Son contundentes las evidencias recolectadas en la causa que investiga el femicidio de Carolina Díaz en San Lorenzo. Declaración de vecinos y familiares, informe de bomberos y hasta la conversación de un ambulancista con el novio de la víctima, le permitieron al fiscal Carlos Ortigoza avanzar hasta llegar a la detención y posterior imputación de Luis Alberto Grandi, el playero de estación de servicio acusado de rociar con combustible a la sanlorencina, prenderla fuego y provocarle graves quemaduras que un mes después le ocasionaron la muerte.
Aquella fatídica tarde del 19 de febrero, el calor golpeaba a las casas bajas de Barrio Norte. Había alboroto y conmoción entre los vecinos. Y mientras trasladaban a Carolina en helicóptero sanitario desde el Catalina Salomón hacia el Heca por la gravedad de las lesiones, su hermano Luciano acompañaba a Luis en ambulancia hasta el Sanatorio Parque para atenderse por las quemaduras en las manos. Allí el ambulancista preguntó qué le había pasado al novio de Carolina: «Me quemé con nafta», contestó. «¿Y cómo fue?», repreguntó. «Pasábamos nafta de un bidón a otro», explicó.
Pero Luis entró en una contradicción cuando en ese mismo viaje señaló que se había quemado con gas, a lo cual el ambulancista cuestionó: «¿no habías dicho que te habías quemado con nafta»? En una causa en cuyas primeras semanas prevaleció el silencio, el fiscal Ortigoza consideró de sustancial importancia el relato del trabajador de servicio de emergencia sanitaria, para incriminar a la pareja de Carolina.
El informe de Bomberos Zapadores de la Unidad Regional XVII también desacreditó la hipótesis de que se haya tratado de un accidente doméstico mientras Carolina y Luis manipulaban combustible para recargar los tanques de las motos. No se encontraron rastros de incendio en la vivienda que ambos compartían en Islas Malvinas 4258. No había ningún elemento siniestrado para periciar, aseguró el fiscal Ortigoza. Uno de los bomberos que trabajó en el lugar reconoció haber visto un plato roto en el suelo.
En la acusación, Ortigoza desestimó la hipótesis de que el fuego se podía haber producido por estática o por un chispazo de los celulares. «Las pruebas desacreditan que se haya tratado de un accidente. No hay motos incendiadas ni ningún bidón derretido por el fuego». Secuestraron dos bidones y las ropas chamuscadas de la víctima.
Una vecina cuyo patio da con la parte trasera de la finca de Carolina fue la primera en llegar a la casa del hecho. Declaró que sintió un abundante olor a nafta. Afirmó que un rato antes había escuchado el grito «¡no!» y reconoció que era la voz de Carolina. Dijo que ingresó al domicilio y que mientras los hijos estaban almorzando encontró a Carolina debajo de la lluvia, con la piel achicharrada.
Femicidio en San Lorenzo: acusarán al novio de Carolina Díaz de prenderla fuego
Según la acusación, otra vecina observó prendas de vestir ardiendo en la sala contigua del comedor. También señaló que vio una botella de tres litros destapada y vacía. No percibió olor a nafta en las motos ni tampoco vio rastros de incendio en la vivienda, sostuvieron. Sí vio a Carolina quemada hasta el pelo.
Un albañil que trabajaba en la cuadra también fue uno de los primeros en llegar al lugar. Manifestó haber visto a Luis y Carolina bajo la ducha del baño. Ella estaba desnuda y quemada, mientras que Luis tenía pantalón corto y los brazos quemados. «La vi derritiéndose como una vela; se el caía la piel bajo la ducha», aseveró otra vecina en un escalofriante testimonio. En medio del desconcierto y de la escena contaminada entre vecinos y familiares, alguien observó un encendedor cerca de los bidones, refiere la investigación.
Platos rotos
La hija de 10 años de la víctima le contó a una de sus tías que Carolina y Luis estaban discutiendo aquel mediodía del 19 de febrero. Le dijo que su madre había arrojado un plato al suelo y que Luis bromeaba de la situación, pidiéndole que le ayude a cargar combustible a las motos en el patio.
Jaquelina, hermana melliza de Carolina, señaló a la salida de la audiencia imputativa que su sobrina escuchó que «Luis había llegado como loco a la casa, después de atacar a patadas la puerta de la casa de su ex», con quien tiene un hijo de tres años.
La defensa del acusado, encabezada por Fernando Mellado, expuso en la audiencia que «no hay razón para pensar que hubo un delito». Ofrecieron una caución de 500 mil pesos para solicitar la excarcelación y propusieron que Grandi firme de manera semanal en la OGJ. El imputado no declaró ante el juez Eugenio Romanini. «Luis se comunicó con la mamá de Carolina y la quiso ver cuando estaba internada. Los padres le respondieron que ellos se encargaban. Este hombre está en shock porque la amaba. No cuenta con antecedentes penales», argumentaron.
En la resolución, el juez Romanini expresó que «la probabilidad de autoría se encuentra acreditada». Y como entendió que acusación planteada por el fiscal Ortigoza prevé una pena máxima de prisión perpetua, dictó prisión preventiva efectiva por el plazo de 120 días para Luis Alberto Grandi. “Es un tiempo razonable para producir las pruebas”, evaluó el magistrado. En la imputativa, el novio de Carolina fue acusado del delito de homicidio doloso agravado por el vínculo. Seguirá detenido al menos hasta el 10 de agosto.
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