El frente de una vivienda de barrio Santa Lucía fue baleado a primera hora de la mañana de este miércoles. Los tiratiros dispararon cuatro veces contra la puerta de ingreso sin provocar heridos. Antes de huir dejaron una nota firmada por “la mafia” y escrita a mano: “Cele pagá la deuda”, decía el texto.
En principio se desconoce quiénes fueron los autores del ataque y a quién estuvo dirigido. Pero los investigadores no descartan que se trate un nuevo capítulo de enfrentamientos entre bandas narcocriminales que se disputan territorio en esas calles del extremo oeste de la ciudad.
Según voceros del caso, el ataque fue perpetrado a las siete de la mañana de este miércoles en una vivienda ubicada en calle 1707 a la altura del 7.600 de barrio Santa Lucía.
Los uniformados dijeron que fueron comisionados al lugar donde entrevistaron a una persona que se encontraba dentro del domicilio y que no alcanzó a ver a los agresores, sólo escuchó detonaciones y al acercarse al comedor de la vivienda encontró los plomos deformados de los balazos que atravesaron la puerta de entrada y la nota escrita a mano.
Al realizar las pericias de rigor, efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) secuestraron cuatro plomos deformados y el papel manuscrito con el mensaje intimidatorio.
En principio el caso quedó en manos de la Fiscalía de Flagrancia en turno.
Los pesquisas no descartan que el nuevo atentado se enmarque en las disputas territoriales que en esa zona supieron responder a enfrentamientos entre el Morocho Mansilla y Pablo Caminos, a quienes les adjudican, a su vez, estar aliados con Esteban Alvarado y la banda de Los Monos, respectivamente.
Aunque por el momento son sólo hipótesis, no pasó desapercibido que el mensaje intimidatorio fue dirigido a “Cele”, por lo que una de las hipótesis es que haya sido para Celestina Contreras, nada menos que la madre de los cabecillas del clan Cantero: Uno de sus hijos, Pájaro, fue asesinado en 2013 y otro, Guille, purga una condena a décadas de prisión como jefe de la asociación ilícita y desde su lugar de encierro continuaron las investigaciones y condenas en su contra por ordenar violentos ataques.