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Fein contra opositores: «Algunos candidatos hacen un poco de demagogia»

La intendenta criticó a los que dicen "lo que la gente quiere escuchar" y escapan a "la verdadera complejidad de los problemas". "Nosotros podemos demostrar lo que hicimos", argumenta y remate con fe: "La gente va a profundizar el camino que estamos dando"

En el medio del año más difícil de los ocho que lleva como intendenta, y en el marco de una campaña electoral donde el Frente Progresista se juega la continuidad del modelo, tanto en la ciudad como en la provincia, Mónica Fein busca sostener con su candidatura a senadora por el departamento Rosario el lugar del socialismo en la Cámara alta provincial. En las Paso de abril fue la candidata más votada, con algo más de 150.000 sufragios, y este domingo busca repetir.

Claro que Fein no llega a estas elecciones como una simple candidata a senadora. Tras ocho años como intendenta, su voz tiene peso para hablar de propios y extraños, y hasta para meterse también en la desgastante rosca nacional. En diálogo con El Ciudadano, Fein reconoció que este fue el año más difícil de su gestión, acusó a opositores de plantear propuestas demagógicas en la campaña y pidió a los votantes que no se dejan seducir por promesas de difícil cumplimiento. Además, propuso un innovador tributo metropolitano, con el que busca mejorar la infraestructura en le región y terminar con peleas entre municipios por la radicación de las empresas.

—Con todos los recortes que hizo el gobierno nacional, ¿este fue el año más difícil de la gestión?

—Si, creo que es el año más difícil después del 2001, cuando a mi me tocó estar en otro lugar. Tuvimos después momentos de recuperación económica y venimos en una caída en los últimos años, donde cada año es más difícil que el otro. Pero este año particularmente para los municipios hubo pérdidas importantes. Primero nuestra capacidad económica, porque nunca los ingresos acompañan los desafíos que tenemos. No fuimos parte de ningún pacto fiscal y la decisión nos desfinanció. Nos sacó financiamiento al transporte, el fondo sojero y la demanda en salud y asistencia social creció. Además, la verdad es que uno de los momentos donde más dolor veo en la sociedad, porque a veces vuelvo a mi casa muy cargada, con el pedido de personas que me piden empleo, que tienen tres chicos, que se quedaron sin trabajo los dos, o que no pueden seguir alquilando, la verdad es que se están viviendo dramas en muchas familias, y eso, si bien uno sabe que es una cuestión macroeconómica, que no se resuelve desde la ciudad, produce un impacto desolador, no solo para una pyme o un comercio, sino para la familias que se quedan sin ingresos.

—Esta vez la crisis no explota en la cotización del dólar, pero si en la pérdida de trabajo.

—Yo creo que la crisis tiene cara de ciudadanos. Porque uno dice el riesgo país, el dólar, y parece que son todas cosas de la macroeconomía, pero lo que yo veo en cada barrio es que nunca tuve tantos curriculum en mi vida, gente con formación terciaria, técnica, universitaria, buscando trabajo, obviamente también gente que tenía trabajo y lo perdió, nunca vi tanta gente que planteara el tema de vivienda como algo de urgencia, y obviamente tampoco dejo de lado el 2001. Recorriendo tantos comercios, uno al entrar se encuentra con el comerciante solo, o con una sola empleada, y cuando le pregunta cómo está no encontramos un sector de los que son parte de la economía local que te diga «estoy bien», y la verdad que eso es muy duro para la ciudad. La verdad es que se vive con mucha preocupación. El país es como un paciente en terapia intensiva, a lo mejor el 2001 fue un infarto, esto es una terapia intensiva donde el paciente va empeorando.

—¿Qué le pasa cuando escucha al presidente Mauricio Macri decir que este es el camino correcto?

—Para unos pocos, para sus amigos. Es gente que nunca lavó los platos, nunca tuvo la realidad en sus manos. Nunca tomó un colectivo. Nunca le pasó, como a casi todos, “no llego a fin de mes”. Todos nosotros pasamos por situaciones difíciles, y nos recostamos en la familia, en amigos, pero cuando toda la estructura económica está resentida no llegar a fin de mes significa realmente discutir qué comemos. Creo que este año es el más difícil, y además es un año electoral, donde creo que también nos plantea a nosotros como sociedad la necesaria búsqueda de otro rumbo económico, que nos de otra perspectiva.

—¿Cómo está viendo el debate preelectoral, después de los dos debates públicos a intendente y gobernador?

—A mí me parece que Santa Fe está en un lugar destacado de calidad política, porque simplemente con que nadie discuta que deber haber debates, y nadie se resista a ir a un debate, es buena calidad política. Después nos podrán gustar más o menos la estructura del debate, pero me parece también que hay que analizar los planteos de algunos candidatos que hacen un poco de demagogia, con propuestas que la gente quiere escuchar: “No voy a cobrar nada, voy a bajar el boleto, no voy a cobrar los impuestos”. A mí me parece que eso no le hace bien a la política, porque muchos de esos candidatos estuvieron en el gobierno nacional y tomaron medidas que afectaron el transporte de la ciudad negativamente, y una le podría reprochar por qué en su momento no ayudaron a equiparar los subsidios que tenía Capital, cuando el subte salía dos pesos en Buenos Aires y acá 10 el colectivo. Muchas veces fuimos a golpear las puertas y no lo resolvió, este gobierno lo empeoró y ahora todo el mundo dice “voy a bajar todo”. Hay que poder escuchar propuestas concretas que digan el cómo, yo creo que Antonio Bonfatti y Pablo Javkin las tienen, y que hay dos mecanismos que tiene el resto: promesas que tienen que ver con la campaña y lo otro es aprovechar lo que la sociedad a lo mejor más nos interpela como sector político, que tiene que ver con la seguridad, también con promesas: “Yo voy a resolver el tema, yo sé lo que hay que hacer”. Si hay algún intendente que dice que puede resolver el tema miente, porque se requiere de todos los niveles del Estado. Yo estoy orgullosa de haber hecho el Plan Abre en 35 barrios, el Nueva Oportunidad, con 8.000 jóvenes para que se incluyan socialmente, ser parte de un equipo que se reúne para ver los problemas de la violencia urbana, trabajar para aportar datos que nos piden los fiscales para seguir la ruta del dinero, pero no se puede sin el gobierno provincial, te diría sin la Justicia y obviamente no se debería poder tampoco sin la Naciòn involucrada también. El intendente puede coordinar con los distintos niveles del Estado. Eso sí lo puede hacer, y puede hacer acciones. Sí, desde las luces LED hasta la parada segura, como dice Pablo (Javkin). Puede hacer muchas cosas, pero no puede decir “yo voy a solucionar el problema”, porque tenemos que dar en el debate la complejidad de los problemas, hay que poder discutir.

—Usted ve más promesas que explicación del cómo.

—Exacto. En nuestro caso no somos una sorpresa, nosotros lo que decimos lo hacemos, y la gente puede comprobarlo. Podrá decir que en algunas cosas lo hicimos mejor y en otras peor, pero no utilizamos la promesa como elemento, ni de campaña ni de trabajo. Cuando nos decían que eran una exageración los hospitales que íbamos a hacer en la provincia, los hicimos. Los inició (Hermes) Binner, los siguió Antonio Bonfatti y los terminó Miguel Lifschitz. Y seguramente Bonfatti terminará el de zona sur.

—¿Qué importancia tiene esta elección para ustedes en el marco de todo el proceso socialista, tanto en Rosario como en la provincia?

—Como toda elección es el momento de decisión importante del futuro de una provincia o de una ciudad. La gente nos conoce y es un momento donde nosotros podemos demostrar lo que hicimos. Hace muy poco presenté las mil obras de estos ocho años. Lo mismo en la provincia de Santa Fe. Y también conoce a los otros actores, espero y creo que la gente va a profundizar el camino que estamos dando. Sabiendo que hay muchas cosas para hacer, pero las hacemos con transparencia, con responsabilidad, siempre con inclusión y con mucha coherencia. Ahora que hay tanta rosca donde todo el mundo acuerda con cualquiera, nosotros siempre estuvimos en el mismo lugar. El Frente Progresista es un frente de muchos partidos que siempre estuvieron por la inclusión, por la igualdad, por los derechos, y me parece que eso tiene valor. No fuimos y vinimos. No cambiamos de bando ni de posición. Creo que hoy esto tiene hoy valor y espero que la sociedad lo reconozca.

—¿Cómo está funcionando la experiencia del Ecom, donde usted es presidenta, y qué implica esta idea de tributo metropolitano que lanzó en los últimos días?

—Yo creo que el Ecom es una experiencia única en Argentina y realmente muy avanzada, donde 24 municipios y comunas tenemos un plan urbano cada una, pero con una sola visión estratégica. Que pensamos en siete directrices de ordenamiento de nuestro territorio, dónde tiene que estar el área productiva, dónde tiene que estar el desarrollo de vivienda, para no hacer ciudades desplanificadas, y también tenemos herramientas nuevas. Hemos creado por primera vez lo que llamamos una ruta metropolitana, que une San Lorenzo, Fray Luis Beltrán, Capitán Bermúdez, es un concepto nuevo, ni provincial, ni local, es metropolitano, porque pasa por varias ciudades. Y con el área productiva nos parece lo mismo. Hay una propuesta que tenemos en tierras de Rosario, de Soldini y de Pérez para hacer un gran espacio productivo, donde las tres localidades podamos aportar infraestructura y sea un polo productivo de las tres localidades. Es una herramienta que venimos charlando con muchos intendentes es pensar un tributo metropolitano, que sea para resolver infraestructura metropolitana, que la necesitamos, caminos, rutas, accesos. Estamos en condiciones de pensar nuevas herramientas, y espero poder plantearlas como senadora, porque tenemos que dejar de competir entre ciudades para colaborar entre ciudades.

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