José Odisio
Todo tiene un final. Y esta vez parece lógico. Mauricio Larriera no seguirá en el banco leproso. La derrota ante Banfield despertó nuevas dudas en la dirigencia en cuanto a sostener o no al entrenador uruguayo, no sólo por lo numérico, sino fundamentalmente por las formas, ya que el juego del equipo mostró una involución alarmante y además hubo futbolistas que se mostraron desorientados o poco convencidos de lo que propone el técnico. Y con un receso largo a pocos días, su salida caída de madura.
Tras perder el Clásico y quedar afuera de cuartos de final de Copa de la Liga, Larriera entró en una zona de cuestionamiento de parte de los hinchas, y la dirigencia también estuvo en disconformidad por cómo terminó el paso de Newell’s por un torneo donde arrancó con cuatro triunfos y mucha expectativa y concluyó desdibujado dentro de la cancha. Además de lo estrictamente deportivo, la cúpula leprosa entendió que hubo un mal manejo del grupo en algunos temas como la exclusión de Pablo Pérez y Leonel Vangioni, dos referentes del club; la de Ramiro Macagno, con un discusión con parte del cuerpo técnico que se hizo pública; y la sanción a Franco Díaz por un tema extrafutbolístico, que tuvo un apercibimiento inicial del club, pero uno mucho más inflexible de parte de Larriera.
Bajo este contexto, la continuidad del equipo en Copa Argentina, una de las prioridades deportivas de Newell’s, pasó a seer clave. Y la victoria ajustada con los suplentes de Deportivo Riestra dejaron a la Lepra con vida en el certamen y le dio cierto aire al DT, aunque no fue una ratificación de continuidad tan contudente como la propio dirigencia esperaba. Ganar ante Platense y Defensa por la Liga pareció darle un poco más de respaldo al ciclo, incluso con derrota ante Vélez, pero el golpe del martes en el sur bonaerense trajo más dudas que certezas en los máximos directivos leprosos, que se volvieron convencidos de un final de ciclo.
Otro análisis que hizo la dirigencia es que tras el receso, en menos de un mes se jugará el Clásico, con una obligación de triunfo cada vez mayor. Y una derrota obligaría a despedir a Larriera, trayendo a los apurones un entrenador que no tendrá tiempo para trabajar con el plantel en plena competencia.
“Analizaremos tranquilos y bien profundo. La lógica indica que cuando se termina una parte de un proceso, todas las partes hacen un balance. Es lo más normal. Vamos a hacer el balance como cuerpo técnico, como seguramente lo haga la dirigencia. Yo siempre pienso que soy un DT interino, que me juego mi lugar en cada partido. Más allá de que tenemos contrato hasta diciembre, mi combustible es trabajar sabiendo que es partido a partido”, señaló Larriera tras la derrota ante Banfield, descartando dar un paso al costado, aunque consciente de que su continuidad estaba en análisis.
Incluso la semana anterior, luego de ganarle a Defensa con gol de Méndez, el técnico había dicho que en este período priorizaba los resultados por sobre el juego, una señal de que entendía que su permanencia estaba en duda.
Pero ese ‘interinato’ concluyó. Había pactada una reunión el jueves con Ignacio Astore y Ariel Michaloutsos, el Director Deportivo, pero con la decisión tomada, la charla se adelantó y sólo resta definir las formas de su salida, ya que Larriera tenía contrato hasta diciembre. Contra Instituto ya no estará en el banco y su lugar podría ocuparlo Adrian Coria por este partido.
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