Por Adrián Rodríguez – Noticias Argentinas
La autopsia sobre el cuerpo de Mercedes Kvedaras, la mujer de 37 años presuntamente asesinada por su esposo en un barrio privado cercano a la ciudad de Salta, reveló que recibió un fuerte golpe en el rostro antes de ser ahorcada.
Kvedaras, quien estudiaba profesorado de inglés en la Universidad Católica de Salta y era madre de tres hijos, fue encontrada muerta el viernes pasado en el interior de un auto, junto a su esposo, José Eduardo Figueroa, el cual presentaba lesiones cortantes.
El hombre permanecía internado en el Hospital San Bernardo, donde fue intervenido quirúrgicamente, bajo custodia, como presunto autor del femicidio.
Según fuentes de la investigación citadas por El Tribuno, la mujer recibió un «golpe muy fuerte» de acuerdo con los resultados de la autopsia, que también reveló un corte superficial en la zona en la que termina la espalda.
El hallazgo del cuerpo y el hombre herido estuvo a cargo de un amigo de la pareja, que reside cerca del punto del barrio privado El Tipal, situado sobre la ruta 18, que conecta la ciudad de Salta con San Lorenzo, en el que se encontraban.
Cerca del mediodía del viernes, Figueroa, de profesión abogado, le envió un mensaje por WhatsApp a un amigo en el que le revelaba: «No puedo más con esto» y se recogieron testimonios que indicaba que el matrimonio atravesaba una profunda crisis.
En ese sentido, se recogió testimonios de allegados que señalaron que la mujer les había dicho que recibía maltratos por parte de su esposo.
Según se desprende de la investigación, el crimen se habría cometido en la vivienda familiar del matrimonio, en otro sector del mismo barrio privado.
Se sospecha que el hombre arrastró a su mujer hacia el auto y se dirigió al lugar en el que fue encontrado, donde se autolesionó con la aparente intención de ocultar el femicidio.
En el momento en ser encontrados, el auto estaba lleno de manchas de sangre, por lo que se sospechó en primer término que la mujer había sido atacada con un arma blanca, pero después se comprobó que no tenía lesiones cortantes, por lo que se infirió que los rastros hemáticos pertenecían a su esposo.
Según se supo, los investigadores del caso intentan determinar imágenes de cámaras de seguridad, mientras corroboran el contenido de los celulares de la pareja, los cuales fueron secuestrados.