Por Miguel Passarini
Como una bocanada de aire fresco en la que el arte escénico en sus diversas formas tuvo un lugar, finalizó el domingo, luego de seis jornadas colmadas de espectáculos y público, la 8ª edición del Festival de Teatro de Rafaela (FTR2012), con la convicción de ser el único encuentro de sus características que mantiene intacta su identidad. Al mismo tiempo, el festival puede jactarse de su rara mezcla entre el viejo teatro filodramático de las comunidades italianas de principios del siglo XX y la más revolucionaria innovación estética que, además, en muchos casos pisa los escenarios de Rafaela antes que cualquier otro del interior del país.
De este modo, con una contundente programación de 26 espectáculos seleccionados por el director y programador del encuentro, Marcelo Allasino, también actual secretario de Cultura municipal, el FTR va camino, en 2013, a su internacionalización, con la potencial presencia de espectáculos que llegarían a la ciudad del oeste santafesino tanto de Latinoamérica como de Europa.
Con un presupuesto casi en su totalidad autogestionado desde el propio municipio y utilizado con inteligencia y coherencia, apostando en la presente edición a la diversidad estética del mismo modo que a la descentralización de las propuestas que en muchos casos salieron de las salas habituales para ocupar plazas y centros barriales, la gran particularidad de edición 2012 fue, también, la puesta en marcha de dos nuevas subsedes: Suardi y Ramona, que se sumaron a Sunchales, localidad que se integró el FTR el año pasado.
De este modo, a lo largo de seis días y con alrededor de 60 funciones, unos 13 mil espectadores disfrutaron de propuestas de altísimo nivel tales como Salomé de chacra, de Mauricio Kartun; Alemania, de Nacho Ciatti; He nacido para verte sonreír, de Santiago Loza, con dirección de Lisandro Rodríguez; El Bululú, de José María Vilches, con interpretación de Osqui Guzmán; Amar, de Alejandro Catalán; Molly Bloom, de James Joyce, con Cristina Banegas; El cuadro filodramático, producción rafaelina con la dirección de Edgardo Dib, y Negra, con dramaturgia, actuación y dirección de Dennis Smith.
También se vieron Breve relato dominical, de Matías Feldman; Povnia, con la actuación de Lila Monti y dirección de Cristina Martí y Guillermo Angelelli; Escandinavia, con la actuación de Rubén Szuchmacher y dirección de Lautaro Vilo, y la producción del grupo La Máscara, Monstruos al teatro, de Graciela Repún y Patricia Suárez.
Un cierre en lo más alto
“El FTR hizo explotar la ciudad de teatro”, dijo el secretario de Cultura local, Marcelo Allasino, en su discurso de cierre del encuentro, realizado el domingo en el céntrico Cine Teatro Belgrano.
En el marco de una jornada festiva, y frente a una sala colmada que vio con atención el tradicional video a modo de resumen de todo lo acontecido, Allasino, el gran motor del FTR y uno de los nombres clave del teatro argentino de las últimas dos décadas, agregó: “Quiero decirles gracias por su talento y profesionalismo, y agradecer a la gente que con tanta voracidad, tanto cariño, con tanta pasión adhiere a este evento”.
Finalmente, Allasino agradeció al numeroso equipo de trabajo, “que actúa con la camiseta puesta por nuestra ciudad”, y al intendente Luis Castellano, “por la confianza y el apoyo”, quien continuó con la gestión de Omar Perotti, ex intendente de Rafaela y actual diputado nacional, que dio vida al festival en 2005.
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