El Verdiblanco superó a Gimnasia mientras que el Verdinegro venció a Estudiantes. El próximo sábado se verán las caras en la gran final del Regional.
Jockey, con el tiro del final
La tercera fue la vencida.
Tras dos derrotas en 2017 a manos de Gimnasia, ayer en la primera semifinal del Torneo del Litoral, Jockey Club se vengó y derrotó a GER por 26 a 25 con un penal en el último minuto de Juan Albertengo.
Para Jockey la fórmula del éxito fue line y maul.
Desde esas formaciones logró hacer daño en la defensa mensana y apoyar los tries que edificaron el triunfo y el pasaje a la final.
Hasta la expulsión de Franco Palillo (GER), el tramité era parejo y con una leve superioridad del conjunto del Parque, ya que fue el de mejor propuesta rugbística del partido, ya que el verdiblanco fue mucho más conservador a la hora de arriesgar.
Desde el momento de la roja, Jockey se animó a más y logró rédito, pero hasta con uno menos el Mensana dio pelea y estaba arriba 22-16.
Pero la indisciplina auriazul no se detuvo: amarilla a Rébori y después a Cucchiara.
Así y todo, con dos menos batalló, incluso Picotto acertó un penal (25-23) y lo puso arriba a minutos del final.
Pero otro penal y la puntería de Albertengo dejó sin nada a GER y el festejo fue verdiblanco.
Duendes sufrió, pero triunfó
Duendes, heptacampeón del torneo, estuvo contra las cuerdas, y para poder imponerse a Estudiantes de Paraná tuvo que ir a tiempo suplementario (primera vez en la historia que se juega desempate).
El Verdinegro en los tiempos extras sacó chapa y ganó por 30 a 17.
Tras un primer tiempo y un arranque del complemento para el olvido, Duendes tuvo que batallar más de la cuenta para poder continuar en carrera y defender no sólo el título, sino la Dinastía Verdinegra en la región.
Aprovechando la amarilla de un forward de la visita, los delanteros rosarinos forzaron un try penal para pasar a ganar 17 a 14 a once minutos del final.
Los errores en Duendes no terminaron, a minutos del epílogo, Fermín González Leites erró el cuarto penal del partido, pero fue Juan Zabalegui, en tiempo cumplido, quien estampó la igualdad y decretó ir a suplementario.
La visita se quedó sin resto, y Duendes lo pasó por arriba.
Primero con un try de Pedro Imhoff y en el segundo tiempo extra con un penal de Santiago Araujo y un drop del eterno Román Miralles, que dio cifras definitivas al pleito: 30-17.
Duendes logró pasar a la final, pero su rendimiento dejó mucho que desear.
Sólo se puede rescatar la actitud del equipo, que pese a no jugar bien, nunca se desesperó.