Para Paulo Ferrari, el del sábado ante Gimnasia de La Plata no fue un partido más. Es que para el Loncho, el duelo ante el Lobo platense marcó su regreso a Central.
Seguro de que tiene que rendir más para el equipo, pero consciente también de que el equipo debe seguir mejorando más allá de las victorias logradas, Ferrari analizó el presente futbolístico auriazul.
—El arranque es inmejorable.
—La verdad que sí. El sábado se ganó un partido importante, el primero de local del torneo, con la cancha llena… la verdad es que estamos muy contentos con este arranque de campeonato.
—¿Cómo te sentiste en esta vuelta al club que te vio nacer como jugador?
—Volver a pisar el césped del Gigante fue muy lindo. Yo ya lo había hecho con la camiseta de River. Pero volver a entrar a la cancha con la de Central, me trajo un montón de recuerdos, fue muy emotivo.
—¿La gente te brindó un reconocimiento muy especial?
—La gente siempre me trató bien. La relación con el hincha es muy buena desde siempre. Para mí, volver a Central fue un orgullo. Pero de nada sirve todo esto que digo si no lo demuestro dentro da la cancha. Eso es lo que trata de hacer este equipo, y no tengo dudas de que con el correr de los partidos vamos a ir mejorando. La gente ya le va a tener confianza al equipo. Una señal fue en el final del partido ante Gimnasia, ya que nos fuimos de la cancha muy aplaudidos, algo que siempre hace muy bien.
—¿Cómo te sentiste en lo futbolístico?
—Bien… llegue hace 20 días y todavía me estoy conociendo con mis compañeros. Para mí fue el primer partido oficial serio, y está claro que tengo que seguir mejorando. Esto no es fácil, yo venía entrenando muy duro en lo físico para tratar de ponerme a la par del resto. Pero en la cancha me sentí bastante bien.
—¿Se puede decir que jugaste de menor a mayor?
—Sí, sí… por ahí, en el segundo tiempo me sentí mejor, pero también se dio que hubo más espacios. El tema es que hay que tratar de ser inteligentes. El primer tiempo fue muy peleado, y no había margen. Cuando se puede subir, se subirá, y cuando no se pueda, me quedaré atrás.
—¿Cómo viste al equipo en este primer partido en casa?
—Lo vi seguro, sólido, un equipo que se juega la vida en cada pelota, y que siempre intenta jugar. Por momentos las cosas salen, y por momentos no. Ante Gimnasia se dio un partido muy trabado, en el que se cortó mucho el juego y hubo varias faltas. Pero cuando no se puede jugar, este equipo saca a relucir otras cosas, corre y mete, y creo que por eso ganamos.
—Te parece que, a partir de los primeros resultados obtenidos, ¿los rivales van a mirar a Central con mucho respeto?
—Central es un equipo grande, y en esta categoría siempre los demás rivales lo van a mirar de otra manera. Pero con eso no alcanza. Tenemos que tratar de jugar mejor, de ir progresando partido tras partido. Hay que hacerle sentir al rival que somos un equipo difícil. Si nosotros pensamos que arrancando bien ya esta, o que porque tenemos la camiseta de Central somos más que el resto, estaremos muy equivocados. Hay que jugarse la vida cada fin de semana, como lo venimos haciendo, y que el rival sepa que para sacarnos puntos va a tener que hacer un gran sacrificio.
—Pero obvio que, arrancar ganando los primeros dos partidos, da mucha tranquilidad para trabajar en la semana y corregir errores.
—Seguro, da mucha confianza. Todo se hace más fácil cuando venís ganando. Pero es muy bueno haber arrancado así porque no hay que olvidarse que somos muchos los jugadores nuevos y todavía nos estamos conociendo.
—¿Qué cosas te parece que habría que corregir?
—Hay que seguir afianzándonos como equipo. Creo que de esa forma se va a mejorar el nivel de juego. Nos tocó resolver de entrada dos partidos muy complicados, y lo hicimos. Vamos a ver cómo seguimos.
—Hasta acá, a la B Nacional la habías visto por televisión. ¿Cómo la viviste en tu primer partido en cancha?
—Es duro, el juego es muy cortado. Pero no lo imaginaba diferente.