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Final de una era en Newell’s: se fueron los últimos referentes en el club del Parque

El retiro de Maxi Rodríguez e Ignacio Scocco termina con la generación del “sentido de pertenencia” en la Lepra. Los dirigentes no pueden fallar, ya que esta vez no habrá “salvadores” que vengan al rescate

Javier Sanguinetti comienza a reconstruir el nuevo Newell’s, y la más saliente de esta etapa que arrancará en 2022, es que ya no estarán dos de los máximos representantes leprosos dentro y fuera de la cancha, dos de los máximos referentes del famoso sentido de pertenencia: Maxi Rodríguez e Ignacio Scocco.

Desde 2012 a esta parte, en el Parque el hincha se acostumbró a tener un respaldo extra a cualquier decisión errónea de las distintas dirigencias desde lo futbolístico. Los errores que ponían a Newell’s al borde de descender, encontraron en la última década a referentes que dejaron privilegias económicos y deportivos para regresar a Newell’s y salvarlo de la desgracia deportiva.

Gerardo Martino como DT, y Lucas Bernardi, Diego Mateo, Gabriel Heinze, Pablo Pérez, Mauro Formica, Ignacio Scocco y Maxi Rodríguez como jugadores, representaron al hincha dentro de la cancha. Sí, en distintos momentos, esos futbolistas hicieron lo que cualquier simpatizante leproso hubiese querido hacer, resignar dinero, comodidades deportivas y movilizar a sus familias para poner la cara por su querido Newell’s. Y siempre fue con éxito, en especial a la hora de salvar al equipo de la ofensa deportiva de perder la categoría. Por eso el cariño de la gente a modo de agradecimiento y esa idolatría que se hizo más fuerte.

Cada vez que el equipo estaba mal, con los promedios como amenaza, el hincha confiaba en salir a flote a partir de esa presencia casi a modo de héroes de esos ídolos que siempre aparecían en los peores momentos.

Eso ya no pasará. Al menos en el corto plazo. El retiro de Maxi Rodríguez y Nacho Scocco termina con una generación de futbolistas identificados con ese sentido de pertenencia que tan orgulloso muestran todos en el Parque. Apenas queda Pablo Pérez, con una carga pesada sobre su hombro, sabiendo que sus socios ya no podrán acompañarlo.

Es cierto que Maxi y Nacho habían aportado poco desde lo futbolístico post pandemia. A la par del equipo, los referentes sufrieron con las lesiones y en cancha no marcaron la diferencia, más allá de su innegable jerarquía. Con sus 40 años, la Fiera ya estaba jugando el suplementario de su carrera; en cambio, Nacho parecía tener más margen, algo más que entregar, pero como él mismo dijo: “sentía que no podía rendir al 100%”.

Y la salida de ambos es un golpe duro al corazón de los hinchas, que desde lo sentimental aún no asimilan que no los verán más dentro de la cancha. El retiro de Maxi y Nacho obliga a los directivos a tomar mejores decisiones deportivas, tanto a la hora de contratar entrenadores como al momento de traer refuerzos. Porque ya no habrá más salvadores, ahora no se puede fallar.

Se viene un nuevo Newell’s. Uno muy distinto, donde lo ídolos ya no estarán dando una mano desde adentro de la cancha. Y tal vez sea el momento de iniciar otra vez ese camino de reconstrucción desde abajo. Apostando a los juveniles, apoyándolos con refuerzos de jerarquía. Es tiempo de volver a formar a los Maxi Rodríguez, a los Lucas Bernardi, a los Nacho Scocco, a los Gabriel Heinze. Es hora de volver a formar futbolistas con sangre leprosa, que triunfen en el mundo y regresen cuando se los necesite. Pero ese proceso será largo, necesitará de un proyecto serio, no de cambios constantes de formadores y entrenadores. Mientras tanto, la dirigencia deberá entender que ya no habrá salvadores para los malos momentos. Ahora es momento de ponerse serios y no fallar a la hora de traer refuerzos. Porque si la elección es incorrecta, ya nadie podrá defenderlos.

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