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Final a toda orquesta en el juicio a Los Monos: comisario Gula Pereyra prendió el ventilador

Comisario apuntó contra sus superiores políticos y detalló el prontuario de Judiciales, que investigó la megacausa. “Políticamente había dos líneas: la que quería recaudar y la que no. Ganó la primera y sacrificaron a los peones”, dijo.

Gustavo “Gula” Pereyra no se calló nada: brindó datos con lujo de detalles en la última jornada de este año en el juicio a Los Monos, que continuará en febrero. El comisario, uno de los trece uniformados acusados en este debate, dejó en claro este jueves que sus superiores en la Secretaría de Delitos Complejos Ana Viglione y Andrés Ferrato lo desconocieron: “Estuve preso por hacer lo que tenía que hacer”, aseguró. Su jefa, durante su declaración, aseguró que nadie la había hecho callar durante una reunión con otros funcionarios, pero Pereyra lo ratificó: “Los mismos que la hicieron callar, la hicieron desconocerme”. También habló de los mails donde mandaba información a sus superiores sobre investigaciones sobre narcotráfico y sobre la División Judiciales, la misma que llevó el peso de la pesquisa a las órdenes del juez Juan Carlos Vienna. El oficial aclaró que algunas investigaciones alcanzaron a “políticos” y dejó entrever la feroz disputa policial por el control del mercado de drogas en ese entonces. De la información que recababa surgieron, aseveró, “macanas” de Judiciales. Dijo que “estaban haciendo una recaudación y lo querían poner a Esteban Lindor Alvarado y a Luis Medina para que manejaran toda la zona. Porque (el jefe de la Brigada Operativa de Judiciales, el subcomisario Luis) Quevertoque, en su momento, era socio de Alvarado, eran vecinos, fueron cuñados”, aseguró. La referencia es a dos hombres que nunca fueron condenados por narcotráfico: Medina fue asesinado en diciembre de 2013 y Alvarado está en libertad condicional tras firmar un abreviado por robo de autos en la provincia de Buenos Aires.

La declaración de Pereyra se generó a raíz del testimonio de una compañera de trabajo, quien había desconocido el trabajo de la dependencia en materia de drogas. Pereyra pidió responder y dijo cómo investigó a la División Judiciales: el entonces jefe de Policía rosarino le dijo, según aseguró, que habían formado una Brigada compuesta por el comisario Cristian Romero, su par Raúl Saccone Tirrito, Quevertoque y el sargento Ariel Lotito y le preguntó si podía hablar con Viglione, titular de la Secretaría de Delitos Complejos, para saber quién la había formado y “qué estaban buscando”.

Los muchachos de Judiciales

El 15 de marzo de 2013 le mandó un mail a su superior donde le informaba sobre la Brigada de Judiciales. Se creó por disposición del jefe de la UR II, aunque no sabía quién lo asesoraba, qué función iban a realizar o quién les acercó los nombres, según averiguó. Llamaba la atención la poca experiencia de los integrantes de ese grupo, afirmó, y detalló quiénes eran: Romero venía de la ex Drogas Peligrosas y era jefe de la División, a Saccone (jefe de la brigada) lo describió como “un inútil pero decente, conocido de Ana (Viglione)”. Quevertoque, varias veces involucrado en hechos de robo de piratería del asfalto y amigo de (Luis Alberto) Gastaminza, describió. “Un ex policía que se pasó de la vereda de enfrente”, lo definió Pereyra. También Lotito y su hijo, este último “un carpetero y poco trabajador”, decía el mail y José Luis Ramonda, que venía de Drogas al igual que Lotito padre.

El 26 o 27 de marzo, la División Judiciales hizo un procedimiento que no tenía que hacer, sostuvo Pereyra: se encuentra con una Renault Kangoo con droga. “Todos saben que se trasporta con documentación al día”, dijo, pero esa era robada. Secuestraron 12 kilos de droga pero no detuvieron a nadie, añadió. “Esa es la presentación que hace Judiciales en sociedad”, explicó.

“Después de esto, en abril me manda un mail Ferrato (segundo de Viglione) pidiendo la información de la División Judiciales”, señaló, y añadió que ya se lo había mandado pero le pidió que se lo reitere porque se había perdido. Y se lo reenvió. Y el cuarto mail hablaba de los datos personales de todos los integrantes de la repartición. Al final describió una investigación llevada adelante por un comisario inspector de la entonces Agrupación Unidades Especiales (repartición de la Jefatura dedicada a las investigaciones complejas) de la localidad San Javier en 2010. “En ese momento había un avión tirando droga en la zona de Helvecia. Había escuchas entre Lotito y Quevertoque, quienes los fines de semana concurrían a la zona, donde tenían sus novias”, dijo Pereyra.

Delitos Complejos

Pereyra denunció a sus ex jefes Viglione y Ferrato por falso testimonio y antes de que se iniciara el juicio a Los Monos ambos fueron procesados. Este jueves el comisario contó cómo llegó a la Delitos Complejos y como armó la brigada de esa dependencia. Explicó que el sargento Juan “Chavo” Maciel (quien firmó un abreviado en esta causa por asociación ilícita) se incorporó después del rechazo de otros dos efectivos. Viglione le pasó distintos trabajos vinculados con drogas cuando aún estaba solo. Lo puso en contacto con un comisario de Santa Fe por un búnker de Pueyrredón al 2700, aseguró. Le pasaba al comisario la información telefónicamente y éste mandó una brigada y luego de obtener fotos y filmaciones le dijo que iba a judicializarlo. “Viglione me pone en contacto con él porque no le tenía confianza”, dijo y añadió que el 16 de enero (de 2013) un funcionario del Ministerio de Seguridad con un comisario de la ex Drogas lo tumbaron con una topadora porque decían que no estaba operando: “Fuimos a hablar y nos dijeron que eran decisiones políticas y que no teníamos por qué meternos”.

“Me dieron distintas investigaciones: armas, robos automotores, entre otras, y se dispuso la creación de un mail grupal” para comunicarse con sus superiores. Pereyra le dio acceso a dos de sus subalternos pero no a Maciel, aseguró. Averiguó por búnkers, también fueron a buscar datos sobre Delfín Zacarías (detenido finalmente en octubre de 2013 mientras cocinaba cocaína en Funes) en Granadero Baigorria y las propiedades que tenía en San Lorenzo. “También sobre el Francés o el Polaco (Slawmir Andrzej Polus, quien operaba en Baigorria y cayó en 2013 en Misiones) y sobre policías que jugaban al paintball con un narco en Oliveros”, contó. Además investigó a Germán Almirón (policía de Judiciales condenado por extorsión y procesado en un caso narco) antes que entrara a esa repartición por vínculos con el narcotráfico y describió cómo Judiciales “hacía procedimientos positivos” (con secuestro de elementos y/o detención de personas) 15 o 20 días después que él pasaba datos sobre esos lugares.

Pereyra dijo que no tenían oficina, que él se encargaba de recolectar los datos y entre ellos “las macanas que ellos se estaban mandando” (en referencia a Judiciales). “Iban a un allanamiento para encontrar un prófugo y encontraban un búnker. ¿Cómo trabajaron 16 años en drogas y no saben que para pedir un allanamiento tienen que hacer una investigación previa? ¿No se dan cuenta que hay un búnker?”, se preguntó.

Alvarado y Medina

“Estaban haciendo una recaudación y lo querían poner a Esteban Lindor Alvarado y a Luis Medina para que manejaran toda la zona. Porque Quevertoque en su momento era socio de Alvarado, eran vecinos, fueron cuñados”, dijo.

Habló de una gran operación de prensa para presentarlo como la cara de la corrupción policial. “Y no hay una comunicación telefónica con nadie”, declaró en referencia a que su voz no aparece en las escuchas del caso. A lo que sumó que los informes que lo nombran son de Judiciales y hablan en potencial.

“Me generaron mucho perjuicio, inclusive familiar. Ocho meses detenido por estar nombrado”, dijo Pereyra, cuya familia es dueña del clásico restorán Wembley. “Me mandaron a un campo de concentración. Judiciales hace un allanamiento ilegal en Pilar (en el country donde vivía Medina, que se hizo pocos días después de ser asesinado) y lo protegen. Lo meten preso a Almirón, y a Romero no le pasa nada. Filman a dos integrantes de la División Judiciales recibiendo dinero (en referencia a un video que uno de los acusados, Ramón “Monchi” Machuca difundió por televisión) y a Romero no le pasa nada. Se le escapa uno (en referencia a la fuga de la oficina de la División de Juan Domingo Ramírez, caso en el que el único condenado resultó Almirón) y nada”, se quejó.

“Viglione mintió”

Le preguntaron por una escucha entre Romero y Lotito, donde el segundo le dice que Viglione le estaba pegando patadas en el pecho, en el sentido que se oponía a que el primero fuera promovido, y que durante una reunión con otros funcionarios la habían hecho callar por deslegitimar a Romero. Pereyra dijo que “Viglione aseguró que nadie la hizo callar pero es mentira”. Y añadió: “Viglione mintió descaradamente porque la misma persona que la hizo callar en ese momento es la misma persona que le dijo: «Mentí, desconocelo a Pereyra»”, aseguró y a continuación describió: “Porque políticamente había dos líneas: una que quería recaudar y otra no. Parece que ganó una y sacrificaron a los peones”.

EL CUADERNO

Le preguntaron si investigó a políticos. Pereyra largó una sonrisa y habló de un cuaderno de trabajo que presentó ante la jueza Alejandra Rodenas (quien instruyó la última parte de la causa y lo procesó). Dijo que tenía una anotación que decía: “Cordobeses, Druetta, Pullaro, 200 mil pesos”. Tenía que averiguar si el comisario Alejandro Druetta (entonces en Drogas del departamento General López) recaudaba 200 mil pesos de “la banda de los cordobeses” y se las entregaba al entonces diputado y hoy ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro, afirmó.

Una investigación frustrada por drogas sobre Luis Medina

Otro de los testigos de la jornada de ayer fue un ex uniformado que prestó servicios en la sección Inteligencia de Drogas Peligrosas. Conocía a Juan Delmastro, otro de los policías acusados y ya condenado como partícipe en el crimen de Lourdes Cantero (por el cual es juzgado Monchi como autor intelectual). Fue el policía que tomó la investigación contra Luis Medina por narcotráfico a principios de 2012. Contó que tras la creación de la Secretaría de Delitos Complejos –Drogas quedó en la órbita de esa repartición– se reunió varias veces con su titular, Ana Viglione. “Me dijo que iba a tener apoyo político o policial”, afirmó y le dio a entender que era amiga del entonces ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, y “que iba a estar a cargo del total de la Policía a nivel político, que iba a tener el control”, aseguró.

En la última reunión que tuvieron le pidió si podía cerrar la investigación y pedir las órdenes de allanamiento contra Medina, afirmó. Le dijo que faltaban algunas cuestiones, que era una red muy compleja y tuvieron un entredicho. “Me dio a entender que necesitábamos una salida mediática en ese momento, por lo que se hablaba de la lucha contra el narcotráfico –la Secretaría fue creada tras la detención del entonces jefe de Policía Hugo Tognoli–. Le dije que no, que en todo caso daba un paso al costado o que me sacaran”. El testigo dijo que lo sacaron y también a su jefe, que lo había apoyado. Después de eso lo mandaron al freezer: estuvo dos años a la espera de destino, aseguró.

Respecto de los hombres de la División Judiciales, este testigo dijo que algunos habían estado en Inteligencia de Drogas Peligrosas y nombró a Romero, Lotito y Ramonda. “Fueron relevados por pedido de la entonces jueza federal Laura Cosidoy. Creo que porque no tenía confianza en ellos y se hizo cargo Alejandro Franganillo, que armó una nueva sección de Inteligencia”, recordó.

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