La secretaria de Economía Social de Francia, Marléne Schiappa, realizó una producción fotográfica para una revista de adultos, lo que generó adhesiones y críticas, aunque desde el gobierno que encabeza Emmanuel Macron respaldaron su iniciativa.
«Libra un combate a favor de los derechos de las mujeres que nadie puede retirarle ni contestar, a veces digresivo, pero con eficacia y sobre todo sinceridad», aseveró Oliver Veran, vocero gubernamental.
La aparición de la funcionaria en la portada de la legendaria revista Playboy generó diversas reacciones, especialmente en contra, porque se dio en un contexto delicado, con protestas en todo el país en rechazo a la reforma previsional impulsada por la administración de Macron.
La funcionaria, de 40 años, aparece en la tapa con un vestido blanco y escotado, y en el reportaje que le hicieron se refirió a los derechos femeninos, política y literatura, habida cuenta que también escribió cuentos eróticos. Además, la secretaria tiene tatuada en la parte superior de su pecho izquierdo el número 49.3, en alusión a la norma que utilizó Macron para saltarse la aprobación del Parlamento de su reforma de pensiones.
«Defender el derecho de las mujeres a disponer de su propio cuerpo se hace siempre y en todas partes. En Francia, las mujeres son libres», afirmó Schiappa.
Como contrapartida, la primera ministra, Élisabeth Borne, calificó «del todo inapropiada» su aparición en la revista, en el actual contexto de tensión, por la reforma que llevó a 64 años la edad jubilatoria, cuando antes era de 62.
Esto generó un gran rechazo en toda la sociedad francesa, que se movilizó en las calles de todo el país para expresar su descontento, pero a pesar de ello, Macron advirtió que no planea dar marcha atrás con la iniciativa.
«En un país donde el Presidente se expresa en Pif -una revista infantil- y su ministro en Playboy, el problema sería la oposición. Francia está descarrilando», subrayó el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon. Por su parte, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, tuvo otra mirada y consideró que «Playboy ya no es una publicación para viejos machistas, ahora puede ser un instrumento de la causa feminista».
