“Desde joven, yo ya pensaba en qué podía hacerse para sacar el pesado trabajo de las espaldas de la gente y transferirlo al acero de las máquinas”. La cita es de Henry Ford, el empresario estadounidense célebre por sus innovadores métodos en la industria automotriz, de cuyo nacimiento se cumplen hoy 153 años.
Fundador de la Ford Motor Company y considerado el padre de las cadenas de producción modernas utilizadas para la producción en masa, fue un inventor prolífico que llegó a tener 161 patentes registradas en Estados Unidos. Contemporáneo de dos guerras mundiales, se destacó como un militante pacifista, pero también pregonó el antisemitismo y fue admirado por Adolf Hitler.
La introducción de su modelo Ford T en el mercado automovilístico supuso una revolución en el transporte y en la industria de Estados Unidos. Como único propietario de la compañía Ford, se convirtió en una de las personas conocidas más ricas y a la vez polémicas del mundo.
Si bien no fue el inventor ni el primero en utilizarlo, a él se le atribuye el sistema que se desarrolló entre fines de la década del 30 y principios de los 70 y que creó mediante la fabricación de un gran número de automóviles de bajo costo mediante la producción en cadena. Este sistema, mundialmente conocido como fordismo, llevaba aparejada la utilización de maquinaria especializada y un plantel con muchos trabajadores con salarios elevados.
Un mecánico nato
Henry Ford nació en una granja de un pueblo rural (hoy Dearborn) al oeste de Detroit, Michigan, el jueves 30 de julio de 1863. Fue el mayor de los cinco hijos de William Ford, un pequeño granjero, y Mary Litogot O’Hern.
Apasionado por las locomotoras y los relojes, en el hogar de Ford no había nada que no fuera estudiado, analizado, desarmado y vuelto armar por el curioso Henry, y por eso su madre decía que era “un mecánico nato”, algo que él se encargó de demostrar ampliamente a lo largo de su vida.
En 1879 Henry dejó su casa y se dirigió a Detroit para trabajar como aprendiz de maquinista. En 1882 volvió a su pueblo para trabajar en la granja y se encargó del manejo de la máquina de vapor portátil Westinghouse hasta hacerse un experto. Esto hizo que fuera contratado por la compañía Westinghouse para dar servicio a sus máquinas de vapor.
En 1888 Ford se casó con Clara Bryant, y se mantuvo mediante la granja y operando un aserradero. Tuvieron un solo hijo: Edsel Bryant Ford (1893-1943).
En 1891, Ford consiguió el puesto de ingeniero en la Sociedad de Electricidad Edison, y tras su ascenso a ingeniero jefe en 1893 comenzó a tener suficiente tiempo y dinero como para dedicarlo a sus propios experimentos con motores de nafta. Estos experimentos culminaron en 1896 con la invención de su propio vehículo autopropulsado denominado cuadriciclo.
La tercera fue la vencida
Con todo, Henry Ford no alcanzó el éxito hasta su tercer proyecto empresarial, lanzado en 1903: la Ford Motor Company, fundada junto con otros 11 inversores y con un capital inicial de 28.000 dólares estadounidenses.
La Ford Motor Company abrió plantas de producción en el Reino Unido y Canadá en 1911 y pronto se convirtió en el mayor productor de autos de esos países. En 1912 Ford cooperó con Giovanni Agnelli de Fiat para lanzar las primeras líneas de producción italianas. En la década del 20 abrió plantas en Alemania, Australia, India y Francia y para 1929 tenía distribuidores en seis continentes. Ese año aceptó la invitación del dictador soviético Josef Stalin para construir una planta en Gorky.
El Ford T
Uno de los hitos de la empresa Ford se produjo el 1º de octubre de 1908, cuando lanzó al mercado el famoso modelo Ford T, que presentaba una gran cantidad de innovaciones, era sencillo de conducir y, lo más importante, muy barato y fácil de reparar.
El proyecto consistía en fabricar automóviles sencillos y baratos destinados al consumo masivo de la familia media norteamericana. Hasta entonces el automóvil había sido un objeto de fabricación artesanal y de costo prohibitivo. Ford puso el automóvil al alcance de la clase media, introduciéndola en la era del consumo en masa.
En 1913 Ford introdujo en su fábrica la técnica de la cadena de montaje, y empezó a utilizar piezas intercambiables para los coches. Aunque no fue el creador, ni el primero en utilizar estas técnicas inherentes al sistema fabril, sí fue el principal responsable de que estas prácticas se generalizaran, ayudando así a la gran expansión de la industria estadounidense.
A principios de 1914 esta innovación, aunque aumentaba la productividad, redundó en una reducción del trabajo mensual en su fábrica de entre el 40 y el 60 por ciento, debido sobre todo a la monotonía de la cadena de montaje y a los repetidos aumentos de las cuotas de producción asignadas a los trabajadores. Ford superó esta dificultad duplicando el salario diario medio de la industria, pasando de pagar dos dólares y medio a cinco dólares al día.
Esta táctica le resultó inmensamente provechosa cuando los mejores mecánicos de Detroit comenzaron a cambiarse a la empresa Ford, trayendo con ellos su capital humano y experiencia, incrementando la productividad y reduciendo los costos de formación. Ford lo denominó “motivación salarial”. El resultado neto fue una creciente estabilidad en su fábrica y una reducción importante de los costos corrientes. Estos hechos, unidos al enorme incremento de la producción, gracias a los nuevos métodos tecnológicos, lograron aumentar los beneficios de la empresa desde los 30 millones de dólares en 1914 hasta los 60 millones conseguidos en 1916.
Pero, entre 1937 y 1941, la Ford fue la única automotriz que no reconoció a ningún sindicato para representar a los trabajadores en la negociación colectiva.
A principios de 1941, Ford firmó contratos con el gobierno estadounidense para fabricar distintas partes de los bombarderos y, luego, los aviones en su totalidad.
Su costado más polémico
Henry Ford participó en otras actividades además de la producción de automóviles y aviones. En 1915 organizó un barco de la paz en el que, con otras personas, viajó hasta Europa para intentar sin éxito convencer a los países beligerantes para que finalizaran la Primera Guerra Mundial.
Fue candidato a senador por el estado de Michigan en 1918 pero no logró ganar la elección. Al año siguiente creó el hospital Henry Ford en Detroit con un costo de siete millones y medio de dólares. En 1919 se hizo editor del Dearborn Independent, un oscuro semanario que publicaba material antisemita. Para 1920 Ford se convirtió en un virulento antisemita y comenzó una cruzada antijudía en las páginas de su periódico.
También por esos años publicó en cuatro tomos el libro El judío internacional, el mayor problema mundial. Vincent Curcio señaló: “Tuvo gran influencia, en particular en la Alemania nazi, en donde nada menos que Adolf Hitler lo leyó y lo admiraba. Hitler colgó la foto de Ford en la pared, y basó varias secciones de Mi lucha en sus escritos: es más, Ford es el único americano mencionado en su libro. Probablemente se puede decir que ningún americano contribuyó tanto a las maldades del nazismo como Henry Ford”. Por su parte, Steven Watts escribió que Hitler “reverenciaba” a Ford, y llegó a proclamar: “Haré lo que pueda para poner sus teorías en práctica en Alemania”. Para ello, el Führer modeló el Volkswagen, el auto del pueblo, a imagen del Ford T.
Henry Ford murió durante la madrugada del lunes 7 de abril de 1947, a los 83 años, a causa de una hemorragia cerebral, en la mansión Fair Lane, en Dearborn, Michigan, dejando una fortuna personal estimada entre los 500 y los 700 millones de dólares.