Uno de los más importantes mercados de pulgas de Europa, la “braderie” de Lille, en el norte de Francia, ha sido “anulado”, anunció ayer la alcaldesa de la ciudad, la socialista Martine Aubry, en un contexto de temor ante la amenaza de atentados. En ese marco, en París, la torre Eiffel, una de las mayores atracciones turísticas de la capital francesa, fue evacuada después de que se descubriera en el recinto una mochila abandonada, aunque luego se dijo que se trató de un error de un empleado que confundió una simulación interna de incidente con una amenaza real.
El mercado de pulgas gigante, celebrado en Lille a principios de septiembre, contó por ejemplo en la edición de 2015 con casi 2,5 millones de visitantes. “Es un problema de responsabilidad moral. Por ello, creo que hay que suspender la feria de 2016”, explicó la alcaldesa Aubry.
Su cancelación este año responde a la situación de inseguridad ante eventuales nuevos atentados, tras la serie de ataques que han golpeado Francia en los últimos meses y que han llevado a una cascada de anulaciones de eventos culturales, deportivos y de ocio.
El elemento desencadenante fue el último atentado en Niza el pasado 14 de julio, día de la fiesta nacional, que se saldó con 85 muertos y 434 heridos.
El atacante, un tunecino con residencia en Francia, embistió con un camión a la multitud que había acudido al paseo marítimo de la ciudad para ver los fuegos artificiales. El ataque fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que amenazó a Francia con nuevas acciones.
Doce días más tarde, un cura fue degollado en su iglesia en Saint Etienne du Rouvray, conmocionando de nuevo al país. En junio pasado, dos policías habían sido acuchillados en su vivienda en una región parisina.
“Hicimos cuanto pudimos para aumentar la seguridad pero hay riesgos que no logramos reducir. Es una decisión dolorosa”, reconoció la alcaldesa.
“En un momento dado, pese a nuestras pasiones, nuestras convicciones, hay que decir basta a un modelo rebasado por las exigencias de seguridad”, explicó por su parte el prefecto Michel Lalande, representante estatal en la región. “La decisión de suspender (el mercado) ha sido tomada (…) debido a su modelo hiperurbano, con sus calles llenas de gente”, precisó.
La “braderie” de Lille debía celebrarse el fin de semana del 3 y 4 de septiembre próximos, dos días y una noche “de locura”, anunciaba el ayuntamiento en su página web, con sus 10.000 vendedores a lo largo de 100 kilómetros de vereda.
Es un golpe “brutal” para los comerciantes y el turismo
Los comerciantes de la braderie de Lille han criticado la decisión de suspenderla, calificándola de “brutal” e “incomprensible”. “Es un golpe muy duro, en términos económicos y en términos de imagen proyectada en el extranjero”, lamentó Thierry Grégoire, presidente de la Unión de Oficios e Industrias de la Hostelería. La feria es considerada como el “carnaval del comercio”. Participan 10 mil expositores, entre ellos 300 anticuarios profesionales, que ocupan un centenar de kilómetros de puestos.
Londres: era amable y sufrio bullying, dicen del atacante
Los vecinos de Zakaria Bulhan describieron ayer al adolescente noruego de origen somalí que mató a una turista estadounidense e hirió a otros cinco en Russell Square, en el centro de Londres, como un chico educado y agradable, pero un antiguo compañero de clase indicó que había sido víctima de bullying en la escuela.
Bulhan, de 19 años e identificado como el sospechoso en el ataque con un cuchillo en la noche del miércoles pasado, vivía con su madre, de 42 años, su hermano más joven de 16 y su hermana, de 24, en un piso en el sur de Londres. El joven, que llegó a Gran Bretaña en 2002, habría sufrido los abusos cuando iba a una escuela secundaria de Tooting, en el sur de la capital, aunque según declaró un antiguo compañero de clase al Daily Mail, no había sido nada grave.
Kuljit Bhamra, un vecino de la zona de Tooting Broadway, dijo que estaba impactado y que jamás hubiera imaginado que podría hacer algo así, “el era un chico agradable “.También su hijo Parmjit Singh Bhamra, que trabaja como DJ para la radio de la BBC, contó que Bulhan era un buen chico, “estamos todos en estado de shock. No era alguien que se metiera en problemas. Jugaba con mis sobrinos y era un chico educado, estudioso”, contó.
Según Singh Bhamra, se mudó al edificio de cuatro pisos del barrio hace cinco o seis años, pero su padre que es de Somalía, regresó a Noruega, lo visitaba una o dos veces al año.
El periódico The Times, en tanto, citó a un “amigo de la familia” que dijo que Bulhan había llamado a una ambulancia hace seis meses “porque quería suicidarse”. Coincidió también con los vecinos que el joven es un buen chico y que nunca ha tenido problemas, pero contó que él quería suicidarse y que había visto a su madre con la ambulancia fuera de su casa, quien llamó a emergencias dos veces más porque no se sentía bien. “Su madre tenía mucho miedo”, dijo.