A pesar de una ofensiva que dura ya dos semanas, los combatientes del Consejo Nacional de Transición (CNT) seguían ayer enfrentándose en Sirte, ciudad natal de Muamar Gaddafi, a una enconada resistencia de las fuerzas gaddafistas que les siguen impidiendo poner pie en esta ciudad costera, situada 360 kilómetros al este de Trípoli. Por otra parte, la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) llamó en un comunicado a las nuevas autoridades libias a poner fin a las detenciones arbitrarias y a los malos tratos aplicados a los prisioneros.
Según HRW, miles de personas han sido detenidas desde la caída de Gaddafi a fines de agosto pasado, en particular libios negros o africanos de las regiones del sur del Sahara acusados de haber combatido junto a las fuerzas leales a Gaddafi.
La organización de derechos humanos, con sede en Nueva York, amonestó así a las fuerzas rebeldes por su actuación desde la caída del régimen de Gaddafi.
En un informe que elaboraron luego de visitar 20 instalaciones penitenciarias en Trípoli y realizar interrogatorios a 53 prisioneros, concluyeron: “Los detenidos dieron cuenta de malos tratos a seis prisioneros, indicando en particular que fueron apaleados y que recibieron choques eléctricos”.
“Algunos de ellos mostraron cicatrices para apoyar sus acusaciones. Ninguno de ellos ha sido presentado a un juez”, denunció HRW.
“Con la ayuda de sus apoyos internacionales, el CNT debe instalar sin tardar un sistema judicial capaz de tratar la situación de todos los prisioneros, un objetivo al cual no se ha dado bastante prioridad”, estimó esta organización.
En tanto, los gaddafistas resistían en Bani Walid, otro feudo pro Gaddafi, ubicado a 170 kilómetros al sureste de la capital.
Los combatientes pro CNT están instalados desde hace un mes en los alrededores de este vasto oasis de relieve accidentado, y no conseguían avanzar, a pesar de un mes de combates que han dejado 40 muertos en sus filas.