Una joven que se encontraba internada en estado de coma tras haber sido golpeada en la cabeza durante una presunta pelea con su concubino, ocurrida en agosto pasado en una casa de Azul, murió hoy en un hospital de esa ciudad bonaerense, mientras que su pareja continúa detenida y ahora será indagada por el femicidio, informaron fuentes judiciales y policiales.
Se trata de Elba Eliana Mendilaharzu (27), madre de cuatro hijos y por cuyo ataque sigue preso Marcos Ponce (34), quien un mes después del hecho fue procesado con prisión preventiva por el intento de femicidio y ahora pasó a estar imputado del crimen consumado.
Según las fuentes, la mujer, a quien en su barrio llamaban «Ely», estaba internada en grave estado y en estado de coma desde el 17 de agosto último en el Hospital Municipal Ángel Pintos de Azul, en la región central de la provincia de Buenos Aires, donde murió hoy a raíz de las heridas sufridas aquel día.
De acuerdo a los médicos, la paciente presentó un hematoma extenso en la zona epidural izquierda, del cual no pudo recuperarse a pesar de haber sido sometida a dos intervenciones quirúrgicas durante su internación.
Tras la muerte de la víctima, la fiscal de la causa, Karina Gennuso, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de Azul, ordenó que se practique la autopsia y que se cite nuevamente a indagatoria al acusado para formularle una nueva imputación.
Fuentes judiciales informaron a Télam que dado que Elba tenía Covid-19, la autopsia puede demorar más de lo habitual, ya que se deben cumplir con determinados protocolos sanitarios.
«Mi hija merece justicia y no merece estar ahí. Que Ponce tenga reclusión perpetua y que no salga más de la cárcel. Pido justicia por ella, no merecía tanto dolor, era tan madraza y guerrera mi muñeca hermosa», dijo esta mañana a Télam la madre de la víctima, María de los Ángeles Zárate.
Mientras que Rocío, la hermana menor de Elba, publicó en su muro de la red social Facebook un mensaje dirigido al acusado: «Ojala pagues todo lo que hiciste, sorete, no mereces el perdón de Dios» (sic).
«Me duele porque mi sobrina se queda sin su madre, sin ese calor que ella le brindaba, sin el cuidado que ella necesita; me duele porque ella ya no está y el cobarde hijo de p… que la mató está como si nada dentro del p… penal», sostuvo la joven.
Y luego se dirigió a su hermana asesinada: «Gracias por darme el mejor rol del mundo que es el de ser tía… Gracias infinitas, flaca».
«¡Volá bien alto y mandale muchas fuerzas a tus hijitos! Acá te vamos a extrañar y vamos a cuidar muy bien de ellos, ¡de eso no te preocupes!», añadió Roció, quien describió a su hermana como una «guerrera de la vida».
El hecho ocurrió cerca de las 22 del domingo 16 de agosto en una casa ubicada en Camilo Gay al 1000, casi esquina Guido Spano Oeste, en Azul, a 300 kilómetros al sudoeste de la Ciudad de Buenos Aires, donde Elba convivía con el imputado y ese día estuvieron con amigos y parientes, con los que compartieron un asado y bebidas alcohólicas.
Para la fiscal Gennuso, la mujer fue atacada en el interior de la habitación matrimonial de la vivienda en el marco de «violencia de género y maltrato habitual» por parte del acusado, quien presuntamente la «agredió físicamente con intenciones de ocasionarle la muerte, tomándola de su cuerpo y haciéndola caer al piso, luego de lo cual le propinó al menos un golpe en la cabeza».
A raíz del ataque, la víctima quedó tirada inconsciente entre la cama y la cuna del hijo de dos meses que tenía con Ponce, tras lo cual fue llevada en ambulancia hasta el hospital municipal de Azul donde fue asistida en la guardia y recobró el conocimiento.
Por insistencia de los acompañantes de la mujer, entre ellos el propio Ponce, y contra el consejo de los médicos, Elba fue regresada la madrugada del lunes 17 en ambulancia a su domicilio, aunque horas después se volvió a descomponer y sus familiares la llevaron nuevamente al hospital donde finalmente quedó internada en grave estado.
De acuerdo a la acusación de la fiscalía, un testigo presencial declaró que fue el concubino de la víctima quien le había empujado y pegado una patada en la cabeza, por lo que Gennuso le imputó el hecho a Ponce, quien en su indagatoria aseguró que si bien él estaba con su pareja en la habitación, ella se golpeó sola al caerse de la cama.
Sin embargo, uno de los médicos que declaró como testigo afirmó que el trauma «no pudo ser originada por una simple caía desde una cama» sino que «fue provocado por un elemento contuso elástico».
A su vez, la madre de Elba declaró que entre su hija y Ponce había una «relación muy tóxica» y que si bien la víctima no le contaba cuando él la golpeaba, las amigas de la joven sí lo sabían y tenían «fotos» de las lesiones que ésta sufría.
En base a estos y otros elementos de prueba, en septiembre, la fiscal solicitó la prisión preventiva del imputado, la cual fue dictada por el Juzgado de Garantías 3 de Azul.