A un mes de la vigencia de una nueva reglamentación que los obligó a valuar sus activos externos al tipo de cambio oficial, los Fondos Comunes de Inversión (FCI) comenzaron a reorganizar sus portafolios con el doble desafío de no perder inversores y cumplir con la norma oficial.
Los FCI buscan adecuarse a la Resolución 608 de la Comisión Nacional de Valores (CNV), que el 7 de agosto sacudió este mercado al obligar a que sus activos, pasivos y patrimonio neto debían valuarse al tipo de cambio de Banco Nación (antes se valuaban a un dólar financiero, casi 40 por ciento más elevado que el oficial).
Esta resolución llegó 20 días más tarde de que Consultatio Renta Nacional FCI informara a los mercados que iba a utilizar un “dólar arbitraje” para valuar activos y pasivos, lo que al parecer motivó la reacción de las autoridades de la CNV. La respuesta de las calificadoras de riesgo crediticio no se hizo esperar: el 10 de agosto Standard & Poor’s puso en observación negativa a 18 FCI.
Otra de las agencias internacionales, Fitch dijo días atrás que monitoreaba la evolución de los FCI en la Argentina y anticipó que, tras la norma de la CNV, los inversores tendrán a futuro una reducción de la oferta de productos y, por ende, también una menor posibilidad de diversificar sus carteras.
Fitch minimizó el impacto patrimonial que tuvo la resolución 608 a nivel de la industria total: pasó de 40.947 millones de pesos el 7 de agosto a 40.098 millones al 31 de agosto. Sin embargo, puntualizó que algunos fondos, como Toronto Trust y Toronto Trust Special Opportunities de la Administradora FCMI Argentina Financial Corp., registraron una pérdida de 89,7 y 99,7 por ciento, respectivamente, y la Administradora perdió cerca del 91 por ciento de su patrimonio administrado en dicho período.
Los fondos más afectados fueron los que tenían inversiones en el exterior, más expuestos aquellos con exposición en Mercosur Ampliado –incluyendo Chile– y en Renta Fija, según la agencia Fitch. Y agregó que los fondos de renta fija internacional, a excepción de los que invierten en Cedears –papeles extranjeros que cotizan en la plaza argentina– de obligaciones negociables estadounidenses, debieron necesariamente reconvertirse para sobrevivir ante la inexistencia de Cedears para sustituir sus inversiones.
Precisamente, los FCI reemplazaron inversiones externas por Cedears, un movimiento que desde inicios de agosto registró la Bolsa de Comercio porteña, con mayor volumen negociado en estos instrumentos de compañías extranjeras. Empero, Fitch puntualizó que hubo fondos puntuales que no pudieron deshacerse de las inversiones en el exterior a tiempo y registraron pérdidas en un día que llegaron a ser superiores al 10 por ciento.
¿Cómo será el futuro de los FCI? En el corto plazo, el monitoreo de Fitch aventuró que se espera un potencial crecimiento para los que tienen exposición a los instrumentos denominados dólar-link. Estos títulos –emitidos últimamente por varias provincias como la de Buenos Aires y Neuquén– son suscriptos y pagados en pesos al tipo de cambio oficial, y permiten cobertura ante la depreciación de la moneda local.