Fernanda Torres, la notable actriz brasileña nominada al Oscar por su trabajo protagónico en Aún estoy aquí (Ainda estou aquí), también reciente ganadora del Globo de Oro, contó en una entrevista con la agencia española de noticias EFE que tiene “una sensación de misión cumplida inmensa” al ver la relevancia que tomó la película dirigida por su compatriota Walter Salles a nivel internacional.
“En lo que a mí respecta, ya fui al infinito y más allá. Es increíble lo que pasó. Tengo una sensación de misión cumplida inmensa y estoy muy honrada de estar entre las cinco actrices nominadas. Cada una a su manera haciendo historia”, afirmó la actriz, que en la gala del próximo 2 de marzo compartirá en ese apartado con Karla Sofía Gascón (Emilia Pérez), Demi Moore (La Sustancia), Mikey Madison (Anora) y Cynthia Erivo (Wicked).
A pesar de considerarse una “pesimista arraigada”, Torres, hija de la notable actriz y directora brasileña Fernanda Montenegro (Estación Central), confesó que cuando recibió tantas ovaciones en el Festival de Venecia, donde el film ganó el premio a mejor guión, se imaginó que el reconocimiento podía seguir creciendo.
Y relató que durante los meses que duró el rodaje del film que a mediados de febrero se conocerá en la Argentina, el objetivo de todos fue que esta película, “tan brasileña” y hablada enteramente en portugués, “sea vista en todo el mundo”.
“Pasamos meses trabajando en esta película y lo hicimos de una manera muy honesta. De hecho, todo el trabajo consistió en hacer que la película sea vista, porque es una película hablada en portugués. Ni siquiera en español, que tiene una comunidad mucho mayor en el mundo”, contó la actriz.
Para Torres, Brasil es una “isla continental aislada por el idioma y el océano”, y tiene una cultura interna que muchas veces no logra romper con las barreras de la frontera y difundirse al exterior, como sucede con las producciones de otros países.
Y aunque confesó que la nominación quizás no sirva para “abrir completamente el camino a otros largometrajes brasileños”, sí consideró que es “un paso más que contribuye a pavimentar la larga avenida” sobre la que ya vienen trabajando directores como Fernando Meirelles, Kleber Mendonça Filho o el mismo Walter Salles, director de Ainda estou aquí.
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Por la democracia
La actriz Fernanda Torres, de 59 años, que en este film y su último trabajo se puso en la piel de Eunice Paiva, una mujer que perdió a su marido secuestrado por la dictadura militar brasileña (1964-1985), cree que Ainda estou aquí penetró en tantos lugares del mundo porque “es la primera vez” que Brasil cuenta esa historia “desde el punto de vista de una familia”.
Y se mostró feliz de que haya tenido, sobre todo, tanta aceptación en los jóvenes que “crecieron en una democracia” y que estudian la dictadura militar en la escuela como un mero concepto, sobre todo cuando en algunos países del continente, como pasa con Argentina, se intentan reivindicar y hasta legitimar algunas de las prácticas de la última dictadura cívico-militar.
Para la brasileña, hablar de los valores democráticos es algo esencial, ya que al no tener memoria “de lo que es vivir en un país autoritario”, muchas veces los jóvenes conectan con ideas contrarias a la democracia o creen que la democracia en sí es un problema, porque en realidad desconocen las atrocidades cometidas en las dictaduras latinoamericanas entre los 70 y los 80. “Pero con la cultura, con el arte, con el cine”, adhiere, la juventud “siente algo”.
“Muchos entendieron la dictadura militar con la película. «Ah, entonces hubo una dictadura militar en Brasil que eliminó los derechos humanos». Pero, ¿qué significa que elimine los derechos humanos? Significa que entran a tu casa, se llevan a tu papá, a tu mamá, a tus hermanos”, declaró contundente.
Torres admitió que haber interpretado a la madre de la familia Paiva, Eunice, le enseñó mucho sobre “el poder de la contención” como actriz. “Trabajamos todo el tiempo la contención, a guardar dentro las emociones que existen y a confiar en que la cámara lo está viendo. La primera reacción como actor ante una tragedia es mostrar, llorar, gritar. Pero el rol de Eunice me pidió lo contrario, y me cambió como actriz”, relató.
En el mismo sentido, contó que fue la actitud de “esta mujer extraordinaria” fallecida en 2018 la que los guio durante toda la grabación, ya que ella durante su vida se manejó “con inteligencia, con calma, creyendo en la Justicia y en que las cosas se resuelven con tiempo”.
Y las “victorias” de Eunice Paiva, contó Torres finalmente, “demoraron mucho en llegar y hasta el día de hoy siguen llegando”.