El Festival Internacional de Cine de Cannes no para de sumar luminarias del cine de todos los tiempos en una edición que, más allá de las amenazas de huelga, por el momento se desarrolla con total normalidad.
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En ese marco, en las últimas horas, el premiado director de cine norteamericano Francis Ford Coppola volvió a la gran pantalla con la esperada Megalópolis, su último proyecto de ciencia-ficción inspirado en la historia de Roma, que tiene una duración de 138 minutos y que fue recibida, al mismo tiempo, con aplausos y algunos abucheos.
Con Megalópolis, el director de la icónica saga El Padrino vuelve a competir por la Palma de Oro, premio máximo que otorga Cannes, y que ganó por última vez en 1979 con otro de sus clásicos, Apocalypse Now.
Adam Driver protagoniza el film como Caesar Catalina, un arquitecto-científico que busca mejorar Nueva Roma, una versión ficticia del estado de Nueva York, enfrentándose al alcalde Franklyn Cicero (Giancarlo Esposito). Julia, la hija del alcalde, interpretada por Nathalie Emmanuel, se convierte en su aliada e interés amoroso y su personaje ayuda a Catalina a hacer realidad su visión al tiempo que reaviva su poder para detener el tiempo.
La trama está inspirada en un intento de golpe de Estado en el año 63 antes de Cristo del popular aristócrata romano Lucio Sergio Catalina, que también da nombre al personaje de Driver, uno de los actores del momento en Hollywood.
Shia LaBeouf, Aubrey Plaza, Laurence Fishburne y Dustin Hoffman son otros de los nombres que participan del film que en los próximos meses llegará a las salas de cine de todo el mundo, donde el notable creador, dada su magnificencia, pretende que se vea.
Cuatro décadas de espera
Coppola comenzó a desarrollar Megalópolis en la década de 1980, pasando por diversos actores hasta llegar al elenco presente. A pesar de los contratiempos, el director decidió seguir adelante después de cumplir 80 años, vendiendo parte de su negocio de vinos para financiar el proyecto, dado que ninguna productora lo quería financiar y mucho menos distribuir.
De hecho, con un presupuesto de 120 millones de dólares, Megalópolis, que según las primeras críticas peca de una serie de excesos que van desde las actuaciones, al vestuario y los escenarios, aún no tiene distribuidor en Estados Unidos pero, según los informes de las últimas horas, se espera su estreno en salas Imax este año.
En ciernes, alejada de las historias que funcionan en el presente, la película es una fábula futurista sobre la visión utópica que el idolatrado arquitecto Caesar Catalina (Driver) quiere para su ciudad, llamada Nueva Roma aunque es en realidad Nueva York, a fin de evitar el colapso social en un mundo en absoluta decadencia. Pero sus ideas colisionan con la postura más pragmática de un político sin escrúpulos a quien poco le importa que ese colapso finalmente lo destruya todo.
