La Feria del Libro culminó el lunes 13 de mayo en La Rural y el cierre estuvo teñido de violencia. La editorial Mansalva denunció a través de sus redes sociales que agentes de seguridad de la feria atacaron a trabajadores de las editoriales. Desde la Fundación El Libro comunicaron que los feriantes estaban fumando en el predio.
Desde Editorial Mansalva dijeron a este medio que lo más probable es que presenten una demanda contra la Fundación y los organizadores de la Feria.
El hecho se produjo cerca de las 22 cuando cada editorial estaba desarmando su stand.
Nicolás Moguilevsky, coordinador general de Mansalva, habló con El Ciudadano y contó detalles de la agresión. Explicó que todos los años se repite un ritual al cierre de la Feria el último día: todos aplauden. Sin embargo, indicó que este año el aplauso “fue muy tibio porque fue muy mala la feria”.
Acto seguido, Moguilevsky se puso a cantar contra el gobierno nacional: “Che peluca botón che peluca botón, sos un hijo de puta la puta madre que te parió”. No fue algo masivo, pero algunos cantaron, detalló. Fue después que se presentaron unos guardias de seguridad frente al stand de Mansalva.
“No olvidemos que son personas de civil, con chaleco amarillo, no tiene nigun poder de policía, no pueden detener ni reprimir ni golpear. Son civiles que lo único que hacen es velar por la seguridad en cuanto a que no haya robos porque hay muchos chicos por ahí que entran y roban libros o camperas o celulares”, explicó.
La @ferialibro incurrió en prácticas violentas y coercitivas en el stand 427 del pabellón azul, ejerciendo violencia con una editora y otra mujer que se encontraba en nuestro stand, y privando de su libertad al director de Mansalva, Francisco Garamona al golpearlo e inmovilizarlo
— EDITORIAL MANSALVA (@MANSALVA_) May 14, 2024
Además, dijo: “En nuestro caso aducen que estábamos fumando cigarrillos, marihuana, cosas que se hace permanentemente aunque a mi no me consta porque yo no fumo y estaba concentrado en la cajas pero puede que haya pasado, no es que lo niegue pero aun asi se acercaron de una manera completamente violenta y pidieron requisar el stand. Pusimos una barrera y le dijimos acá no entran porque esto lo alquilamos nosotros”.
Moguilevsky subrayó que respondió “con vehemencia” el esfuerzo que le implicó a la editorial poder pagar el stand y costear todo el montaje durante la Feria y que ellos “no tenían ninguna potestad para hacer una requisa”.
Ahí fue cuando los agentes llamaron refuerzos y uno de ellos empujó a una mujer que estaba también apoyando a los trabajadores de la Editorial. Entonces, Francisco Garamona, director de Mansalva, sacó su celular para filmar la situación.
Así lo describió Garamona a Perfil: “Ahí es cuando viene una patota de seguridad y había una chica, una escritora chilena que se llama Leonora -no conozco el apellido- que intenta hablar con estos tipos de seguridad y le hacen como un tackle y una toma y la tiran al piso. Frente a eso yo no me pude quedar impertérrito y saqué mi celular y me puse a filmar y eso los violentó más”.
Moguilevsky contó que esa filmación fue de apenas unos segundos porque “le arrebataron el teléfono, lo agarraron de los pelos, de la campera, de la espalda y se lo llevaron a las rastras a un pasillo más central”. Allí le pegaron y retuvieron. Cuando Moguilevsky advirtió la situación se preocupó porque su compañero, Garamona, tiene problemas cardíacos. Aunque intentó socorrerlo y le gritó a los agentes para ponerlos al tanto de la situación, los guardias no solo no frenaron la agresión sino que la escalaron.
A Moguilevsky le dieron una piña en la cara, en la espalda, lo patearon y tiraron al piso. Quien terminó desactivando la escena fue la Policía de la Ciudad, que para los integrantes de la editorial actuó de forma eficiente y correcta