El papa Francisco arremetió este jueves contra los yihadistas de Irak y Siria, afirmando sin nombrarlos que ninguna razón «religiosa, política o económica» puede justificar «la persecución cotidiana» que sufren «cientos de miles de hombres, mujeres y niños inocentes» en esos dos países.
Según un comunicado de la Santa Sede, el sumo pontífice asistió a la apertura de una reunión de tres días con embajadores del Vaticano en todo Oriente Medio. El objetivo es examinar la situación creada con el empuje del grupo Estado Islámico (EI) y los ataques aéreos de la coalición internacional contra éste.
En una declaración ante Mar Dinkha IV, patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente, el santo padre denunció «la persecución cotidiana» que sufren iraquíes y sirios.
«Cuando pensamos en su sufrimiento, hay que ir espontáneamente más allá de las distinciones de ritos y de confesiones. Es el cuerpo de Cristo el que, todavía hoy, es humillado, golpeado, herido. No hay razones religiosas, políticas o económicas que justifiquen lo que le está ocurriendo actualmente a cientos de miles de hombres, mujeres y niños inocentes», declaró el obispo de Roma.
La Iglesia Asiria es una de las más antiguas de Oriente, y está presente tanto en Irak como en Siria. Mar Dinkha IV es oriundo de Erbil, una importante ciudad del Kurdistán iraquí.
Ante la Asamblea General de la ONU, la semana pasada, el número dos del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, afirmó que es «lícito y urgente» parar a los yihadistas en Irak. Y añadió que toda intervención debe hacerse bajo la égida del Consejo de Seguridad y con el beneplácito del Estado en cuestión.
En 2013, la Santa Sede se opuso a una intervención exterior contra el régimen sirio de Bashar al Asad, acusado en ese momento de emplear armas químicas contra la población civil cerca de Damasco.
Sin embargo, en el caso del EI ha adoptado una actitud más favorable a una intervención armada.
Varios obispos de Oriente Medio, no obstante, critican lo que consideran como una respuesta muy tibia del Vaticano a la amenaza yihadista.
El mes pasado, el arzobispo caldeo de Alepo, Antoine Audo, manifestó a la AFP su decepción por la reacción del Vaticano.
Según él, el papa es «una autoridad moral incluso para el mundo musulmán». «Francamente, con todo lo que ha pasado en Irak, en Mosul [ciudad bajo control yihadista], estamos un poco desanimados, no vemos muchos resultados ni eficacia en todas estas declaraciones».