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Felipe Aldana, el poeta libertario

Reconocido por hombres de letras del mundo, apenas una ínfima parte de su obra llegó a ser publicada cuando vivía. Sus versos fueron parte de la revista Ensayos, que imprimía con mimeógrafo una biblioteca anarquista de zona oeste entre 1946 y 1956.

Felipe Aldana puede ser considerado como un poeta y narrador perteneciente a la vanguardia literaria de Rosario y de Argentina de la década del 40 en el pasado siglo XX.

A pesar de la escasa difusión de su obra durante su existencia, recibió el reconocimiento de autores de la talla del español Vicente Alexaindre y fue considerado como “un hermano en la poesía” en palabras de León Felipe, quien en su periplo de exiliado luego de la Guerra Civil Española (1936-1939), se lo dijo con altavoz  en ocasión de un encuentro en el Centro Español de Unión Republicana de Rosario. En la oportunidad, ambos leyeron sus versos y en la emoción de este intercambio se estrecharon en un cálido abrazo.

Aldana comenzó su actividad política en el socialismo, pero a poco de andar se incorporó a la Biblioteca Anarquista Rafael Barrett, que funcionó en barrio Mendoza, en la zona oeste de  Rosario, entre 1946 y 1956.

En ese centro de estudios sociales y culturales ácrata, impulsado entre otros por Juvenal Fernández, Mario Bertot, Arquímedes Símboli y en el que disertó en diversas ocasiones sobre socialización de la medicina y temas sociológicos el médico Juan Lazarte, se publicaba la revista Ensayos. Felipe Aldana, asiduo concurrente a ese local, publicó en la revista impresa en mimeógrafo varios de sus poemas, como el dedicado a Mahatma Gandhi.

Respecto de la llegada a manos de Alexaindre de sus poemas, quien se los entregó en propia mano fue Rogelio Lovell, amigo de Aldana, en un viaje que realizó a Europa. Esto se conoció por el testimonio oral del propio Lovell, también simpatizante de las ideas anarquistas y miembro de la Unión Socialista Libertaria de Rosario.

Una vida intensa y difícil

Felipe Aldana Piazza, nació en Máximo Paz, provincia de Santa Fe en 1922, y falleció en Rosario en 1970.

Como se reseña en una enciclopedia virtual: “En los años 40 estaría asociado al Partido Socialista, y junto a Eduardo Juan Eugenio Chort y otros más fundó en 1943 el primer Teatro de Títeres de Rosario, “Retablillo de Don Cristóbal”, nombre que referencia la obra de Federico García Lorca”.

“Aunque publicó poemas y cuentos en diversas revistas de su país, en vida sólo pudo publicar en el año 1949 un libro de poemas que contenía «Un Poco De Poesía» y «Cancionero de Flor y Letra»”.

La precaria salud de Felipe Aldana condicionó su labor creativa. Problemas en la visión que intentó resolver viajando al continente europeo junto a su padre, lo acosaron gran parte de su vida.

En 1947 le fue practicada una lobotomía, lo que no impidió que continuara su labor de poeta y hasta de escritor de una novela recientemente publicada por Río Ancho Ediciones en Santa Fe.

En la novela “Nadie es responsable”, según afirma el periodista y escritor Osvaldo Aguirre, Felipe Aldana narra los acontecimientos sociales que se desarrollan en  un pueblo del sur de Santa Fe, en plena Pampa Gringa. Describe las desigualdades entre las clases sociales, las intrigas políticas y los abusos que, con anuencia de las autoridades estatales y policiales, perpetraban los grandes propietarios de tierras contra peones rurales y chacareros. Los personajes están claramente diferenciados: los poderosos terratenientes y los oprimidos trabajadores, y también el joven idealista portador de iniciativas de justicia y libertad que se involucra en algunos conflictos a favor de sus hermanos de desdicha.

El propio Aldana, en uno de sus viajes a su terruño natal trabajó con los cosecheros del maíz, “peones golondrinas”.  Sus “Versos de juntadotes”, son un extraordinario reflejo de estas desventuras y vivencias.

Escribe en uno de ellos: “Vuelvo de la lucha mía/después de cansar el lomo/ con la maleta vacía / boca abajo sobre el hombro / con la sombra que se estira, / con el maizal que recorro / con los teros que alborotan / siempre atacados de asombro. Camino que va a la casa / camino que yo conozco / sendero que se hace largo / porque yo lo quiero corto. La tarde cae de golpe /  y se muere de un corcovo. La damajuana de agua / me llama de muchos modos. Si fuera de vino / le daría un beso solo / más grande que esta llanura / más ligero que el chingolo. No siento las manos ya / las siente el mate venoso: del cansancio me olvidé / para que guarde reposo. Siento ahora olor a yerba /  gusto un mate / venga otro. Los huesos van adelante y yo me pregunto cómo”.

En 1974 la revista El Lagrimal Trifurca publicó “El poema materialista”. Al respecto Eduardo D’Anna  y Elvio Gandolfo, en el artículo “Obra Poética de Felipe Aldana”, recuerdan: “En «El poema materialista», a diferencia del tono introspectivo que encontramos en «Otros poemas» y «Presencia del tiempo y de la muerte», Felipe Aldana establece una dialéctica tensa y pirotécnica entre esa personalidad golpeada y el mundo, la realidad hecha comercio,  equivalencia entre precio y partes del cuerpo mismo. El poeta pregunta, interroga, se admira, con la misma desesperación  quizá, pero rodeado, atravesado por lo exterior. Hasta incluye dos trozos silbados de Beethoven, ya en clave irónica, ya en clave expresiva cuando las palabras no bastan”.

En la edición de 1977 que realizó el  IEN de Rosario recopila entre otros “Nuevos versos de Felipe Adentro”. He aquí algunos fragmentos: “Las nuevas luces se escriben en los cielos –a los puros del mundo salud– / Sumergido, en olas tumultuosas como el mar que encanto y ola rueda / No sé qué parte del crepúsculo he dejado de ser, ni qué avanzada de la aurora abarco. Mi música se expande y yo la sigo, le sumo con mi soplo  nuevos cantos”.

Galería de contemporáneos

Como hemos apuntado más arriba Felipe Aldana además de sensibilidad poética tenía un explícito compromiso ideológico anarquista. Recordaba Juvenal Fernández: una anécdota singular una tarde se hallaban junto a Aldana en plaza Sarmiento, luego del golpe cívico militar de 1955, y Felipe comenzó a arengar con un discurso ácrata a los trabajadores que retornaban a sus hogares después de largas horas de labor. No le importó la vigencia del estado de sitio impuesto por esa dictadura.

En “Galería de contemporáneos”, Aldana incluye poemas sobre Albert Einstein, Sigmund Freud y Gandhi. Refiriéndose a Freud escribe: “Era el hermano mayor de nuestra especie”.

Felipe Aldana ya no está entre nosotros pero sus poemas, su novela, sus pensamientos hechos verso permanecen y nos siguen interpelando y conmoviendo.

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