La suba del dólar viene repercutiendo en diferentes sectores y los medicamentos no son la excepción. Desde el miércoles aumentaron entre un 6 y un 10 por ciento, según confirmaron desde el Colegio de Farmacéuticos de Santa Fe. “Hasta ahora nosotros tenemos una reposición normal. Pero desde las droguerías nos informaron que están teniendo algunos faltantes”, advirtió Cándido Santa Cruz, presidente de la entidad.
El dirigente explicó que desde miércoles los remedios vienen con un aumento que, en algunos casos, llegan hasta el 10 por ciento. “Hasta ahora las farmacias responden con normalidad en general. Pero el tema es que los pedidos de los laboratorios están saliendo con algunas restricciones”, señaló.
Santa Cruz recordó que desde que comenzó el 2019 los medicamentos están aumentando cerca de un 3 % mensual. Y agregó que por la caída del poder adquisitivo de los salarios los clientes buscan opciones más económicas (en lo que se conoce como medicamentos genérico).
“Los farmacéuticos reciben cada vez más consultas sobre las opciones de compra por fuera de las recetas de los médicos. Y elegir segundas marcas puede significar un gran ahorro”, especificó.
“Claramente el sector farmacéutico no escapa al grave contexto económico que vive el país. Si sube el dólar van a seguir aumentando los medicamentos”, concluyó.
En Córdoba también
Por su parte, desde el Colegio de Farmacéuticos de Córdoba (Colfacor) señalaron que los precios de los medicamentos de venta libre son los que más aumentaron
Germán Daniele, el presidente de Colfacor, cuestionó el carácter oportunista de la industria farmacéutica: “Aunque no son todos, la mayoría de los laboratorios aprovecharon la corrida del dólar para aumentar los precios. Cuando ya actualizaron un 20 por ciento por encima de la inflación”.
El responsable de la entidad pidió a los farmacéuticos cautela a la hora de hacer sus pedidos y negó que exista un riesgo de desabastecimiento. “Las farmacias brindan un servicio social. Hay que ponerse del lado del paciente, que es quien está sufriendo con todo este proceso”, agregó en diálogo con el diario La Voz del Interior.
A los pacientes pidió que se informen sobre las opciones más económicas que tiene una misma droga, ya que existen variaciones significativas de precios, según un laboratorio u otro.
El riesgo de cortar
En 2018, el precio de los remedios aumentó un 66,5 por ciento en relación con el año anterior. Esto es, un 20 por ciento por encima del índice de inflación general.
La entidad advirtió que, por el costo de los medicamentos, cada vez más personas interrumpen sus tratamientos porque no pueden costear los remedios prescriptos por el médico.
A la hora de contar los billetes y decidir qué llevar, los comportamientos son diferentes. Los adultos mayores deciden comprar algunas drogas y otras no. En cambio, los jóvenes piden fraccionado. En ambos casos, hay una afectación de la calidad de vida.
“Hace tiempo venimos advirtiendo que la crisis está impactando en la conducta de los pacientes en las farmacias. Dos años atrás, dijimos que consultaban precios y se llevaban el más barato. Pero ahora, en cambio, están cortando los tratamientos”, indicó Georgina Giraldi, vicepresidenta del Colegio de Farmacéuticos cordobés.
Tratamientos para el colesterol, paliativos del dolor, suplementos vitamínicos, antiinflamatorios y productos para facilitar la circulación figuran en la lista de lo que más se corta. En cambio, medicamentos contra la hipertensión o diabetes no se discontinúan porque “son de vida o muerte”.
“Cortar un remedio contra la gastritis puede provocar una úlcera –alertó Giraldi–. Si no se corrige una intoxicación hepática, se puede producir una mala absorción de vitaminas y minerales. Y, por consiguiente, una desnutrición. Un producto que se abandone para la osteoporosis puede provocar quebraduras. En cualquier caso, disminuye la calidad de vida”.