El tercer juicio por los crímenes de lesa humanidad perpetrados en la ex-Esma tendrá su etapa de alegatos a partir del próximo 23 de febrero y estarán a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº5.
En la causa se investigan 789 delitos cometidos en el centro clandestino de detención, lo que la convierte en el mayor juicio de todos los realizados desde la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, en 2003.
Entre los 63 acusados por los crímenes de lesa humanidad se encuentran los miembro del Grupo de tareas 3.3.2 Alfredo Astiz, Jorge «Tigre» Acosta, Jorge Carlos Rádice, el ex teniente Adolfo Miguel Donda, Antonio Pernías, Ricardo Miguel Cavallo, Juan Antonio Azic; Raúl Scheller; el ex responsable de la ex-Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) Antonio Vañek; el piloto acusado de haber participado de «vuelos de la muerte» Julio Alberto Poch; y el exsecretario de Hacienda Juan Alemann, entre otros.
Los jueces a cargo del TOC Nº5 que escucharán la exposición de los fiscales serán Daniel Obligado, Adriana Palliotti y Leopoldo Bruglia.
En el proceso judicial comenzado a fines de 2012 se unificaron diferentes tramos de la megacausa Esma y son juzgados por primera vez ocho aviadores sindicados de haber formado parte de los vuelos en los que se arrojaban vivos al mar o al Río de la Plata a detenidos-desaparecidos.
La ex Esma fue el mayor centro de detención clandestino administrado por la Marina durante la última dictadura cívico militar y hoy es un Espacio para la Memoria, así como también alberga en su interior al Museo Malvinas.
De acuerdo a los testimonios brindados por los detenidos-desaparecidos que pasaron por allí, se estima que fueron mantenidas en cautiverio unas 5 mil personas y nacieron bebés entre 1977 y 1979.
Asimismo, en la ex Esma fueron vistas por última vez las primeras Madres de Plaza de Mayo, entre ellas Azucena Villaflor de De Vicenti; y las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet.
El primer juicio por los delitos cometidos en ese centro clandestino contra el prefecto Héctor Febres quedó inconcluso por su asesinato con cianuro dentro de su celda en diciembre de 2007; mientras que el segundo finalizó en octubre de 2011 con la condena a 16 represores y dos absoluciones por 85 casos.