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Flotan miles de peces muertos en el río Salado: ¿fenómeno natural o producido por el hombre?

Desde el pasado fin de semana, el fenómeno se observó a la vera de la autopista Rosario-Santa Fe, en Santo Tomé y en el norte de la capital provincial, pero antes lo registraron en Esperanza y Recreo. Estudian las causas. Se da regularmente, pero dicen que nunca con la magnitud de ahora

Sobre todo, sábalos, pero también carpas, algunos dorados, moncholos, tarariras (taruchas) y mojarras. Miles de peces muertos aparecieron esta semana flotando sobre las aguas del río Salado a la altura de la autopista Santa Fe-Rosario, al costado del Puente Carretero, en la costanera de la ciudad de Santo Tomé y en la ribera del norte de la capital provincial. Antes, el fenómeno sorprendió en las localidades de Recreo y Esperanza.

Especialistas consultados por medios santafesinos esgrimen varias causas posibles, con la bajante extraordinaria de los cursos de agua como aglutinadora. Ello provoca falta de oxígeno en el agua y estrés en las especies ictícolas por falta de espacio y competencia entre ellas. También anticipan, aunque no hay estudios concluyentes todavía, la presencia de algunas toxinas que se desarrollan bajo las actuales condiciones fluviales y climáticas. Autoridades sanitarias y municipales aconsejaron no consumir pescados del curso de agua.

Algunos pescadores, en paralelo, señalaron otro probable motivo de la mortandad de peces: agroquímicos derivados por las lluvias desde los campos sembrados hacia el Salado.

 

La licenciada en Bromatología María Zoé Rivas, integrante de los equipos de coordinación de la Assal (Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria), recomendó «adquirir pescados y alimentos derivados en negocios o establecimientos habilitados y que se encuentren en buenas condiciones de higiene, y no comprar nunca en puestos ambulantes». La especialista agregó que «en ninguna circunstancia hay que consumir pescado cuando tenga una consistencia blanda y floja, presente pérdida del brillo metálico de la piel y formación de viscosidad pegajosa sobre la superficie, o que tenga los ojos hundidos, las branquias de color gris o negro verdoso, y cuando emanen olores extraños o anormales».

La Municipalidad de Recreo también aconsejó no consumir peces que provengan del Salado mediante una publicación en sus redes sociales. «Está totalmente desaconsejado el consumo de ejemplares, muertos o moribundos en estas circunstancias, ya que los peces se descomponen rápidamente. Al estar expuestos al sol, la carga microbiana crece considerablemente y podrían representar un grave riesgo para la salud. Se recuerda que sólo debe consumirse el pescado fresco, que es el obtenido de especímenes sanos y de calidad adecuada para el consumo humano, convenientemente lavado y adecuadamente conservado», señala el texto oficial.

Lo propio hizo el Ejecutivo de Santo Tomé. La intendenta Daniela Qüesta se lamentó: «Sin dudas, es una situación muy triste que nos preocupa y nos ocupa, y por eso se van a tomar las muestras necesarias para estudiar en profundidad la situación».

El director del área de Medioambiente de Santo Tomé, Norberto Lavattiata, informó que están investigando el fenómeno, inédito no por sí mismo sino por su escala. “Hemos tenido casos de mortandad tanto en invierno como verano, pero la magnitud de esta es nunca vista. Estamos hablando de especies que tienen entre tres y cuatro días de muertos. Por eso se convocaron a autoridades provinciales y nacionales para que se estudie. La mortandad no se produce en Santo Tomé, se produce río arriba”.

¿Bajante, agroquímicos o ambos?

El funcionario santotomesino admitió que “el diagnóstico inicial, si bien se tienen que investigar algunas otras causas, es una falta de oxigenación del agua producida por la gran bajante, las diferencias de temperatura y la lluvia. El nivel de lluvia no tiene el oxígeno adecuado. Estamos hablando una sequía extraordinaria que está pasando en la zona del Litoral. Tampoco hay que descartar alguna otra interferencia humana que pueda haber producido la mortandad de peces”.

A ese último punto se refirió el guardafauna Juan Martín Mastropaolo, quien apuntó como probable causa, o una de ellas, el “veneno de fumigación”. Y respaldó con una situación similar registrada semanas atrás a la altura de la localidad de Soledad, en el Departamento San Justo. Las aguas bajan, dijo, y se extiende la mortandad. “Los peces están enfermos. Por un mes nadie debería pescar ni consumir nada de lo que salga del Río Salado”, aconsejó.

El ingeniero Danilo Demonte, doctor en Manejo Sustentable, explicó que “después de las lluvias empieza a haber mortandad de peces, hace una semana que nos están avisando que aparecen. Posiblemente tenga que ver con que cuando cae mucha agua entra algún tipo de materia orgánica o del lavado de algún campo”.

El especialista tomó muestras de sábalos para analizarlas. «Aún no sabemos que es, pero hay que ser precavidos. Y a los pescadores les pedimos que tengan responsabilidad y no comercialicen pescados en este estado”. Agregó: “Estos animales vienen del norte y no es recomendable utilizar productos del río Salado”.

Cianobacterias también

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El reconocido ictiólogo Norberto Oldani señaló que se trata de un fenómeno que se da en verano cuando a las altas temperaturas se suma un bajo caudal de agua y un aumento de presencia de materia orgánica que produce floraciones algales de bacterias.

“Hace mucho calor, hay poca agua, la gente arroja mucha materia orgánica y por eso hay algas. Y esa materia orgánica es el motivo de las floraciones algales, como el de las cianobacterias que se puede observar como manchones verdes, durante la noche consumen oxígeno y no dejan para los peces y estos mueren”, indicó el especialista.

Oldani puso en foco el riesgo sobre la biodiversidad. «Estamos en período de reproducción y se han muerto cantidad de peces reproductores», enfatizó tras reiterar reclamos de vieja data sobre la necesidad de prácticas de conservación.

«Nunca como ahora»

Jesús Pérez, presidente de la Asociación de Pescadores de Alto Verde, recordó que desde hace 15 días advierten sobre el tema en la zona de San Justo. «Todos los años se mueren por la falta de oxígeno, y además cuando llueve se lavan los campos y los agroquímicos que tiran se vuelcan al Salado», aseguró el referente de los trabajadores de río.

Igual que otros, Pérez marcó la diferencia actual: «Nunca como ahora. La mancha de pescados muertos ya está pasando Sauce Viejo. Algo jamás visto es que no sólo son los muertos, sino que hay algunos moribundos que vienen en bajada. Es una gran preocupación para todos los ciudadanos y para la cadena nuestra, nuestro trabajo».

 

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