El papa Francisco pidió a los 19 cardenales nombrados el sábado que aspiren a la santidad y eviten «los comportamientos propios de una corte», como «las intrigas, el chismorreo, los favoritismos, las preferencias», durante una misa en el Vaticano.
Un cardenal «entra en la Iglesia de Roma, no entra en una corte», advirtió Francisco en una misa celebrada en la basílica de San Pedro, junto a los nuevos cardenales nombrados la víspera, los primeros de su pontificado.
«Amemos a quienes nos son hostiles, bendigamos a quien dice mal de nosotros, saludemos con una sonrisa a quien tal vez no la merece, no aspiremos a hacernos valer, respondamos con la dulzura a la tiranía, olvidemos las humillaciones sufridas», recomendó el santo padre en su homilía.
El obispo de Roma añadió que los cardenales deben ayudarse entre ellos y evitar «costumbres y comportamientos propios de una corte, como las intrigas, el chismorreo, los círculos, los favoritismos, las preferencias».
El domingo, Francisco insistió en que Jesús no vino al mundo «para enseñarnos buenas maneras, maneras de salón». «Ser santos no es un lujo, es necesario para la salvación del mundo», clamó.
«‘¿Viste cómo iba vestida aquella, cómo iba vestido aquél?’. A veces se hace esto después de la misa, ¿o no? ¡Se hace! ¡Y esto no se debe hacer! Debemos preocuparnos por nuestros hermanos y hermanas que tienen una necesidad, una enfermedad, un problema», dijo Francisco en la plaza de San Pedro el 12 de febrero pasado.
El sumo pontífice presidió la liturgia de este domingo junto a cerca de 150 purpurados, reunidos desde hace varios días en el Vaticano para participar en un consistorio extraordinario de dos días sobre el tema de la familia, y luego para la «creación» de los nuevos cardenales.
De los cardenales nombrados el sábado, seis vienen de Latinoamérica, y otros de Burkina Faso, Costa de Marfil o Filipinas, «la periferia», según la fórmula que gusta emplear el papa argentino.
Con estos nombramientos entran en el colegio cardenalicio 16 nuevos electores, de menos de 80 años, que participarían en el nombramiento del próximo papa en caso de haber un cónclave. Los otros tres, eméritos, tienen más de 80 años y no tienen derecho de voto en el cónclave. El colegio de cardenales cuenta ahora con 218 miembros, de los cuales 122 electores.
Con esas designaciones el Papa modifica, sin llegar a revolucionar, los equilibrios internos del colegio cardenalicio, el órgano más importante de la Iglesia, al convertirlo en menos eurocentrista.
Si bien los europeos siguen siendo la mayoría en el colegio con 61 electores, América Latina cuenta ahora con 19, entre ellos cinco de Brasil, dos de México y de Argentina, y América del Norte con 15.