El papa argentino Francisco destacó este miércoles «el papel especial» de las mujeres en la Iglesia católica al recordar que fueron las primeras en creer en la resurrección de Jesucristo, un mensaje que para algunos abre la esperanza para la designación de mujeres en altos cargos de la Curia Romana.
Ante unos 30 mil fieles congregados en la plaza de San Pedro, entre ellos 10 mil provenientes de Milán (norte de Italia), el Papa recordó que las mujeres son fundamentales para transmitir la fe a pesar de que eran consideradas en la antigüedad testigos «no fiables».
«Están impulsadas por el amor y saben recibir este anuncio con fe: creen e inmediatamente lo transmiten, no se lo guardan para sí. La alegría de saber que Jesús está vivo, la esperanza que llena sus corazones no se puede contener. Esto debería suceder también en nuestra vida», dijo el Papa durante la tradicional audiencia del miércoles en la plaza de San Pedro.
Francisco, que decidió hablar sólo en italiano a los fieles ya que no se siente seguro en otros idiomas y evita hablar inclusive en español, su lengua de nacimiento, recalcó en unas palabras a veces improvisadas «la misión bella» de «las mujeres, madres y abuelas que llevan ese testimonio a los hijos y nietos».
«Es significativo el hecho de que sean mujeres, que según la ley no podían dar un testimonio fiable, las primeras en anunciar la resurrección. Dios no las elige con criterios humanos sino que mira a su corazón», explicó.
«Las mujeres tuvieron y tienen un papel primordial, fundamental» en la historia de la Iglesia, repitió el papa argentino, marcado personalmente por la religiosidad de su madre y su abuela.
El Papa latinoamericano, de 76 años, volvió a darse este miércoles un baño de multitudes, descendió del papamóvil para acariciar niños y enfermos y bendecir parejas, lo que comienza a preocupar a los agentes de seguridad.
Francisco fue aplaudido e interrumpido en varias ocasiones por los miles de fieles que asistieron a la audiencia, entre ellos numerosos jóvenes milaneses liderados por el cardenal Angelo Scola, que organizó la peregrinación y a quien el Papa saludó calurosamente.