Claudio Fernández es investigador de Conicet, director de la Plataforma País Ciencia y uno de los fundadores del Laboratorio Max Planck de Biología Estructural, Química y Biofísica Molecular de Rosario. Este lunes denunció el grave momento que vive la ciencia en el país. Por un lado, porque los proyectos están atados al precio del dólar y sufren la devaluación puesta en marcha por el equipo económico de Cambiemos. Y por el otro, porque el presupuesto del Estado nacional para ciencia se va reduciendo cada año frente a la creciente inflación. Fernández advirtió que el país está una vez más frente a una “fuga de cerebros”, esto es, de científicos y estudiantes que miran al exterior para trabajar en un ambiente y presupuesto necesario. “La situación de la ciencia no es diferente de lo que pasa en el país. La Universidad Nacional de Rosario (UNR) tuvo que no sólo ayudar a los institutos que están bajo su dependencia sino entregar fondos que el Conicet no les había dado en 2018”, contó Fernández a El Ciudadano.
Conocer las causas
Fernández fue parte de los científicos repatriados durante el kircherismo. Volvió al país después de una larga estadía en Alemania. En particular, trabajando en el Instituto Max Planck de Biofísica Química de la ciudad de Göttingen, que se lleva el récord de ser la ciudad con más cantidad de premios Nobel por habitante del planeta. Luego, la Sociedad Max Planck, vinculada a ese institito, decidió abrir un nuevo laboratorio asociado como otros que tiene el mundo. Fernández insistió que sea en Rosario y que trabaje solo en la biología estructural, química y biofísica molecular. Al tiempo logró comprar un equipo de Resonancia Magnética Nuclear que hoy brilla en su despacho, el más potente y sensible de la Argentina. Está montado con tecnología de criosonda, para investigar la estructura de biomoléculas directamente en el interior de las células. El laboratorio donde trabaja Fernández se convirtió en uno de los pocos en el mundo especializado en la técnica de “In Cell RMN” (Resonancia Magnética Nuclear en células vivas), una herramienta fundamental para el descubrimiento de fármacos en fase pre-clínica.
Fue antes que Fernández logró junto a su equipo un descubrimiento muy importante en el campo de las enfermedades de Parkinson y Alzheimer, lo que les valdría publicaciones en revistas científicas prestigiosas del mundo. Después de estudiar durante varios años la formación de fibras de alfa sinucleína, que lleva a la muerte neuronal en el Parkinson (similar al del Alzheimer), identificaron una región de esos agregados que permitiría diseñar racionalmente fármacos capaces de interrumpir el proceso que desencadena la enfermedad.
Además de su tarea como investigador, Fernández fue uno de los encargados de difundir la ciencia en las escuelas y abrir las puertas de los institutos de Conicet en Argentina al público.
Análisis desde adentro
El investigador aseguró a El Ciudadano que en la actualidad los proyectos de investigación científica están devaluados. “Las partidas no llegan en tiempo y forma. Un proyecto tiene un valor en un momento en relación al dólar. Con la escapada del dólar ese proyecto deja de tener la plata que necesita. Los insumos siempre están atados a las divisas”, explicó.
“Tenemos una nueva generación de estudiantes que piensan en alternativas: iniciar estudios de doctorados en el exterior o trabajos en empresas”, evaluó Fernández y aclaró que cuando un investigador empieza un doctorado en el exterior es difícil que vuelva porque después de 10 años en el exterior es muy difícil regresara a la realidad argentina. “Siempre dije que no hay diferencias entre un científico argentino y uno alemán. Ambos tienen talento. La diferencia está en la política y los recursos”, insistió.
“Hicimos lo que hicimos (los científicos del Max Plank) porque teníamos recursos. La otra administración (por el kirchnerismo) generó el ambiente. El talento estuvo siempre, lo que faltó fue la política. Por más que haya talentos no se puede hacer sin recursos. El científico tiene que vincularse con el sistema socio productivo y con la sociedad para que los jóvenes entiendan lo que es la ciencia del conocimiento. El rol del científico no es cerrarse en un laboratorio. Tiene que vincularse con las escuelas para que haya ciencia”, detalló.
Poco contado
Para Fernández la poca información sobre el quehacer científico en Argentina permitió la degradación del Ministerio de Ciencia a secretaría. Además, alertó de que la ciencia básica está afectada por las políticas públicas y son el eslabón fundamental para el resto de los desarrollos. “No sabemos qué puede estar pasando con cualquier proyecto de investigación aplicada. Cada proyecto político tiene asociado un programa de educación, y de ciencia y tecnología. No es lo miso votar uno que otro. La gente se tendría que dar cuenta a quien votar”, aseguró Fernández y remarcó: “Todo lo bueno que pasó tuvo que ver con una política de Estado. Lo que está pasando hoy también”.
En sintonía menor
En diciembre los directores de cinco institutos del Conicet del país hicieron un llamado público a las autoridades nacionales para que revean las podas presupuestarias y salariales al sistema de Ciencia y Técnica de la Argentina. Uno fue Roberto Rivarola de Rosario. Encabezaron la declaración con palabras del argentino que recibió el Premio Nobel de Medicina en 1947, Bernardo Houssay: “Los países ricos lo son porque dedican dinero al desarrollo científico-tecnológico. Los países pobres lo siguen siendo porque no lo hacen. La ciencia no es cara. Cara es la ignorancia”.
Según el presupuesto aprobado por el Congreso Conicet cuenta con un aumento aproximado del 23 por ciento en pesos respecto a 2018 cuando según varios y variados analistas económicos la inflación superará el 40 por ciento. Los firmantes explicaron que distinto a lo que sucedía en los últimos años el financiamiento de Conicet incluyó por primera vez los futuros acuerdos paritarios. “Las paritarias siempre se trataron por fuera del presupuesto”, explicó el director de Conicet Rosario.
Siempre según escribieron los cinco directores de Conicet, también hay una disminución significativa de los fondos para funcionamiento, inversión y financiación de proyectos. “Nos dieron una quinta parte de lo que solicitamos”, agregó Rivarola.
El dinero previsto por la Nación es insuficiente pero, además, dijeron los directores del Conicet, ni siquiera se utiliza en su totalidad. “La mayoría de las unidades ejecutoras terminarán el año con un financiamiento de solo el 40 por ciento de lo prometido y es importante que se sepa que esto no responde a caprichos del directorio sino al efecto selectivo que los aumentos de tarifas han tenido en el organismo”, escribieron los científicos. “El dinero no llega desde la administración nacional”, apuntó Rivarola tras destacar que el tema se agudizó en 2018, pero viene del inicio de la actual gestión nacional.