Finalmente llegó día y el realizador español Pedro Almodóvar estrenó en las últimas horas, en el Festival Internacional de Cine de Cannes, Extraña forma de vida, una película que marca una nueva tendencia en su cine: más breve, hablado en inglés y con historias igualmente disidentes como lo hizo a lo largo de toda su extensa filmografía que tiene sus comienzos en los primeros años 80.
La proyección, según las agencias internacionales, cerró con una extensa y profusa ovación de varios minutos. La proyección estreno en Cannes de Extraña forma de vida, un cortometraje que es un “capricho” de Pedro Almodóvar, protagonizado por el actor de moda, el chileno Pedro Pascal, junto el norteamericano Ethan Hawke, es además la antesala para preparar su primer largometraje en inglés.
Con la presencia de Hawke y la ausencia de Pascal por cuestiones de agenda, pero acompañado en la rueda de prensa y la alfombra roja por parte del staff más joven del film, integrado por Jason Fernández, José Condessa, George Steane y Manu Ríos, además de Pedro Casablanc y Sara Salámo, el corto se proyectó fuera de competencia pero dentro de la Sección Oficial, en una sala llena de invitados como Catherine Deneuve, Xavier Dolan, Blanca Li o el ministro español de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, entre muchos más.
Tras la pasada del corto, una historia de amor en el lejano oeste protagonizada por dos hombres que algunos ven cercana a la icónica Secreto en la montaña (Brokeback Mountain), el auditorio en su totalidad se puso en pie para celebrar el que es el segundo cortometraje en inglés del director y que explora la relación de dos cowboys, que se complica con un asesinato y que está rodado con su reconocible estilo preciosista y lleno de detalles, colores y texturas muy cuidados y con más escenas sugeridas que explícitas.
Se trata de un proyecto que surgió a partir de de una propuesta de Anthony Vacarello, el director creativo de Yves Saint Laurent, que actúa como productor del film, y que quería trabajar con el realizador manchego, uno de los más destacados de su generación.
Inmediatamente pensó en un relato corto que había escrito, y que eran tan solo “los diálogos de los cowboys después de tener una noche loca”, explicó Almodóvar en entrevistas antes de presentar el film en Cannes. El cineasta escribió “lo que ocurría antes de esa noche y después”. Y lo hizo en forma de western porque ya en los diálogos que había escrito le parecía “mucho más interesante que dos hombres hablaran de su propio deseo en un género que nunca había tocado y en un género que es muy masculino”.
Se trata de un corto que empieza de forma muy poética, con el fado que da título al film, de la portuguesa Amalia Rodrigues, en versión del brasileño Caetano Veloso, y en cuyo texto se sugiere que no hay existencia más extraña que vivir dando la espalda a los propios deseos. Para esta historia pensó rápidamente en Pedro Pascal y Ethan Hawke porque los conocía y porque son física y culturalmente opuestos, algo que era bueno para el film. “Los llamé y la suerte es que dijeron que sí de inmediato. Sólo tuve que esperar unos meses a que Pascal terminara de rodar (la serie) The Last of Us, luego se vino aquí y pasado el verano lo hicimos”.
La historia de <Extraña forma de vida< puede recordar a la de la referida Secreto en la montaña, aunque para Almodóvar, que acaba de publicar su libro El último sueño, “son muy diferentes”. El film de Ang Lee, que el cineasta español considera “una excepción dentro del cine que ha hecho Hollywood” y para el que había sido convocado en un principio, se centra en pastores de ovejas más que en vaqueros, y no es comparable con su corto ni por longitud ni por las implicancias que la historia del largometraje tiene con las familias de los dos protagonistas. Sí se parece en que está rodada en inglés y que lo que cuenta es la historia de amor y deseo entre dos hombres.
Respecto de porqué decidió que fuera en inglés, dijo que, primero, porque el western es un género absolutamente estadounidense y además porque quería ejercitarse para cuando haga su primer largo en ese idioma, algo que cada vez está más cerca. “Los dos cortos –dijo en referencia a La voz humana, con Tilda Swinton, y éste, Extraña forma de vida–, además de ser dos caprichos que me he podido permitir y que me ha dado mucho gusto y mucha libertad hacerlos, también eran ensayos para ver cómo me movía en esa lengua”, planteó.
En ese sentido, el manchego se preparaba para rodar en los próximos meses la adaptación del libro Manual de mujeres de la limpieza, protagonizado por Cate Blanchett, pero se bajó del proyecto porque le “caía grande”, aseguró sin sentimentalismos. “Era una gran producción, era viajar mucho y yo tengo una movilidad limitada, no se me nota al andar, para estoy operado de espalda y lo mejor no era hacer tantos viajes”, explicó Almodóvar, que también dijo que el guion de esa película sigue siendo suyo. Desde entonces, como ya avanzó la prensa estadounidense especializada hace meses, escribió otro guion, ya terminado, que se desarrolla en Nueva York.
“Éste es mucho más abarcable, con pocos personajes. Son básicamente dos mujeres, en una situación extrema, y todos es contemporáneo, no hay que fabricar trastiendas y eso es muy importante para mí, que todo el atrezzo sea asequible”, dijo. Según se supo ya comenzó el proceso de localización y tiene a las actrices “pero me tienen prohibido que diga los nombres”, aseguró finalmente.