El papa Francisco donó este jueves 30 respiradores a hospitales italianos de las zonas más golpeadas por la pandemia de Covid-19, al tiempo que pidió rezar para ayudar a quienes sienten «miedo» por no tener empleo fijo y «ven venir el hambre» por los efectos del coronavirus y por los ancianos «que están solos» frente a la pandemia.
El pontífice entregó 30 respiradores comprados días atrás a la Elemosnería Apostólica, el organismo vaticano encargado de la caridad hacia los sin techo, inmigrantes y enfermos, para que sean entregados «a estructuras hospitalarias de las zonas más golpeadas» por el Covid-19, informó la Santa Sede.
Un comunicado del Vaticano indicó que los hospitales que recibirán los respiradores «serán individualizados en los próximos días».
La donación de este jueves se suma a la entrega que había hecho el pontífice la semana pasada de 100.000 euros a Cáritas de Italia.
«En estos días de tanto sufrimiento hay tanto miedo. El miedo de los ancianos, que están solos, en las casas de reposo o en hospitales o en sus casas y no saben qué puede pasar», había lamentado el pontífice durante la misa que celebró a primera hora de hoy en su residencia de Casa Santa Marta.
También remarcó «el miedo de los trabajadores sin empleo fijo que piensan cómo dar de comer a sus hijos y ven venir el hambre. El miedo de tantos trabajadores sociales que en este momento ayudan a ir adelante a la sociedad y pueden enfermarse».
La celebración de esta mañana, que el Sumo Pontífice encabezó acompañado solo por sus secretarios de Egipto Yoannis Lahzi Gaid y de Uruguay Gonzalo Aemilius, fue la primera luego de que ayer se conociera el primer caso positivo de Covid-19 entre las personas que viven en el mismo ex hotel refaccionado que habita Jorge Bergoglio.
El pontífice, que continúa de todos modos con una agenda de trabajo reducida, encabezará mañana un rezo en soledad para pedir por «el fin de la pandemia» en la Plaza San Pedro, donde, según confirmó Télam, estará emplazado un crucifijo que de acuerdo a la tradición católica ayudó a frenar una peste que azotó Roma en 1522.