El tedeum en la Ciudad de Buenos Aires es parte del protocolo en fiestas patrias como este 25 de Mayo. En otras ocasiones, la formalidad estuvo acompañada de actos, espectáculos y presencia de gran cantidad de gente en espacios públicos. No fue así este sábado: la Catedral Metropolitana, como ocurre en todos los lugares donde acude el presidente Mauricio Macri, amaneció vallada. Adentro, la formalidad escapó del aburrimiento en las palabras del arzobispo porteño, Mario Poli: preguntó si no es «el momento de ir hacia un gran pacto nacional con mirada amplia y generosa, que no sea funcional ni coyuntural». El prelado centró su discurso en el año electoral que transita y mencionó dos veces al papa Francisco. Como jefe de la Iglesia y como su antecesor, Jorge Bergoglio, para repetir con él que «el poder sólo tiene sentido si está al servicio del bien común».
«La alternancia en el poder ha sido una nota distintiva, aunque permanecen en el tiempo cuestiones de Estado sin resolver. ¿No será el momento de ir hacia un gran pacto nacional con mirada amplia y generosa, que no sea funcional ni coyuntural, dejando de lado mezquinos intereses sectoriales? Se trata de una propuesta superadora de todo partidismo y fracción, con la conciencia de que la unidad prevalece sobre el conflicto», sostuvo Poli en la Catedral Metropolitana ante las miradas serias de Macri, su esposa Juliana Awada y el jefe de Gabinete y principal sostén de la reelección presidencial, Marcos Peña.
La mención de un «un gran pacto nacional» alejado de lo coyuntural que pidió Poli, con la autoridad autoasignada por la Iglesia, contrasta con el decálogo de puntos con los que la gestión Cambiemos intentó, sin éxito, comprometer a la oposición para garantizar gobernabilidad en lo que resta del mandato de Macri. Más cercana a la construcción del prelado suena el «contrato social» con «responsabilidad ciudadana» que propuso la ex mandataria y ya precandidata a vicepresidenta Cristina Fernández durante la presentación de «Sinceramente» en la Feria del Libro.
El cardenal primado de la Argentina consideró necesario construir «un gran pacto de honor capaz de una dirigencia que transmita esperanza objetiva al pueblo». Y resaltó, como una especie de cable a tierra de expresiones abstractas: «La realidad es más importante que la idea, el todo es más que la parte».
Poli recordó que su antecesor, Bergoglio, decía: «El poder sólo tiene sentido si está al servicio del bien común». Enseguida, completó que «la buena política respeta y promueve los derechos humanos fundamentales».
Márketing y oración presidencial
El cardenal se enfocó en el año electoral y cuestionó las campañas proselitistas. «Se habla de estrategias, armados, frentes, nuevos espacios con conocidos dirigentes», dijo para lamentar la sujeción a las empresas de márketing político: «Comunican y crean subjetividades, denostando y descalificando a las mujeres y hombres públicos de un lado y otro, sembrando dudas sobre su moralidad y capacidad para el cargo que aspiran».
«No pocas veces sus impactos mediáticos logran instalar confusión y desaliento», arremetió Poli en la misma dirección. Y como cierre, trazó lo que consideró un desafío difícil en el futuro inmediato. «Nos espera la ardua, desafiante y apasionante tarea de encontrarnos como hermanos para asumir la nación por construir. Hay mucha gente que reza por la Patria y que la quiere bien», dijo el arzobispo porteño.
La intervención de Macri en el tedeum pasó por leer una oración de formato transitado y significado inespecífico: «Señor, haz de nosotros instrumentos de la paz. Donde hay odio pongamos amor, donde hay ofensa pongamos perdón, donde hay discordia pongamos unión, donde hay duda pongamos fe, donde hay desesperación pongamos esperanza, donde hay tinieblas pongamos la luz», dijo el presidente en la Catedral.
Cerrado por fiesta y locro adentro
El jefe del Estado, con su esposa, la vice Gabriela Michetti y parte de su Gabinete, llegó a la Catedral atravesando una Plaza de Mayo vallada y vacía. El fuerte dispositivo de seguridad desplegado incluyó el cierre al tránsito de varias calles, que se extendió hasta las 13. Las estaciones de subte de Plaza de Mayo (Línea A), Catedral (Línea D) y Bolívar (Línea E) también estuvieron cerradas, desde las 8 y hasta el final de la celebración religiosa.
Al término de la ceremonia religiosa, el presidente se trasladó a la residencia de Olivos para compartir un locro con su equipo de gobierno. Sin gente alrededor ni opositores.