En su segundo día en Ecuador, el Papa tenía previsto partir desde Quito a las 9 (11 hora argentina) para aterrizar en Guayaquil y dirigirse directamente al Santuario del Señor de la Divina Misericordia.
Poco más tarde, en el Parque Samames, un espacio verde con una superficie de 379 hectáreas y tercero en extensión en América latina, oficiará una misa donde se espera la presencia de más de 1,2 millones de personas.
El parque fue habilitado ayer al mediodía al ingreso de los feligreses, por lo que muchos de ellos pasaron allí la noche.
Tras la misa, que estará dedicada a la «Familia», Francisco almorzará con 20 padres jesuitas del colegio Javier y en cuyas aulas estudiaron varias personalidades del país.
El almuerzo al que no tendrá acceso la prensa incluirá cebiche de camarón, pollo y carne y los famosos plátanos ecuatorianos.
El Santo Padre tendrá a su disposición una habitación para descansar antes de emprender el regreso a Quito para volver a reunirse con el presidente Correa a las 19 (21 de Argentina) en el Palacio de Carondelet y, finalmente, visitar la Catedral de la ciudad.