Berabevú es un pueblo chico. Todos se conocen, comparten escuela, trabajo. Por eso la unidad de todos en salir a la calle y pedir justicia por el femicidio de Julieta Del Pino,de 19 años. Fabiana Morón , la mamá de Julieta contó que Cristian Romero, el asesino, no tenía ninguna relación afectiva con su hija, y que cuando desapareció también fingió buscarla, hasta que la encontraron enterrada en el patio de su propia casa.
“Mi Julieta puede ser cualquier Julieta de ustedes. Todos tenemos hijas. Todas son libres o lo eran en nuestro pueblo. Todos confiábamos en todos. Todos éramos amigos y sabemos que ahora no es así. Que cualquiera nos puede arrebatar en tres cuadras a nuestras hijas”, dijo Fabiana.
En diálogo con Radiópolis (Radio 2), explicó el contexto en el que ocurrió el femicidio: “Somos un pueblo muy chico, nos conocemos todos, somos compañeros de trabajo, esto es dos por dos. Hay una sola escuela, todos somos amigos”.
La mujer contó las últimas horas de su hija. Contó que la chica trabajaba en un quiosco y salía a las 11 de la noche, La chica le dijo que le mandaba un mensaje para que le caliente la comida. A las 11.20 le escribió que le ponga a calentar la comida, los 10 minutos le dijo que iba en camino. Nunca llegó.
El teléfono ya estaba apagado. “A tres cuadras me la hizo desaparecer”, dijo sobre Cristian Romero, de 29 años, el hombre detenido por el crimen de su hija y el hecho de que la última imagen de Pupi, como le decían sus seres queridos, es a tres cuadras del kisoco mientras se desplazaba en su bicicleta.
“Esta persona (por Romero) comparte trabajo con mi hermano mayor. Trabajan juntos. Esa persona solía venir a casa a tomar mate, le mandaba mensaje y ella no quería saber nada”, aclaró.
Fabiana y su marido buscaron a Julieta. Despertaron vecinos y hasta fueron a la casa de su hijo, quien vive con su propia familia. “Dejá de buscarla mamá, se debe haber ido con las chicas”, fue lo que le dijo con la intención de traquilizarla. Al otro día, fue a trabajar con Romero. “Esta persona fue a trabajar con mi hijo, él le dijo «¿No sabés dónde está mi hermana?» Y le decía que no, toda la mañana estuvo con mi hijo trabajando, es una persona enferma. La tenía enterrada en el patio de su casa. Al mediodía, mi hijo empezó a buscarla a Julieta también y él –por el acusado– le dijo «le voy a decir al patrón que »me deje salir antes para ayudar a buscarla»”, agregó.
Romero se agradeció el acompañamiento en el pedido de justicia. Y pidió que este caso sea el “primero y el último” y que eduquen a los varones: “Las mujeres no son un objeto, paremos un poco con todo esto. No se olviden de Julieta. De mi Juli como yo le decía. Cuiden a sus hijas. No podemos confiar en más nadie“, remarcó.
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