El 16 de diciembre de 2015 Florencia Coria se casó con Cristian Cabrera en Villa Constitución, a 60 kilómetros de Rosario. Ese mismo día fue a la comisaría y lo denunció por pegarle. Los golpes le habían dejado marcas en el cuerpo y un ojo negro. La denuncia fue una de las tantas que hizo en Rosario y Villa Constitución en los 5 años que duró la relación. Este miércoles Florencia murió en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) a los 27 años después de 11 días de agonía. El 29 de diciembre Cabrera, de 43 años, la había rociado con alcohol y prendido fuego para después encerrarla en la casa en la que vivían en Villa Constitución. Florencia pidió ayuda y llegó al Samco local envuelta en una frazada con su hija de 3 años en brazos y el 90 por ciento del cuerpo quemado.
Como en otros casos de femicidio en los que las mujeres son prendidas fuego por parejas o ex parejas, Cabrera dijo que Florencia se había autolesionado. En la audiencia imputativa que se hizo el 30 de diciembre, el juez Ignacio Vacca aceptó que fue tentativa de femicidio pero no hizo lugar al pedido de la fiscal Varavelli de prisión preventiva en la cárcel. Le dio el beneficio de la domiciliaria y la custodia de la hija. Mientras Florencia estaba internada, su mamá pasó último día de su hija con vida haciendo trámites en Tribunales para tener la custodia de la nena. Tuvieron que ir a buscarla con custodia policial en medio de amenazas de él y sus parientes. A las horas y tras la noticia del fallecimiento, Cabrera se escapó. El femicidio de Florencia Coria es el primero del año en Santa Fe y el sexto en Argentina. En 2019, 284 mujeres fueron asesinadas por violencia machista, una cada 31 horas.
Pedido de Justicia
Florencia Coria nació en Rosario y creció en el barrio Ludueña, en el oeste de Rosario. Tenía 27 años y dos hijos. Bautista de 7 años de una relación anterior y Narela de 3 que tuvo con Cabrera. “Siempre fue muy familiera. Estaba en todas las comidas familiares y los cumpleaños. Le gustaba visitar a los primos y siempre estaba muy atenta a los padres. Pero cuando empezó la relación con él cambió. Dejamos de verla, estaba en Villa Constitución y venía poco a Rosario. La mamá y el papá nos contaban que estaba en una relación tóxica y que él era violento con ella”, contó su tío Rubén desde la puerta del Heca a las horas de enterarse del fallecimiento de su sobrina.
La relación con Cabrera empezó hace 5 años y estuvo marcada por la violencia. El día que se casaron fue una de las primeras denuncias por golpes, pero no la única. La familia tiene registro de otras hechas en Rosario y en Villa Constitución. Según contó Marta Pérez, de la organización Mujeres de Negro, cada vez que discutían Cabrera se llevaba a la nena a Villa Constitución. “Era como un botín de guerra para él para que ella volviera”, explicó y agregó que acompañarán a la familia en el camino judicial.
“Uno ve los femicidios y la violencia de género por la tele y ahora estamos viviéndolo en carne propia. Es muy triste y doloroso. Era una chica muy joven con toda una vida por delante y dos chicos que quedaron huérfanos. No puedo entender que todavía sigan pasando estas cosas. Cuando nos enteramos lo que había pasado, las únicas declaraciones que había eran de él y los hermanos, que se defendían entre ellos. Era la palabra de ellos contra la de Florencia que estaba en coma”, dijo Rubén y agregó: “Siempre escucho a los familiares de víctimas de femicidio pedir Justicia. Y es lo que pedimos nosotros también. Que se haga justicia y que sea rápido. Este hombre tiene que ser condenado a perpetua por lo que hizo”.
A la casa por intentar matar
El domingo 29 de diciembre Florencia Coria llegó al Samco de Villa Constitución envuelta en una frazada y con su hija en brazos. Tenía el 90 por ciento del cuerpo quemado. Su esposo Cristian Cabrera también fue al hospital con quemaduras en las manos y los brazos.
Según los familiares y la teoría de la fiscal Analía Varavelli, ese día a las 11 de la mañana Florencia y Cabrera discutieron. La noche anterior habían ido al cumpleaños de uno de los hijos de él. En la fiesta, Cabrera se había peleado con su yerno y le había pegado. También había insultado a Florencia. Al día siguiente y ya en la casa de Mitre al 800, la roció con alcohol, la prendió fuego y la encerró en la casa. La versión de él fue otra. Dijo que en el medio de la discusión ella se había autolesionado. Florencia llamó a sus padres para pedir ayuda, mientras Cabrera les decía que ella era la culpable de las heridas.
El lunes 30 de diciembre fue imputado por tentativa de femicidio y homicidio agravado por el vínculo. La audiencia fue en el Samco porque él todavía estaba internado por las quemaduras. “Hubo clara intención de quitarle la vida aprovechándose del desequilibrio emocional que ella presentaba y de la violencia que venía ejerciendo sobre ella, no logrando su finalidad por causas ajenas a su voluntad”, dijeron voceros sobre la imputación. La fiscal Varavelli pidió que después del alta fuera detenido en la cárcel. La defensa solicitó la libertad. El juez Vacca decidió darle prisión domiciliaria hasta el 10 de enero y la custodia Narela.
El domingo 5 de enero Florencia llegó en una ambulancia al Heca. La trasladaron para darle cuidados intensivos y para que estuviese cerca de su familia. Desde ese día Dora, su mamá, es acompañada por organizaciones contra la violencia de género en todos los trámites y la articulación con el Estado.
Este martes, el último día con vida de su hija, Dora no pudo verla en la visita de las 11. Pasó todo el día en los Tribunales de Rosario para tener la custodia transitoria de Narela. A la tarde recibió la autorización y junto a la organización Mujeres de Negro y custodia policial fue a buscar a su nieta.
Cuando llegaron a Villa Constitución, la nena no estaba en la casa de Cabrera. Tanto él como sus familiares se negaron a dársela. Después de un pedido de refuerzo, lograron salir de la ciudad con la nena mientras les sacaban fotos y las amanezaban. Apenas Narena vio a su abuela la abrazó.
El martes a la noche Dora vio a su hija en la visita de las 19. Profesionales de la salud del Heca le habían adelantado que su estado había empeorado por un virus que le afectaba la sangre. El miércoles por la mañana falleció.
Al mediodía estaba prevista una audiencia para revisar la medida cautelar de Cabrera. Cuando la policía fue a buscarlo para llevarlo a los Tribunales de Villa Constitución él no estaba. Se había escapado.
Según informaron voceros judiciales, la Fiscal Eugenia Lascialandare solicitó la declaración de rebeldía y pedido de captura. La defensa por se opuso al pedido de la Fiscalía por entender podían haber motivos que justificaran que no estuviera en la casa. La jueza Mariel Minetti hizo lugar al pedido de la Fiscalía.
6 femicidios en 8 días
El femicidio de Florencia Coria es el primero de la provincia y el sexto del país en lo que va del 2020. En 2019, 284 mujeres fueron asesinadas por violencia machista, una cada 31 horas.
En Santa Fe en los últimos años una de cada diez mujeres asesinadas murió por quemaduras provocadas por sus parejas o ex parejas. El dato surgió de un informe del diputado Leandro Busatto, que determinó que el 10,4 por ciento de los femicidios registrados entre el 1° de enero de 2001 y el 31 de diciembre de 2017 tuvieron como víctimas a mujeres que murieron por quemaduras. En el caso de los crímenes con víctimas hombres el porcentaje es del 0,86 por ciento. El documento también reveló que el 65 por ciento de los femicidios quedaron impunes. “Los datos muestran una saña específica contra el cuerpo de la mujer”, sostiene el informe.
La primera condena
“A vos, hija de puta, te prendo fuego”, le dijo Daniel Leonard a María del Carmen García el mediodía del sábado 30 de marzo de 2013. Horas después cumplió: la roció con alcohol en medio de una discusión en la que le exigía que retirase una denuncia en su contra. María del Carmen tenía 27 años y agonizó una semana en el Hospital Cullen de la ciudad de Santa Fe. El caso se convirtió en la primera condena de femicidio agravado por el vínculo y por violencia de género y Daniel Leonard, con 46 años, fue sentenciado a 19 años de prisión en un juicio abreviado. Durante esa Semana Santa de 2013 otras dos mujeres fueron quemadas por sus parejas. María Jorgelina Rodríguez llegó al Cullen con el 50 por ciento del cuerpo quemado. El juez entendió que se prendió fuego sola cuando se limpiaba las uñas con alcohol mientras tenía un cigarrillo en la mano. Su pareja era la única persona que estaba en la casa con ella y le dictaron falta de mérito. El otro caso fue el de Melina Monzón que llegó al mismo hospital el 1° de abril y murió el 28 de junio. La Justicia concluyó también la falta de mérito.