Tras los agitados tiempos electorales parecía que las diferencias que complican a un sector del socialismo rosarino se habían aplacado. Pero el controvertido proyecto por el que el Concejo delega en el Ejecutivo la facultad de aumentar el boleto del transporte urbano por el lapso de un año (iniciativa que salió de comisión sorpresivamente el miércoles pasado y a unos pocos días del último incremento) pareció demasiado para los ediles que históricamente respondieron al sector que lidera el senador nacional Rubén Giustiniani. Se trata de Edgardo Falcón, Mariana Alonso y Orlando Debiasi, quienes dudaron hasta último momento en la sesión del jueves y eso fue la causa inicial para que la misma terminara sin quórum y con el proyecto que busca restarle complicaciones a la intendenta electa Mónica Fein, momentáneamente sobre el piso. Tras estas idas y vueltas, la futura mandataria buscó ayer restarle importancia a lo acontecido y a las disidencias internas, y expresó que la semana próxima se insistirá con la voluntad de que la normativa sea sancionada en el Palacio Vasallo.
La delegación de facultades al Ejecutivo comenzó a discutirse a las 22 del pasado jueves. En su contenido el proyecto autoriza al Ejecutivo, por el término de doce meses, a fijar el valor de la tarifa del Transporte Urbano de Pasajeros (TUP) cuando exista un desfasaje igual o mayor al 10 por ciento entre la tarifa vigente y el estudio de costos que realiza bimestralmente el Ente de Transporte de Rosario. El permiso se otorgará dentro de los requisitos establecidos en esos informes, en particular los referidos a los incrementos salariales –con la mirada puesta en las paritarias de los choferes prevista para marzo o abril– y a lo que pueda suceder con los subsidios que llegan del gobierno nacional.
En rigor, el edil Oscar Greppi, de la Coalición Cívica y aliado al socialismo, había dado el miércoles el cuarto voto necesario en comisión para que el tema pueda ser tratado en el recinto el día siguiente. El concejal había planteado (y obtenido) que se negociarán algunas modificaciones, ya que la idea de máxima del oficialismo era cederle a Fein por 18 meses la atribución de aumentar los precios no sólo para colectivos, sino agregarle a eso taxis y remises. Y que el “gatillo” para disparar la prerrogativa fuera un desfasaje de 5 por ciento.
Lo cierto es que desde que el miércoles salió de comisión ese despacho, las críticas llovieron desde todo el arco opositor con un grado de virulencia poco habitual. De ahí que se previera un debate caliente y una votación bien ajustada para el pasado jueves. Pasadas las diez de la noche y luego de que se hayan aprobado tras un largo debate la ordenanza de Presupuesto para el año próximo y la suba de la Tasa General de Inmuebles, llegó la hora de ver qué sucedía con las facultades delegadas.
Allí, como se esperaba, y tras la defensa inicial de la iniciativa que hizo la presidenta de la comisión de Servicios Públicos, Clara García, los presidentes de cada uno de los bloques de la oposición se despacharon con todo. Lo cierto es que cuando ya estaban por finalizar las exposiciones, de a uno los oficialistas “díscolos” Alonso, Falcón y Debiasi se fueron retirando del recinto dejando en evidentes dudas cuáles serían sus posturas a la hora de votar. Al instante, y luego de cederle la presidencia a su vice, Norma López, salió tras ellos Miguel Zamarini para intentar convencerlos de apoyar la iniciativa. Al tiempo que sucedía eso, la mayoría de los concejales opositores aprovecharon la ocasión para abandonar el recinto, y así la sesión quedó sin quórum.
“Estaba acordado previamente que todo el bloque más Greppi y el radical Gonzalo del Cerro votaban la iniciativa. Y se desempataba con el doble voto del presidente Zamarini. Pero se ve que ellos tres se fueron dando vuelta con el correr de los discursos. “La verdad que lo que hicieron nos sorprendió. Vamos a tener que tener que charlar bien con ellos…”, confió ayer un edil socialista con notoria molestia.
En tanto, y ya en la jornada de ayer, Fein buscó restarle importancia al hecho de que las disidencias internas dentro del propio bloque socialista hayan impedido la aprobación. Defendió la iniciativa y dijo que insistirá para que sea sancionada. “El Concejo lo tiene que definir y si no lo hace la gobernabilidad no se verá afectada”, señaló la futura mandataria, en clara señal de que la semana que viene, en la sesión del miércoles próximo (la última del año) se insistirá con el proyecto. “El tema está planteado, si hay voluntad lo podremos sacar y si no lo discutiremos el año próximo, no me parece que sea determinante para ninguno”, minimizó luego. La misma postura tuvo Clara García en contacto con este medio, quién confió que en breve se podrán poner de acuerdo en todo el bloque sobre la cuestión.
Lo cierto es que el proyecto de “superpoderes” para decidir sobre la suba del boleto perdió despacho y deberá volver a comisión de Servicios Públicos, donde otra vez habrá que darle luz verde para que vuelva ser tratado en el pleno. En diálogo con El Ciudadano, el concejal radical Jorge Boasso sostuvo que en la próxima sesión, y de insistir el oficialismo con su propuesta, el cuerpo de ediles opositores no debería volver a dar quórum. Incluso, manifestó abiertamente que está detrás de esa movida. “Ya hablé con otros concejales para eso”, expresó. “Todo proyecto de golpe de institucional, de un golpe a la división de poderes, justifica cualquier arma o instrumento democrático para evitarlo”, declaró finalmente.