Familiares de víctimas de la inseguridad reclamaron ayer justicia y celeridad en la resolución de las causas al tiempo que pintaron estrellas rojas en el Centro de Justicia Penal, con la intención de recordar a sus muertos. La convocatoria fue en la plaza de Sarmiento entre Virasoro y Rueda, donde reclamaron ser atendidos por los fiscales.
«El pedido de justicia no termina nunca. Hace 14 meses que mi hijo no está conmigo. Y ayer mi esposo hubiera cumplido 76 años. En ocho días me llevaron a dos de mis seres más queridos», recordó Ana María, la mamá de Sebastián Oso Cejas, asesinado de un tiro para robarle el auto en la puerta de acceso a la guardia del Hospital Español.
«Pedimos justicia, seguridad y que cambien las leyes. Ya no se puede vivir en Rosario. Ya no existen las clases sociales, los barrios son un lugar donde ya no se puede vivir. No podés estar en la calle afuera, no puedo llevar a mi hijo a jugar a la pelota al club porque por ahí pasa uno tirando tiros», advirtió Mirta, mamá de Alejo, un chico asesinado en la zona de Uriburu y Las Palmeras.
«Hoy estamos todos juntos, haciendo fuerzas. No vamos a parar, estamos juntos en esta lucha de pedir justicia por nuestros seres queridos, por nuestros muertos. Sabemos que la Justicia es lenta, vienen en tortuga. Nos faltan hijos, padres, hermanos y acá seguimos. Por favor cambien las leyes. Que dejen de per-der tiempo como en la reunión de ayer. Ahora van a cuidar al sector gastronómico. ¿Y los barrios? Nuestros muertos salieron de los barrios, sea de la zona que sean. Las balaceras siguen, parece que se burlan en la cara», señaló Patricia, mamá de Rocío Romano, asesinada a tiros en Patricias Argentinas y Centeno.