Los republicanos del estado de Florida votaron ayer en las Primarias para elegir quién será su candidato para desalojar a Barack Hussein Obama dela Casa Blancaen las elecciones estadounidenses del próximo 6 de noviembre. Aunque esta es recién la cuarta consulta estatal que lleva a cabo el partido de las 56 que realizará antes de llegar a su convención nacional en agosto, la del llamado “Estado del Sol” resulta clave, y se esperaban los resultados al cierre de esta edición. Las últimas encuestas daban una victoria al ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, representante del establishment partidario y considerado un “moderado” pese a su fe mormona y a sus posiciones en contra de la unión de homosexuales y del aborto.
En los comicios Primarios participó un amplio espectro de republicanos, ya que poco más de cuatro millones de afiliados estaban autorizados a votar, y el ganador obtendrá 50 delegados de los 1.144 que se requieren para ganar la candidatura.
Según el promedio previo publicado por Real Clear Politics, Romney se ubicaba con 11,5 puntos por sobre su principal contrincante, Newt Gingrich, un fiel representante de la era de Ronald Reagan que encarna el ala más derechista del partido.
Al igual que como sucedió en las anteriores internas, el tema económico fue uno de los más importantes, sobre todo en Florida, donde el desempleo asciende 9,9 por ciento, superior al 8,5 por ciento registrado a nivel nacional.
Además de tener en cuenta las propuestas de los precandidatos para crear empleo, los habitantes de la península evaluaron las alternativas propuestas para solucionar los problemas de vivienda en un estado particularmente azotado por la crisis inmobiliaria del 2007, que dejó a millones de personas sin casa.
En Florida es particularmente influyente el voto latino, que constituye el 11,1 por ciento de los votantes autorizados a sufragar en la primaria republicana, según reveló un estudio del Centro Hispano del Pew Institution.
Romney es el que aparentemente logró la mayor aceptación de los hispanos, con 15 puntos previos de ventaja sobre Gingrich, al conseguir el 35 por ciento por ciento de las intenciones de votos contra el 20 obtenido por el ex presidente dela Cámarabaja en la época de Reagan.
Romney fue favorecido por el apoyo de la comunidad cubano-americana –entre ellos, el de influyentes políticos como la presidenta del Comité de Relaciones Exteriores dela Cámarabaja, Ileana Ros-Lehtinen–, así como por el giro que dio hacia un discurso menos radical respecto a la inmigración.
Días atrás, el ex gobernador aprovechó el último debate previo a las elecciones para calificar de “repugnantes” las acusaciones de Gingrich al describirlo como “anti-inmigrante” y recordó su ascendencia mexicana por parte de padre.
Tras ser presentado por el hasta hace poco tiempo precandidato republicano Herman Cain, otro ultra conservador que debió abandonar la carrera por denuncias de acoso sexual, Gingrich subió al escenario de notable buen ánimo.
Inflamado de orgullo, el dirigente se definió como un “conservador de Reagan” y como la única opción del partido para que no vuelva a ocurrir lo de las elecciones de 1996 y 2008, cuando “nominamos a un moderado y perdimos”.
Si Obama “es reelegido será un desastre” para el país, afirmó arrancando vivas y aplausos a los cerca de 200 de asistentes al acto.
Con la experiencia de lo ocurrido en las elecciones de Carolina del Sur, donde las encuestas lo daban ganador a Romney y luego Gingrich dio el batacazo por 12 puntos de diferencia, los republicanos más derechistas no perdían las esperanzas de ganar la que se vislumbraba como una difícil batalla.