Una nueva marcha en reclamo por justicia y seguridad hicieron familiares y amigos de Joaquín Pérez junto a vecinos de la zona norte a dos semanas del homicidio del arquitecto, baleado en ocasión de robo, y luego de que una vecina del barrio sufriera el arrebato de un celular a pocos metros de la escena del crimen y de donde estaba estacionado un patrullero. Menos masiva que las dos movilizaciones previas, en la misma esquina de Juan B. Justo y avenida Alberdi y en el Monumento a la Bandera, la manifestación fue sin embargo intensa, y los familiares del joven asesinado pintaron una estrella roja en el asfalto en el lugar donde recibió tres disparos que acabaron con su vida para robarle el auto que iba a guardar a la cochera, a la vuelta de donde vivía. “Ya pedí justicia. Lo que hagan a mí no me devuelve a mi marido; no le devuelve el papá a mi hija; no le devuelve el hermano a mi cuñado, ni el amigo a sus amigos. Nada lo devuelve a Joaquín, lamentó Indiana, su esposa.
La concentración en la esquina de donde Joaquín fue atacado volvió a exigir el esclarecimiento de los hechos de sangre que azotan a todos los barrios de la ciudad y que ya arrebataron casi dos centenares de vidas este año en la región.
Tras el asesinato de Joaquín se generó una masiva protesta con epicentro en esa esquina de Arroyito, a pocos metros de donde la víctima residió toda su vida, y luego otra convocatoria en el Monumento, también multitudinaria, donde fueron increpados el gobernador Omar Perotti, quien debió retirarse en medio de insultos y empujones, y el intendente Pablo Javkin, el que se quedó media hora más intentando capear al temporal.
La reacción social ante la multiplicación de robos callejeros que incluso pueden terminar en crimen llevó a que la Iglesia Católica, a través de la Pastoral Social, también llevara adelante actividades vinculadas con el pedido de mayor seguridad en los últimos días.
Ayer los manifestantes volvieron a levantar su reclamo de vivir en paz y poder salir a la calle mientras en todas las manzanas de los barrios rosarinos el paisaje se modifica de la misma forma: instalación de alarmas comunitarias, y rejas que van cubriendo aberturas de cada casa, temor ante sonidos de moto cuando las calles están desoladas, salidas en grupo para disuadir a posibles atacantes.
Por el cúmulo de situaciones que se disparó tras el relajamiento del confinamiento por la pandemia de coronavirus, Leandro Pérez, hermano de Joaquín, convocó a una nueva marcha para la semana próxima. Esta vez el epicentro será la plaza 25 de Mayo, frente al Palacio de los Leones. “Las cosas siguen igual, siguen los hechos delictivos y pareciera que se está haciendo más fuerte la ola de violencia”, se quejó Leandro tras pintar, junto a Indiana, la figura que marca el lugar de la tragedia. “Nunca en mi vida pensé que tendría que hacer esto, pintar una estrella roja con la fecha de su muerte”, dijo. “No quiero perder las esperanzas de que las autoridades se den cuenta de lo frágiles que somos y lo expuestos que estamos todos. Hasta que no aparezcan los dos delincuentes que lo mataron a quemarropa no voy a parar. Hasta que cumplan con la pena que les corresponde”, prometió.
“Tienen que encontrarlos. Y no solamente por el caso de Joaquín: por todos los casos que están inconclusos”, exigió por su parte Indiana, con visible congoja.
“No sé cómo se sigue. Porque todavía estoy muy atormentada, muy apabullada. No sé cómo voy a seguir”, lamentó, y recordó que con su esposo había compartido la mitad de su vida: “Estamos juntos desde que éramos muy chicos”, recordó. Y se plantó: “Yo no voy a parar. No voy a pasar un día sin pedir justicia por Joaquín, por mi Joaquín. Y si tengo que romper todo, voy a romper todo”, advirtió.
Mientras tanto, los hechos continúan. Aldana, una vecina del barrio recordó que el último sábado robaron frente a un centro de jubilados y el pasado domingo un motociclista le arrebató la mochila a una chica, en las cuadras de Juan B. Justo al 1700 y al 1900. “Tenemos el móvil en la puerta de la casa de Joaquín Pérez y una vez que se apagan las luces nos roban a media cuadra ni bien bajamos del colectivo. Hay vecinos que han ido a golpearle la puerta al patrullero para avisarles a los policías sobre los robos, les dicen que no pueden hacer nada y que llamen al 911. O sea, es completamente un chiste”.
Luciana López, otra vecina, dijo acerca de la intención de continuar con las manifestaciones: “Es convocar a todos los habitantes de la ciudad, no sólo a los que habitan en el barrio. Estamos todos conmocionados por la muerte de Joaquín, pero invitamos a todos a participar. Este es un problema de todos los barrios”.
“El problema de la violencia afecta a todos los sectores de la ciudad. Todos tenemos hijos que circulan con mochilas, celulares, en bicicleta y le puede tocar a cualquiera. Hoy no sólo somos víctimas de arrebatos, también de golpizas y hasta asesinatos”, dijo la mujer a radio LT8, y reiteró: “Nuestra convocatoria es para pedir seguridad. Es momento de que se tomen cartas en el asunto de forma seria. No se puede vivir más así. No hay que esperar a ser víctima para participar de las marchas para pedir seguridad. Este problema nos afecta a todos y la gente no lo toma en cuenta”.
Imputado por tenencia de arma
En el marco del caso Joaquín fueron demoradas personas hasta que se determinó, en principio, que no tenían vinculación con el homicidio, aunque se aguardan resultados de medidas de prueba genéticas pedidas por el fiscal de la causa Adrián Spelta. Pero una de ellas, un hombre de 47 años identificado como IDL, fue imputado por tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil, luego de que le incautaran en su vivienda de Génova al 6600 un revólver calibre 22. El juez Gustavo Pérez de Urrechu le dictó prisión preventiva efectiva hasta el 1° de diciembre.