Una mujer de 71 años fue asesinada a puñaladas este martes por la madrugada en su vivienda de la localidad de Carcarañá, del departamento San Lorenzo y distante a unos 50 kilómetros de Rosario. Por el femicidio, la Justicia busca intensamente a su pareja, de la misma edad, quien huyó de la escena en bicicleta. Con este crimen, ya suman cuatro los asesinatos de adultas mayores en la última semana en todo el país, situación que los especialistas atribuyen a que las víctimas de esta franja etaria “no suelen denunciar” que sufren una situación de violencia “por miedo a ser doblemente discriminadas por su edad y su género”.
De acuerdo con voceros judiciales y policiales, este martes pasadas las 5 un joven y su hermana alertaron al personal de la comisaría 3ª de dicha ciudad que su padre había atacado a puntazos a su madre para luego retirarse de la vivienda que compartían, ubicada en Uruguay al 700, en bicicleta. El denunciante, describieron las fuentes, contó que tiene su casa detrás de la de sus padres y se encontró con la macabra escena pasadas las 5 cuando escuchó ruidos extraños y se acercó para ver qué pasaba.
Los médicos de la localidad acudieron al domicilio y determinaron que la víctima, identificada como Gladys Graciela Soprano, de 71 años, había fallecido producto de múltiples heridas de arma blanca en el cuello, el abdomen y el tórax. El cuerpo de la mujer estaba en el dormitorio principal.
La investigación por el femicidio quedó a cargo del fiscal de San Lorenzo Juan Pablo Baños, quien ordenó medidas para dar con el paradero de la pareja y principal sospechoso, identificado como Raúl Ricardo M., de 41 años, de quien al cierre de esta edición, no había novedades, a pesar de que era conocido por todos en la ciudad de poco más de 15 mil habitantes.
Además, Baños envió el cuerpo de la mujer al Instituto Médico Legal (IML) para la correspondiente autopsia bajo el protocolo de femicidios y solicitó al personal del Gabinete de Criminalística y de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) la recolección de testimonios y rastros de la escena del crimen.
Víctimas discriminadas por su edad
Además del homicidio de Gladys, se reportaron otros tres femicidios que tuvieron como víctimas a adultas mayores en la última semana en el país, los cuales tuvieron lugar en la localidad bonaerense de Olavarría y en las capitales provinciales de Córdoba y Neuquén.
El primero se cometió el 17 de octubre pasado en la vía pública del barrio Ciudad de los Niños en la ciudad de Córdoba, donde Olga Herrera, de 63 años, fue atacada a puñaladas por su ex pareja Daniel Barrera, de 71, quien fue detenido tras el crimen.
Ese mismo día, se descubrió que un hombre de 83 años había matado de un balazo a su esposa de 77 años en la ciudad de Neuquén, para posteriormente suicidarse.
Tres días más tarde, tuvo lugar el cuarto femicidio en la localidad de Olavarría, cuando José Luis Lezcano, 72, asesinó de un disparo en la cabeza a su ex pareja Susana Seitz, de 60, y luego se mató. Instantes previos al femicidio de Seitz, Lezcano le envió un mensaje a su hijo, en el cual le decía: «Voy a matar a tu madre y me voy a matar».
En este contexto, la investigadora especializada en Derecho de la Vejez, Isolina Dabove, explicó a la agencia de noticias Télam que “la violencia de género se ve agravada en las mujeres mayores”, ya que son víctimas de una discriminación múltiple.
“Sufren una doble discriminación: por ser mujeres y por ser viejas. En la vejez, cualquier persona, de cualquier género y condición, es más proclive a ser víctima de violencias”, comentó Dabove.
Esta problemática se vio reflejada en el Informe de Femicidios de mujeres de más de 60 años, realizado por el Observatorio de Femicidios Adriana Marisel Zambrano, que coordina la Asociación Civil La Casa del Encuentro, el cual señaló que 205 mujeres mayores de 60 años fueron víctima de femicidio en la Argentina durante los últimos 7 años.
Al respecto del relevamiento, que abarca los hechos sucedidos desde el 3 de junio de 2015 -día de la primera marcha del Ni Una Menos- hasta el 27 de mayo del 2022, Dabove afirmó que “debe haber muchos más casos”, al señalar que la violencia hacia las mujeres mayores «es la más híper invisibilizada de todas”.
“Creo que ese número que arroja el observatorio es meramente indicativo. Es la punta de un iceberg sobre un flagelo que no está lo suficientemente explicitado en nuestra cultura”, sostuvo la investigadora.
A su vez, dicho informe puntualizó que cuatro de cada diez asesinatos fueron llevado a cabo por la pareja o ex pareja de la víctima y que el 80 por ciento (165 casos) de los crímenes tuvieron lugar en la vivienda de la mujer asesinada.
En ese sentido, Dabove coincidió en que “las violencias sobre las adultas mayores se dan generalmente dentro de la propia pareja y la familia”.
“Los casos más frecuentes tienen que ver con los abusos financieros: la violencia económica. Pero las mujeres mayores también son víctimas de violencia sexual y violencias físicas, en muchos bajo contexto de asistencia o cuidado”, indicó.
De esta forma, la especialista puso el foco sobre la cultura viejista, sobre la cual consideró que es un motivo fundamental para el sostén ideológico de este tipo de violencias.
“La cultura viejista considera a la vejez como una etapa de costo social, de enfermedad y de discapacidad. Es un flagelo que no está suficientemente visibilizado, pero es necesario hacerlo para evitar que siga creciendo el número de víctimas fatales”.
Por último, la investigadora expuso que “las mujeres de estas edades no suelen denunciar” este tipo de ataques en su contra.
“No se suelen denunciar por miedo y por los viejismos, que las hacen creer que su vida ya no vale nada”, concluyó.
