Entre sacudones, el pelotón de candidatos para 2011 cierra el año –el último electoral antes del duelo presidencial– con balances desparejos: Néstor Kirchner doblemente derrotado, Mauricio Macri abrumado por un conflicto brumoso, Elisa Carrió con su propio espacio partido y Julio Cobos peligrosamente retornado a la UCR.
Poco y nada en cuanto a nombres cambió la grilla política respecto de un año atrás. Sólo la irrupción –y el posterior apartamiento, definitivo o no– de Carlos Lole Reutemann, que apareció como la esperanza blanca del PJ anti K pero luego, anticipatorio o preventivo, mandó a apaciguar las expectativas sobre sus intenciones.
Un mapeo sobre cada una de las figuras al caer 2009 arroja resultados desiguales pero muestra a todos, aunque con matices, dañados en comparación con un año atrás. Una aproximación a cada uno de los casos.
■ Néstor Kirchner. Tuvo, en términos prácticos, su peor año desde que llegó a Olivos, primero como presidente en funciones y luego como copresidente en ejercicio. La derrota estruendosa del 28-J pareció dinamitar cualquier expectativa futura. Sin embargo, luego de empujar y lograr aprobar la Ley de Medios, consiguió enviar un mensaje hacia dentro del peronismo –que el 29 de junio se preparaba para reemplazarlo– de que su ciclo, al menos en su imaginario, no estaba terminado.
Consiguió, de hecho, que le rechazaran la renuncia al PJ que presentó unas horas después de la derrota electoral. Se dio, incluso, el lujo de no resolver todavía si reasumirá o no formalmente una jefatura que ejerce de hecho. La ley de Medios y otro paquete de acciones, entre ellos la reforma política, parecieron devolverlo al cenit del peronismo, lo que animó a los ultra K a lanzar un operativo clamor para hacerlo presidente en 2011. Pero la realidad le pegó otra cachetada: aunque circunstancial, y con fórceps, se formó en el Congreso una mayoría anti K que lo sometió. Ese tropiezo, encima, fue delante de sus ojos, en su primera aparición en el Congreso como diputado. Un dato más: perforó sus índices históricos de buena imagen, que con los valores actuales lo alejan, fatalmente, de cualquier victoria electoral.
■ Julio Cobos. Coronó el año con su regreso a la UCR, dato que aparece difuso en cuanto a conveniencias. Por un lado, podría presumirse que “captura” el partido para ser en 2011 el candidato oficial del radicalismo. Pero, en paralelo, también queda preso del clásico –y desprestigiado– núcleo de la UCR, que así como atropelló a Gerardo Morales y condicionó a Ernesto Sanz, el nuevo jefe partidario, podrá imponerle límites al vicepresidente. Es más: en el cierre en la Convención nacional el nombre de Cobos se invocó pero, en rigor, la costura de los armados no fue obra del mendocino. Tiene, sin embargo, una carta fuerte: no hay encuesta en la que Cobos, casi inoxidable, no figure al tope de las preferencias de imagen y de intención de voto. Por lógica funcional, eso lo hace imprescindible para cualquier armado con pretensiones pero la UCR ha sido, en su historia, experta en destruir a sus buenos candidatos.
■ Mauricio Macri. El tramo final del año no pudo ser peor: el escándalo de los espías lo dañó como ningún hecho hasta ahora lo había dañado. Las encuestas que encarga Francisco De Narváez registraron, en noviembre, una caída de casi 20 por ciento en la imagen del porteño. No le alcanzó al jefe de Gobierno con denunciar una operación de la Casa Rosada que tuvo, claro está, algo que ver en todo el episodio que todavía no está cerrado. Se habla de novedades que podrían dejar contra las cuerdas a un ministro clave del gabinete macrista que en estos días presentará dos cambios: Esteban Bullrich irá por Mariano Narodowski a Educación y Diego Santilli por Juan Pablo Piccardo en Espacio Público. Esos movimientos, y una apuesta a que el verano apague la crisis, son la base para que Macri se lance a agitar su pretensión presidencial para 2011.
■ Elisa Carrió. Después de pactar con la UCR y el cobismo en el Acuerdo Cívico, Carrió volvió a su antigua autonomía y en ese tránsito perdió a una socia poderosa: Margarita Stolbizer, trámite en el que se quedó prácticamente sin radicales en la Coalición Cívica.
Promete, igual, reconstruir ese frente y apostar a esquemas en Buenos Aires y la Capital Federal: en la provincia se instalará ella y tratará de colocar a algún candidato; en la ciudad lanzó días atrás a Adrián Pérez como candidato a jefe de Gobierno. Sigue, en esa línea, con el planteo de ser candidata en 2011 aunque eso implique, advierte, reducir su caudal político y electoral.