trasladado a terapia intermedia; sin embargo, horas más tarde, Rolando Graña era el encargado de confirmar la noticia en medio de su programa en América TV, del mismo modo que lo hacía Juan Pablo Varsky durante la transmisión oficial televisiva del partido que disputaron River Plate y Colón.

Los restos del periodista fueron trasladados a las 4 de este lunes a la sala de sepelios de la AMIA del barrio de Chacarita, para ser definitivamente depositados desde el mediodía en el Cementerio de La Tablada.

“Mauro Viale fue un hombre que ejerció el periodismo con su propia impronta. En lo personal, pierdo a alguien por quien sentí un profundo afecto y a quien siempre le reconocí el don de respetar la pluralidad”, escribió el presidente Alberto Fernández, al conocerse la noticia.

El conductor y productor Marcelo Tinelli publicó: “Desde el «Quién mueve Mauro?» hasta verlo últimamente al aire en América, pasando por ser vecino en mi edificio. Una vida cerca de Mauro Viale. Un gran tipo. Muy triste por esta ida. Todo mi cariño a su mujer y a mi querido Jonathan Viale”.

Por su parte, este lunes por la mañana hizo lo propio la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien manifestó vía Twitter: “Anoche no pude evitar recordar a Néstor durante unas vacaciones en Pinamar, atornillado frente al televisor todos los mediodías, para seguir «el programa de Mauro» que abordaba un caso muy famoso. Adiós Mauro Viale, trabajador incansable de los medios en Argentina”.

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