Seis personas murieron por un incendio en un geriátrico de Córdoba, presuntamente como consecuencia de una chispa producida por un cortocircuito que tomó contacto con un colchón, confirmaron fuentes policiales y de bomberos. El fuego se desató pasadas las 4.30, en la Petite Residence, un geriátrico ubicado en Gregoria Matorras al 3581 del residencial barrio Cerro de Las Rosas, cuando en el lugar se encontraban doce personas alojadas y una enfermera.
Uno de los fallecidos era el padre de un ex director de Defensa Civil de la provincia.
Los informes iniciales arrojan la posibilidad de que el fuego se iniciara por la chispa de un cortocircuito que cayó sobre un colchón que comenzó a arder y las llamas se propagaron rápidamente, aunque también investigan si el fuego comenzó por la falla de un calefactor.
Gustavo Folli, jefe de Bomberos, confirmó que tres de las víctimas fallecieron calcinadas, mientras que las otras tres lograron ser rescatadas de la vivienda pero murieron por asfixia como consecuencia de la inhalación de monóxido de carbono.
Los fallecidos son Luis Caranta de 87 años, padre del ex director de Defensa Civil Gustavo Caranta; Paulino Rer (85), Pilato Calógeno (85), Ana María Chauvet (85), Verónica Pía Carrizo y Zulema Torres.
Otros siete ancianos afectados por el siniestro fueron derivados a distintos centros asistenciales para su atención, aunque ninguno corre peligro. También fue internada la enfermera a cargo de la atención nocturna de los residentes, Noemí Quirós, de 50 años.
Además cuatro policías que actuaron en la emergencia debieron ser asistidos por principio de asfixia producido por el humo, pero se encontraban bien y con “evolución favorable”, señalaron fuentes del policlínico de la repartición.
Fernando Manzur, uno de los vecinos del geriátrico, contó: “Estábamos durmiendo y sentí los gritos de mi mamá. Nos levantamos y vimos cómo los guardias rompían los vidrios de las ventanas porque el humo no dejaba respirar”.
“Mi papá sacó la camioneta para romper el portón de rejas y llegar hasta el fondo, donde estaban las llamas”, relató Fernando, quien atendió a tres ancianos en su casa y a la enfermera, “que estaba muy afectada”.
Jorge Guzmán, uno de los guardias que rompió las ventanas ante la emergencia, relató: “A las 4.40 la enfermera me llamó. Había mucho humo, que no dejaba ver ni respirar. Rompimos las ventanas para ingresar al fondo”.
“Nosotros estamos bien, pero muy tristes porque no pudimos hacer nada más”, dijo el hombre.
Respecto de la situación legal del establecimiento su dueño, Gabriel Nicola, quien se presentó horas después en el lugar de la tragedia, afirmó que, “según la reglamentación, estaba todo bien”.
“Yo estoy tranquilo; tengo todos los papeles”, añadió.
También el ministro de Salud de la Provincia, Oscar González, confirmó que el geriátrico tenía todas las instalaciones “habilitadas y en condiciones” para desarrollar la actividad que realizaba.
“Sólo faltaban algunos detalles como por ejemplo una tela mosquitera en una ventana o el nombre de una cocinera, pero lo fundamental estaba cumplimentado y estaba habilitado”, dijo el funcionario, para quien el hecho “se ha tratado de una desgracia”.