La Policía Federal allanó este miércoles una vivienda de Barrio Matheu en Ceres (departamento San Cristóbal) y detuvo a un hombre por orden del juez que interviene en la causa de la desaparición del pequeño Maxi Sosa. El niño desapareció el 21 de diciembre de 2015 mientras estaba al cuidado de su abuela y cuando su madre estaba en el hospital dando a luz a unos de sus hermanitos.
El detenido, Pablo Américo L., fue llevado esposado por los agentes federales este jueves a la madrugada. Los efectivos secuestraron una camioneta y un auto de alta gama y también una motocicleta de alta cilindrada, informó Ceres Diario.
La orden de allanamiento y detención fue emitida por el juzgado federal a cargo de Miguel Abásolo. El detenido será indagado este viernes.
Daniela Sosa, madre de Maxi habló tras la detención de Américo P. y dijo “haberlo sentido nombrar” pero que no lo conoce personalmente.
Tras los allanamientos realizados por los agentes federales, la mujer dijo estar “desorientada”.
“No entiendo por qué no hay información, que después salta alguna información y todo queda en la nada. Mucha gente me apoya pero mucha información no tengo, no me pasan. Para mí falta más que se pongan un poco más las pilas, pasan meses, semanas, años y siempre lo mismo”, dijo en diálogo con Carlos Mehaudy en Estilo EME.
El caso de Maxi Sosa pasó al fuero Federal a mediados de 2018 luego de que la fiscal del Ministerio Público de la Acusación Hemilce Fissore, quien investigó la trama junto a su par adjunta Silvina Verney y el fiscal Diego Vigo, planteara ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación que “había pruebas suficientes para creer que se trata de un hecho de trata de personas”.
El pequeño fue visto por última vez la tarde del 21 de diciembre de 2015 en la cuadra de la casa de su abuela, en el barrio Juan Pablo II, un vecindario de sólo dos cuadras en donde “viven familias con niños en situación de extrema fragilidad”, según publicó un informe periodístico realizado por Ceres Diario. El niño, que tenía por entonces tres años, se había quedado al cuidado de su abuela porque su madre estaba dando a luz en el hospital de esa ciudad.
Maxi y una herida que no cierra
El relato de los familiares fue que la tía dormía la siesta, su abuela fue a visitar a la mamá del niño y al regresar ya no encontró a Maxi en la casa. Con esas declaraciones, una hipótesis es que el niño podría haberse caído en una cava cercana a la vivienda, pero la búsqueda no dio resultado. Ni allí, ni en los alrededores.
El caso dio un giro resonante un año después: la Agencia de Trata de Personas de Santa Fe realizó entrevistas y escuchas telefónicas que direccionaron sospechas y terminaron con las detenciones de su abuela y la pareja de ella, quienes aún continúan con prisión preventiva.
“La mujer investigada (de 41 años al momento de los hechos) y un hombre mayor de edad (de 37) con el que convivía sustrajeron al menor por entonces de 3 años del poder de su madre sin su consentimiento, lo retuvieron y lo ocultaron para luego desplazarlo a un destino desconocido, por lo cual todavía no se ha podido dar con el paradero del niño”, fue la conclusión a la que llegó la fiscal Hemilce Fissore.
El pase al fuero federal
La fiscal provincial Hemilce Fissore pidió entonces el pase de la causa al fuero federal ante la presunción de un hecho de trata. La Corte Suprema de Justicia de la Nación le dio la razón y ordenó que la Justicia Federal de Rafaela investigue la desaparición de Maximiliano Sosa.
En octubre del año pasado, el Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció una recompensa de un millón de pesos a quien aporte datos que permitan avanzar en la investigación.