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Fórmula 1: Hamilton ganó y se adjudicó el tricampeonato

El piloto de McLaren se impuso en Estados Unidos y se coronó nuevamente campeón de la categoría. De esta manera, ingresó al selecto grupo que completan Senna, Brabham, Stewart y Piquet.

El inglés Lewis Hamilton (Mercedes) se proclamó, a falta de tres carreras, campeón del mundo de Fórmula Uno, tras ganar este domingo el Gran Premio de Estados Unidos, la decimosexta prueba del certamen, que se disputó en Austin, Texas.

Hamilton logró su décima victoria del año, la cuadragésima tercera en Fórmula Uno, al ganar en el Circuito de las Américas por delante de su compañero alemán Nico Rosberg, con el que hace dos semanas también se había asegurado matemáticamente en Rusia la revalidación del título de constructores.

Tercero fue otro alemán, Sebastian Vettel (Ferrari), que se clasificó por detrás de ambos Mercedes, que tras haberse asegurado matemáticamente, también, hace dos semanas, la revalidación del título de constructores, firmaron el noveno ‘doblete’ del año.

Hamilton lidera el Mundial con unos ya insuperables 327 puntos, frente a los 251 de Vettel y los 247 de Rosberg, cuando quedan tres pruebas para la conclusión de un Mundial que se reanudará el próximo fin de semana con el Gran Premio de México.

El inglés logró su tercer título después de los obtenidos el año pasado, asimismo con Mercedes, y en 2008 con McLaren.

El holandés Max Verstappen (Toro Rosso) fue cuarto este domingo, por delante del mexicano Sergio Pérez (Force India), en una carrera en la que el español Carlos Sainz (Toro Rosso) fue séptimo, por detrás del inglés Jenson Button (McLaren).

En octava posición concluyó el venezolano Pastor Maldonado (Lotus) y también entraron en los puntos el brasileño Felipe Nasr (Sauber) y el australiano Daniel Ricciardo (Red Bull), noveno y décimo, mientras que el español Fernando Alonso (McLaren) acabó undécimo.

  • Así entró Hamilton en la galería de los grandes.

Hamilton, que este domingo se ha proclamado, por tercera vez, campeón del mundo de Fórmula Uno, se convirtió por méritos propios en un ícono del automovilismo, que, al desoír consejos de expertos, acertó al cambiar de equipo e inmortalizó en la categoría reina el número 44.

Tras ganar el campeonato de las Series GP2 en 2006, Hamilton, de 30 años, debutó en Fórmula Uno en 2007, con McLaren y al lado del español Fernando Alonso, que venía de convertirse, con Renault, en el doble campeón mundial más joven de la historia.

Entre asturiano, que había llevado el «1» a McLaren, y el talentoso debutante inglés no tardaron en saltar chispas. Justo el tiempo que tardó la prensa británica y Bernie Ecclestone, mandamás de la F1, en darse cuenta de que estaban ante el mejor producto posible para un deporte que es al mismo tiempo espectáculo, guerra industrial y, sobre todo, un gigantesco negocio.

Hamilton no sólo era rápido. Era negro. Se podía convertir en el primer gran piloto de esa raza y eso ampliaba a cientos de millones los potenciales nuevos seguidores del circo del gran motor. El chico de Stevenage estaba llamado a representar en Fórmula Uno lo mismo que el estadounidense Tiger Woods en el mundo del golf.

Después de subirse al podio en sus cinco primeras carreras, el inglés festejó su primer triunfo en Canadá, antes de repetirlo en Estados Unidos una semana después, en el último Gran Premio disputado en Indianápolis. Hamilton, que apuntaba a convertirse en el campeón más joven de la historia -plusmarca que detentaba su compañero- se quejó ante los medios ingleses de que su equipo había favorecido a Alonso en Mónaco.

Y a partir de ese momento, todo el asunto comenzó a írsele de las manos a Ron Dennis, jefe de equipo de las ‘flechas de plata’.

En Hungría -donde Hamilton festejó su tercer triunfo, después de que a Alonso lo bajaran de la pole al sexto puesto, en no del todo claras circunstancias- se declaró la guerra civil interna; McLaren había sido sancionado por un asunto de espionaje y un año que apuntaba a doblete de títulos acabó como el rosario de la aurora: en la última carrera, por un solo punto sobre ambos, el finlandés Kimi Raikkonen se acabó llevando el Mundial, en Sao Paulo.

Con Alonso lejos de Woking, al año siguiente Hamilton ya se convertía en indiscutible rey y señor de una escudería que afirmaba llevar «en la sangre». Mejoró en uno los cuatro triunfos de 2007 y le ‘birló’ el título, ante su público paulista y en la última curva, al brasileño Felipe Massa, al que superó en un punto.

En los siguientes cuatro años en McLaren, nunca pasó del cuarto puesto en el certamen. En 2009, año en el que se coronó con Brawn su compatriota Jenson Button, ganó sólo dos carreras. Y entre 2010 y 2012 fue testigo de los primeros tres años triunfales del alemán Sebastian Vettel, que encabezó el cuatrienio glorioso de Red Bull.

Hamilton repitió en 2011 las tres victorias que había logrado un año antes y las aumentó a cuatro en 2012, cuando anunció que abandonaría McLaren y que se enrolaba en el proyecto Mercedes, con el que el alemán Michael Schumacher -hombre récord de la F1, con siete títulos y 91 triunfos- sólo había logrado un podio en tres temporadas.

Las críticas le llegaron desde muchísimos ángulos, pero, sobre todo, desde su propio país, donde estimaban que el cambio sería a peor y que pronto echaría de menos McLaren. Tardó sólo dos carreras en hacerlo: en Sepang, durante el Gran Premio de Malasia de 2013, pretendió hacer un ‘pit stop’ con su flamante Mercedes en el box de su antiguo equipo, provocando la anécdota divertida de la segunda carrera de un año en el que sólo logró un triunfo.

Hamilton resistió más comentarios en su contra cuando acabó la temporada con sólo una victoria. Y a partir de ahí, demostró a los detractores de su cambio de equipo que los grandes equivocados habían sido ellos.

2014 se convirtió en el primer año de la dictadura deportiva de Mercedes, que tomaba el testigo de Red Bull.

Tras retirarse en la carrera inaugural, en Australia, el inglés encadenó en las siguientes pruebas cuatro victorias que aumentaría a once para ganar su segundo título, que no pudo festejar hasta la última etapa, en Abu Dhabi, donde se estrenó -para retirarse justo después- la regla de puntuación doble en la última etapa del año.

En la primera temporada en la que los pilotos podían elegir el número de su coche, sin la obligación de portar el «1» de campeón, Hamilton inmortalizó el «44» con el que acaba de repetir título.

Si el año pasado hubo lugar a dudas y se establecieron claras reglas internas de no agresión, 2015 sirvió como confirmación definitiva de que el líder indiscutible de Mercedes es Hamilton. Que en Austin firmó, con su cuadragésima tercera victoria, la tercera mejor marca histórica de triunfos en F1, deshaciendo el empate que le unía a Vettel desde hace dos semanas, en Rusia.

Donde había superado las 41 de su ídolo, el brasileño Ayrton Senna, fallecido en 1994 tras ganar tres títulos.

Los que igualó este domingo el excéntrico Miembro del Imperio Británico, que luce cadenas de oro, numerosos tatuajes y peinado con rubio platino; y se prodiga en las redes sociales, en las que ha convertido en estrella a su bulldog favorito, de nombre Roscoe.

Hamilton logró su décimo triunfo del año este domingo, para empatar también las tres coronas de uno de sus jefes, el austríaco Niki Lauda, mito viviente de la categoría reina del automovilismo; y las del escocés Jackie Stewart, único británico que presumía de «triplete» hasta la fecha.

Además, se colocó a la altura del australiano Jack Brabham y del brasileño Nelson Piquet. Sólo tiene por delante a cuatro: Vettel y el francés Alain Prost, con cuatro títulos; Juan Manuel Fangio, cinco veces campeón; y el estratosférico Schumacher, con siete coronas.

Entre las 91 victorias y las suyas sólo tiene ya al citado Prost, que ganó 51 carreras de Fórmula Uno y al que, si mantiene la racha gloriosa de estos dos años, podrá igualar en títulos y superar en triunfos en 2016. A bordo de un coche muy dominante, no hay nadie que pueda discutirle su talento. Hamilton ya es un mito.

Los 32 campeones del mundo de Fórmula Uno, por el número de títulos conseguidos, han sido los siguientes:

Michael Schumacher (ALE) 1994, 95, 2000, 01, 02, 03 y 04.

Juan Manuel Fangio (ARG) 1951, 1954, 1955, 1956 y 1957

Alain Prost (FRA) 1985, 1986, 1989 y 1993

Sebastian Vettel (ALE) 2010, 2011, 2012 y 2013

Jack Brabham (AUS) 1959, 1960 y 1966

Jackie Stewart (GBR) 1969, 1971 y 1973

Niki Lauda (AUT) 1975, 1977 y 1984

Nelson Piquet (BRA) 1981, 1983 y 1987

Ayrton Senna (BRA) 1988, 1990 y 1991

Lewis Hamilton (GBR) 2008, 2014 y 2015

Alberto Ascari (ITA) 1952 y 1953

Graham Hill (GBR) 1962 y 1968

Jim Clark (GBR) 1963 y 1965

Emerson Fittipaldi (BRA) 1972 y 1974

Mika Hakkinen (FIN) 1998 y 1999

Fernando Alonso (ESP) 2005 y 2006

Giuseppe Farina (ITA) 1950

Mike Hawthorn (GBR) 1958

Phil Hill (USA) 1961

John Surtees (GBR) 1964

Denny Hulme (NZL) 1967

Jochen Rindt (AUT) 1970

James Hunt (GBR) 1976

Mario Andretti (USA) 1978

Jody Scheckter (RSA) 1979

Alan Jones (AUS) 1980

Keke Rosberg (FIN) 1982

Nigel Mansell (GBR) 1992

Damon Hill (GBR) 1996

Jacques Villeneuve (CAN) 1997

Kimi Raikkonen (FIN) 2007

Jenson Button (GBR) 2009

  • Campeones del mundo de Constructores:

Ferrari 1961, 1964, 1975, 1976, 1977, 1979, 1982, 1983, 1999

2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2007 y 2008

Williams 1980, 1981, 1986, 1987, 1992, 1993, 1994, 1996 y 1997

McLaren 1974, 1984, 1985, 1988, 1989, 1990, 1991 y 1998

Lotus 1963, 1965, 1968, 1970, 1972, 1973 y 1978

Red Bull 2010, 2011, 2012 y 2013

Cooper 1959 y 1960

Brabham 1966 y 1967

Renault 2005 y 2006

Mercedes 2014 y 2015

Vanwall 1958

BRM 1962

Matra 1969

Tyrrell 1971

Benetton 1995

Brawn GP 2009.

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