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“Favio: Crónica de un director”, vida y obra de uno de los más grandes

Exitoso en festivales, el film tendrá estreno comercial en noviembre; explora al gran realizador nacional a través de la voz del propio Favio, pasajes de sus films y testimonios.

El documental Favio: Crónica de un director es un material muy atendible sobre uno de los directores más interesantes que tuvo el cine nacional hasta ahora, incluso dentro de lo que se denominó la generación del 60. En tal sentido, Leonardo Favio fue a la vez extemporáneo porque hizo una obra muy propia, con una identidad muy definida, tal vez por el componente ideológico, no demasiado coincidente con los realizadores de esa etapa. Dirigida por Alejandro Venturini, la película tuvo un recorrido por festivales. Recientemente participó del festival de Cine Latinoamericano de Rosario que tuvo lugar a principios de setiembre. Algunos de los otros fueron: la última edición del Festival Internacional de cine de Mar del Plata; la 12ª edición del festival Pantalla Pinamar; el 19º festival de Cine de Punta del Este; la edición del Bafici 2016; el 6º festival Internacional de Cine Político. El documental se propone como un recorrido sobre vida y obra de Leonardo Favio, en su caso algo por demás de íntimamente ligado, tanto que hasta puede decirse que sus relatos adoptaron las formas de sus sentimientos, deudores de la cultura popular, y del amor y la generosidad siempre en pugna con los intereses mezquinos, las rivalidades de clase y los prejuicios. Favio…cuenta con pasajes de todos los films del director en sintonía con uno de sus mayores hallazgos: el audio con la voz del director de Aniceto sosteniendo todo lo que el relato ofrece en una estructura dinámica e imprevisible; tiene testimonios de quienes trabajaron con él en algunas de sus películas, desde los actores Graciela Borges, Juan José Camero y Edgardo Nieva, hasta directores de fotografía como Juan José Stagnaro, y, el otro hallazgo, el guionista de buena parte de su obra y a la sazón hermano mayor Zuhair Jury, quien despliega casi una soberbia actuación narrando anécdotas, momentos clave, ascensos y caídas de Favio con un histrionismo entre cálido e irónico que deja huella.

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El realizador Alejandro Venturini.

El de Venturini es un recorrido muy bien planteado a la hora de pensar en un abordaje sobre el director de Crónica de un niño solo. Acerca de cómo surgió la idea de este documental, que tendrá estreno en noviembre en Rosario, y sobre cómo pensó la estructura, el realizador apunta: “Me acerqué a Favio para entrevistarlo cuando era estudiante de cine, era el momento en que él estaba con la distribución de Aniceto, le escribí a la productora y me respondió la asistente personal; me dijo que en ese momento no podía pero que en dos meses me contactaba; no me quedé esperando porque pensé que no me iban a contactar pero a los dos meses me llamaron y nos reunimos en su casa en Once. Cuando le pregunté si podía filmarlo me dijo que sólo podíamos hacer audio. Llevé una lista de preguntas pero Favio salió hablando de otra cosa que era más valiosa que lo que a mí me interesaba, que era conversar sobre algún tipo de plano que él había hecho. Terminó hablando de la pasión que sentía por el cine y eso fue más interesante”, y agregó: “También puedo decir que el germen fue a través de mi viejo, que era muy cinéfilo, y me había contado que cuando vio Juan Moreira había llorado mucho, y eso me quedó dando vueltas, y a los 15 o 16 años vi las películas de Favio y me volaron la cabeza, ahí me volví un admirador de su obra”.

En el documental hay un recorte de ese audio que Venturini grabó que funciona muy bien como andamiaje; la voz de Favio apunta algunas frases que sostienen lo que luego va desarrollándose en las secuencias o en los testimonios. “Son una suerte de tips que él iba soltando, de la entrevista que yo había planteado no quedó nada y lo que quedó fue lo que generó la estructura que la película tiene porque los hechos cronológicos están y se producen en la forma en que está hecha la misma entrevista, el documental termina teniendo el mismo orden que tuvo la entrevista”, señaló, y continuó: “Ese orden cronológico está en relación con su vida pública, porque empezamos en el lugar donde nació, en Las Catitas, en Mendoza, luego cuando se va a Luján de Cuyo, y después cuando viene a Buenos Aires; también está lo ideológico cuando se presenta como un militante después de la resistencia peronista, de alguna manera el documental se fue dando dentro de una lógica “faviana”.

Acerca de cómo definió quiénes iba a dar los testimonios, Venturini explicó: “Siempre se buscó a aquellos que hubieran trabajado a su lado”. La película cuenta con la participación de Zuhair Jury, su hermano, quien recrea ciertos momentos de Favio y es valiosa por haber sido el guionista de varios de sus films, estar cerca y vivir determinados episodios de su vida como los vivió. “Sí, Zuhair prácticamente actúa su personaje, fue también la figurita difícil, encima era el hermano mayor de Favio, costó mucho acceder a él, estuvimos seis meses tratando y además nos enteramos que cuando Favio murió hubo mucha gente que quiso entrevistarlo lo avasalló y eso lo ofuscó y cuando fuimos teníamos un prejuicio con eso. Fue todo lo contrario, nos recibió muy bien, estuvimos como seis horas en su casa mateando, no había nadie mejor que él ya que había estado con Favio en su infancia, en su adolescencia y habían escrito guiones en conjunto, era el más indicado como narrador”, contó Venturini.

Sobre si los testimonios estuvieron en relación con los films de Favio o son los que tuvo a mano, el realizador apuntó: “Los protagonistas de Soñar, soñar, que nos interesaban, (Carlos, el boxeador) Monzón y (Gian Franco, el cantante) Pagliaro, habían fallecido; su asistente personal, que lo había acompañado en todos los rodajes, Rodolfo Mórtola, también. Pero había otros y la idea era que a través de ellos se terminara de explicar aquello que Favio no me dijo en la entrevista, complementar la parte de pasión con la parte técnica y a su vez mantener cierto equilibrio para que lo disfrute todo el mundo, que el documental le sea útil a quien esté en el medio cinematográfico y también a mi viejo, o a mi hermano  que puedan ver el documental y no se aburran, busqué ese equilibrio”.

Se busca apoyo

El costo de los films suele ser una complicación para aquellos más artesanales. Para ello se ideó un sistema llamado crowdfounding, donde los interesados en el proyecto pueden dar su apoyo financiero a cambio de una retribución relacionada con la propuesta. Favio… necesita 55 mil pesos para estrenar, monto que corresponde al pago de sindicatos y derechos de autor, necesarios para cualquier estreno comercial. La dirección web para participar es http://www.idea.me/faviocronicadeundirector.

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