Fernando Gamboa es nuevo entrenador leproso. La llegada del Negro no sorprendió a nadie, ya que desde hace algunos días es sabía que el acuerdo estaba, pero la confirmación del club en su página oficial le dio punto final a la negociación y este lunes arrancará su segundo ciclo en el banco leproso en el inicio de la pretemporada.
Gamboa fue elegido por Lucas Bernardi tras una negociación que no fue tan complicada, ya que el Negro tenía un deseo grande de volver al Parque tras aquel paso exitoso en 2008, cuando dirigió en 19 partidos y obtuvo 31 puntos con 8 triunfos, 7 empates y 4 derrotas, con una victoria en el Clásico.
Gamboa llega acompañado de Edgardo Malvestiti como ayudante de campo (estaba en inferiores de Newell’s) y Rodolfo Coppia como preparador físico, quien lo había compañado en su paso con Agropecuario de Carlos Casares y tuvo incluso un paso por la selección de El Salvador. Además se sumarán al cuerpo técnico desde el club Gustavo Arciprete (asistente), el profe Gonzalo Marín y César Jaime, entrenador de arqueros.
¿Por qué Gamboa? En primer lugar, Lucas Bernardi había decidido que el entrenador estuviera al frente del equipo mañana cuando arranque la pretemporada. Y en medio de las charlas con Gamboa, Diego Davobe y Pablo Guede, entendió que el Negro era el más decidido a asumir como DT sin tantas pretensiones ni rodeos. La decisión del Gerente de Fútbol era hacer las cosas “prolijas”, no improvisar con un entrenador interino. Y por eso aceleró las negociaciones con Gamboa y logró lo que pretendía: anunciarlo el fin de semana.
Pero la llegada de Gamboa no pasa sólo por sus ganas de dirigir Newell’s. La dirigencia y Bernardi entienden que es un momento para tener un entrenador con personalidad, con carácter en el vestuario y también en la cancha. Alguien que contagie desde afuera. Y el Negro tiene ese perfil. Lo mostró en su paso por Newell’s en 2008, con un plantel muy parecido al actual, con varios experimentados como Schiavi, Peratta, Ré y Fabbiani, y juveniles del club como Vangioni, Bernardello, Leandro Torres, Formica y Sperduti.
En aquel 2008, Gamboa armó un equipo que en la previa no generaba mucha expectativa, le dio un estilo de juego del gusto del hincha y potenció a jugadores a un nivel que luego no volvieron a repetir. Y contagió desde afuera, con una campaña por encima del 57 por ciento de los puntos, que tuvo su punto más alto en el Clásico que le ganó a Central 1-0 con gol de Schiavi y la recordada jugada del final de Fabbiani, eludiendo a tres rivales y fallando debajo del arco vacío.
La personalidad no es un tema menor. Tampoco el conocimiento de la idiosincrasia del hincha. Gamboa sabe dónde viene, entiende el juego y el folclore. Nadie debe explicarle que perder un Clásico angustia a más no poder y ganarlo es una felicidad interminable. Se esperaba eso de Burgos, carácter y tribuna, y decepcionó en ambos rubros.
Es cierto que el currículum de Gamboa como entrenador es pobre en números. Sus detractores no tienen que esforzarse mucho en encontrar fracasos deportivos. Es más, salvo ese 2008 con Newell’s, el Negro apenas salvó la ropa en Chacarita y Agropecuario, aunque con finales poco felices.
Otro tema que estará en observación será la preparación física del plantel, el talón de Aquiles pos pandemia. Se pensó en tentar a Gamboa con un profe con trayectoria en el club, como Elvio Paolorroso o Hernán Puerta, pero el Negro sostuvo al preparador físico que tuvo en sus últimas experiencias y convenció a Bernardi en confiar en su trabajo.
Eso sí, el club le aportó gente de adentro conocedora del momento y de inferiores. Por eso será su ayudante el Chueco Malvestiti, que estaba como DT de juveniles pero tiene experiencia como entrenador en el exterior. Y también se sumará al cuerpo técnico Gustavo Arciprete y el profe Marín, quien ya trabajaba con el grupo, al igual que César Jaime.