Arde la UCR santafesina y ya se empieza a palpitar el año electoral. La visita del presidente del Comité Nacional del partido, Alfredo Cornejo, el último fin de semana a Rosario no pasó desapercibida. Cornejo sugirió que en 2019 todo el radicalismo santafesino debe encolumnarse en Cambiemos. Desde el sector NEO –aliado del socialismo– lo cuestionaron por inmiscuirse en cuestiones partidarias provinciales. Y este jueves el vicegobernador Carlos Fascendini lo atacó sin diplomacia. “Cornejo es un travesti político”, tiró Fascendini.
El vicegobernador le reprochó al presidente de la UCR nacional su intento de romper el Frente Progresista y alinear a la totalidad del radicalismo dentro de Cambiemos. “Las manifestaciones de Cornejo están anticipadas y fuera de lugar. Cornejo es un saltimbanqui de la política, es un travesti político. Fue alfonsinista, después kirchnerista junto a (Julio) Cobos y ahora está en Cambiemos”, cuestionó Fascendini.
Las críticas del vicegobernador no cayeron bien ni en la UCR ni en el colectivo trans. Es que, mientras Fascendini hacía esas declaraciones en una radio de Santa Fe, el gobernador Miguel Lifschitz se encontraba en Rosario encabezando el acto en el que se le entregó un reconocimiento de reparación histórica a una mujer trans sobreviviente de la última dictadura.
Más allá de la comparación, Fascendini fue muy duro con Cornejo y le reprochó sus posicionamientos políticos: “El Frente Progresista tiene 23 años; es anterior a esta novedad de la integración con el PRO de Cambiemos. Este sujeto no tiene autoridad moral para plantear esto de la UCR de Santa Fe, que además de la trayectoria tiene mayoría. Lo ha demostrado: la UCR ratificó la conformación del Frente Progresista”.
Fascendini recordó que, para las próximas elecciones, será la convención partidaria la que decida la estrategia de alianzas. “Siempre nuestra aspiración es que un radical sea candidato a gobernador. Desde NEO se lo vamos a reclamar al presidente de la UCR en la provincia. Venimos teniendo reuniones con otros sectores del radicalismo, que ya lo presidieron, y ahora le toca al NEO”.
“El partido fijó un rumbo”
El titular del radicalismo provincial Julián Galdeano rechazó las declaraciones de Fascendini: “Veo con preocupación que haya sectores del radicalismo que pareciera que se ponen contentos con la división del partido. Es cierto que estamos desde hace un tiempo en una situación donde algunos hacen más hincapié en el frente provincial y otros en Cambiemos, pero más allá de esas diferencias no puede ser que coloquen de rehenes a muchísimos radicales y mucho menos al partido”.
Para Galdeano, es claro que más tarde o más temprano la UCR santafesina deberá zanjar la cuestión: “Somos un partido nacional que definió un rumbo para todo el país. Los santafesinos que participamos del debate en el plano nacional tenemos la oportunidad de expresarnos. Y todos debemos adaptarnos a los lineamientos del partido. No se puede reclamar que se respete la institucionalidad en la provincia si no se respeta en el plano nacional”.
“El radicalismo tendrá que avanzar en la línea que establezca el partido a nivel nacional. El Comité Nacional ya ha planteado que tiene que conformarse Cambiemos en todo el país, eso no está en discusión. El radicalismo, como partido político, va a estar conformando Cambiemos en los 24 distritos del país en las elecciones de 2019”.
—Eso implica que el Frente Progresista, tal como se conoce hasta ahora, se termina.
—Sin dudas.
También el intendente santafesino José Corral cuestionó al vicegobernador: “Fascendini representa a la vieja política. Entiendo que le moleste Cambiemos, que es algo nuevo. Pienso que debería ser más respetuoso, esas declaraciones no ayudan en nada”.
Reparación histórica
En el marco del día internacional de Lucha contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género, el gobernador Miguel Lifschitz entregó un reconocimiento a una mujer trans sobreviviente de dictadura. Carolina Boetti recibirá una pensión de 15 mil pesos. Es la primera de las 20 beneficiarias incluidas en la ley provincial de Reparación Histórica.
“Han pasado 40 años desde el proceso militar y uno piensa que conoce todo lo que ocurrió durante aquellos años. Sin embargo, seguimos encontrando evidencia de lo genocida que fue la dictadura militar. Poner en evidencia esta faceta, lo que hizo la dictadura en la comunidad trans y los actos de represión y persecución, es mostrar otra cara de lo que significó ese proceso”, señaló Lifschitz.
Críticas a los dichos del vicegobernador
Mientras el gobernador Miguel Lifschitz recibía a personas trans sobrevivientes de la última dictadura, el vicegobernador Carlos Fascendini, de origen radical, se despachaba en una radio santafesina con una expresión que parece contradecir la definición política que el gobierno provincial se esfuerza en sostener: “Cornejo es un saltimbanqui de la política, es un travesti político”, escupió sin inmutarse en relación con el gobernador de la provincia de Mendoza.
Algunos dirán que es una paradoja, que en realidad quiso decir otra cosa, que en política es una fórmula conocida para referirse a los que dicen ser una cosa pero en realidad son otra. Pero allí radica el problema. ¿Acaso Fascendini considera que las travestis son portadoras de una falsa identidad? ¿Cree que una persona que se autopercibe travesti es mentirosa con la sociedad? ¿Todavía piensa que la genitalidad está unida indisolublemente al género que nos fue asignado al nacer por las instituciones?
Las declaraciones de Fascendini revelan problemas mayúsculos: por un lado, el radical desconoce o parece haber olvidado que la ley de Identidad de Género consagra a la autopercepción como derecho fundamental en el reconocimiento de la identidad. Y, en esta línea, olvida también que su vigencia busca no sólo el reconocimiento legal, sino también una transformación en las condiciones de vida para quienes fueron oprimidxs y vulneradxs en sus derechos por razones de género.
El cuadro se agrava si pensamos que el vice de Lifschitz no sólo violenta e insulta a la comunidad travesti con sus declaraciones, sino que también reniega de los principios que rigen la ley de Educación Sexual Integral, aliada fundamental a la hora de pensar transformaciones estructurales. ¿Qué cambios podemos esperar de una sociedad trans-odiante si sus funcionarios replican a boca jarro expresiones que profundizan el odio?
Parece una obviedad, pero no lo es: tal vez el gobernador no pueda controlar la verborragia de los integrantes de su gobierno en el fragor de una declaración periodística. Pero lo que sí puede (y tal vez debe con urgencia) es internalizar las definiciones políticas de su gobierno La agenda de diversidad no puede permanecer sólo como un ítem en el calendario progresista. Que una política sea de Estado, también significa que un hecho de estas características no pase inadvertido.