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Filósofo mediático propone usar cuarentena para hacer «una introspección jugada»

Darío Sztajnszrajber consideró que estos tiempos de aislamiento social y obligatorio, provocados por la pandemia de coronavirus, "son, claramente, tiempos para una introspección jugada" porque te hace "repensar tu propia existencia"

El filósofo Darío Sztajnszrajber consideró que estos tiempos de aislamiento social y obligatorio, provocados por la pandemia de coronavirus, «son, claramente, tiempos para una introspección jugada» porque te hace «repensar tu propia existencia».

La pandemia del coronavirus extendida por todo el mundo provocó la inédita situación de millones de personas en «aislamiento obligatorio» dentro de sus hogares, generando preguntas, angustias en algunos casos y la imperiosa necesidad de acomodarse a esta nueva circunstancia.

¿Puede la filosofía aportar alguna claridad o visión al respecto?, preguntó Télam a Sztajnszrajber, filósofo, ensayista, docente, y presentador televisivo.

«La filosofía puede ayudar a asumir o a elaborar la situación. Es decir, uno anda desesperado tratando de encontrarle una solución a lo que no la tiene, y con la filosofía lo que se hace básicamente es desmontar fantasías para, básicamente, hacernos cargo de lo que nos pasa».

Sztajnszrajber consideró que «cualquier persona puede hacer filosofía, y en estas particulares circunstancias puede ayudarnos más que nunca al pensamiento crítico, a desarmar, desde las estupideces como que te quieren vender la gotita mágica hasta los abusos de poder y la salvaguarda para la felicidad. En este sentido hay que hacer mucho desmontaje de estas cosas», indicó.

«En esa línea, ese pensamiento crítico te ayuda a entender situaciones que no tienen una resolución inmediata», subrayó que «angustiarse en el marco de todo esto, no está mal», y aclaró que «desde la filosofía hace rato que venimos clamando por la necesidad de reconciliarse con las angustias existenciales».

Sobre la pandemia que nos atraviesa, en particular, el filósofo indicó que se trata de «una situación transpersonal que te hace realmente repensar tu propia existencia».

«Aunque parezca extraño, claramente son tiempos para la introspección. Estamos clamando todo el tiempo ‘tener tiempo’ para salirnos de la enajenación y ver qué hacer con nosotros. Bueno… ahora ese tiempo nos fue dado», dijo Sztajnszrajber.

«Pero nos fue dado del peor modo, en una situación difícil, porque de repente el tiempo se detuvo», expresó.

Y lo ilustró del siguiente modo: «Todos estamos en una situación como de fantasmas, porque el tiempo perdió sentido, nadie está poniendo el despertador, ni mirando el reloj, ni preguntando qué hora es. La rapidez desapareció», señaló.

«¿Cuál es la rapidez en un tiempo que se ha distendido?» se preguntó entonces.

Sztajnszrajber explicó que en esta curiosa circunstancia en la que el cronómetro se detuvo, surge «otro tiempo que te permite otra relación con los tuyos, con tus vínculos, con tus proyectos, con tus deseos. Y lo peor que puede pasar, cuando uno se mete en serio a percibir estas cuestiones es que se te desestructure todo».

«Son situaciones que van también en ese sentido, porque uno vive la vida, medio atada con alambre y cuesta mucho en el cotidiano tomar decisiones tan radicales», reflexionó.

«Ahora increíblemente, en una situación que nos excede, nos pone a todos en un lugar extraordinario y fuera del orden, no fuera de lo ordinario. Acá hay algo extraordinario y cada uno sabrá qué hacer con eso», remarcó el filósofo.

Profundizando lo inédito de esta situación que estamos viviendo, dijo: «En general estas grandes situaciones límite uno no las elige, te las arrojan. Y encima nos sucede a todos, como comunidad. Es increíble lo que sucede, pero tenemos tiempo para ver qué hacemos con esto».

«Ahora estamos todos sujetos, sujetos a una pandemia, sujetos a un virus. ¿Se podrá seguir sosteniendo, después de todo esto, el individualismo como fundamento?», cuestionó.

El pensador reparó que «este es un problema social, y como problema social no tiene un salvataje individual, ni metafísico, ni nada por el estilo».

«Hoy más nunca notamos la necesidad de la política, en el sentido amplio del término, una comunidad organizada que decide cuáles son prioridades. Tiene que ver con algo que parecía haberse perdido, que es ni más ni menos que la ciudadanía. Ser ciudadanos, exigirle al Estado que esté presente, pero también que no se sobrepase. Estar en esa tensión», subrayó.

«Estamos en un momento para sostener valores como la confianza y el amor al otro. Existencialmente es un tiempo hermoso para plantearnos dilemas, replantearnos a fondo nuestras cosas y también discusiones que tienen que ver con la existencia humana», dijo.

Por último, Sztajnszrajber manifestó a Télam que comprobó en estos días de coronavirus hay «acciones concretas de gente que se organiza distinto, empieza a percibirse ganas de tener una vida comunitaria. Y esto a mí, que soy un pesimista militante, me devolvió la esperanza. Hay una perspectiva esperanzadora de que es posible que la gente se organice, hay una convicción colectiva más allá de las medidas impuestas por las autoridades. Hay esperanza», concluyó.

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