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FMI y BM sin respuestas ante los desafíos globales

Las reuniones anuales del Fondo Monetario y el Banco Mundial volvieron a arrojar como resultado una falta de respuestas de esos organismos multilaterales para los desafíos de la economía global, sobre todo ante el tímido crecimiento en los países desarrollados, la desaceleración china y la consiguiente merma en el comercio internacional, que el mainstream económico identifica con el “peligro” del proteccionismo.

Las reuniones anuales del Fondo Monetario y el Banco Mundial volvieron a arrojar como resultado una falta de respuestas de esos organismos multilaterales para los desafíos de la economía global, sobre todo ante el tímido crecimiento en los países desarrollados, la desaceleración china y la consiguiente merma en el comercio internacional, que el mainstream económico identifica con el “peligro” del proteccionismo.

Los responsables del Fondo y el Banco Mundial se desgañitan advirtiendo que si las economías centrales se vuelcan con fuerza hacia sus mercados internos más que hacia la exportación –en parte de eso se tratan los planteos de Donald Trump pero también de los abanderados del Brexit y del renovado Nicolás Sarkozy– se perjudicaría aún más la situación económica global.

En ese marco, no aparecen  nuevas recetas para que la economía global se recupere o pueda dar el “salto de pantalla” que no termina de dar desde la crisis financiera internacional de 2008.

Por fuera de los encuentros de los funcionarios, en tanto, aparecen los vaticinios sombríos de un nuevo “crash”.

En el último mes, sorprendió un informe de analistas del Deutsche Bank, que advirtió que los bonos de los países desarrollados, consideradas inversiones seguras de “largo plazo”, están “muertos”.

“Argumentamos que estamos por ver una reformulación del orden mundial que ha determinado la economía, la política, las políticas públicas y los precios de los activos desde alrededor de 1980 hasta el presente”, indicó el reporte.

En esa misma línea, un fuerte apostador que suele sacar ganancias a río revuelto, el financista Paul Singer, dueño del fondo Elliott Management, que ganó el juicio en Estados Unidos contra la Argentina por la deuda pública, se ubicó en el mismo rincón.

Para Singer, el mercado de bonos actual es “la mayor burbuja del mundo” y recomendó en declaraciones conocidas en los últimos días “vender bonos a 30 años” de los países desarrollados.

Como ya lo viene diciendo, en su apuesta financiera contra la dinámica que ha venido teniendo en las últimas décadas la globalización, el magnate se inclina por la inversión en oro, como una forma de resguardarse ante posibles sacudones.

En ese contexto, el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, instó al mundo a evitar “las nubes tormentosas del aislacionismo y el proteccionismo”.

No parecen ir en esa línea en el medio de la carrera por la Presidencia norteamericana ni Donald Trump, denunciando el acuerdo de libre comercio que une a Estados Unidos con Canadá y México, ni la propia Hillary Clinton, quien para competir con el polémico magnate republicano también abjuró del Acuerdo Transpacífico.

En ese contexto, el diario The Wall Street Journal destacó que hay otra preocupación para los encargados de las decisiones de más peso en la economía global, además de la (mala) suerte que vienen corriendo los países desarrollados: la situación de China.

El aumento exponencial de la deuda de ese país, niveles de sobreproducción en la industria siderúrgica y un mercado inmobiliario inflado motivaron quejas de los ministros de finanzas y banqueros centrales en las reuniones del FMI y el Banco Mundial, advirtió el diario.

“Estoy hablando de acero, estoy hablando de aluminio, estoy hablando del sector inmobiliario cuando digo que las fuerzas del mercado no están impulsando la inversión, cuando no se le permite a las malas inversiones fracasar terminás destinando recursos de una forma que ahoga el futuro crecimiento”, reprendió a China el secretario del Tesoro norteamericano, Jack Lew.

En ese contexto, el FMI afirmó que para América latina en particular hay un escenario “marginalmente” más favorable en el mediano plazo.

El Fondo se ilusiona con una estabilización de los precios de materias primas y un “aflojamiento adicional” en las condiciones de financiamiento.

En el hemisferio, de todos modos, juega en contra la “recuperación más leve de lo previsto de la economía de Estados Unidos”, señaló el organismo internacional.

Sin certezas a la vista sobre la marcha de la economía global, los países en desarrollo tendrán que moverse con inteligencia –y no descartar que se acerquen tiempos turbulentos en el horizonte–.

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